Más de 15.000 solicitantes de asilo se encuentran actualmente en albergues de Chicago, en un campamento improvisado en el aeropuerto o esperando en autobuses para entrar en los edificios de acogida. Los recién llegados están viviendo en autobuses calientes mientras esperan a que se abra una plaza en un refugio, un proceso que puede durar varios días. Las familias migrantes que hablan con los medios de comunicación locales dicen que es imposible dormir en estos autobuses, que no tienen comida ni duchas y que les preocupa la salud de sus hijos.

Desde agosto de 2022, el gobernador fascistizante republicano de Texas, Greg Abbott, ha enviado a unos 100.000 solicitantes de asilo a Chicago, Nueva York y Denver (Colorado). Autobuses cargados, y a veces aviones cargados, de solicitantes de asilo llegan a Chicago y sus suburbios a todas horas por orden de la División de Gestión de Emergencias de Texas.

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En varias ocasiones este invierno, decenas de personas han sido depositadas en el arcén de una autopista suburbana o en una estación de tren a unos 65 o 80 kilómetros de Chicago y se les ha dicho que se las arreglaran para llegar. Algunos suburbios han aprobado ordenanzas que impiden acoger a los solicitantes de asilo en hoteles locales.

Estas terribles condiciones forman parte de un ataque bipartidista contra inmigrantes y refugiados a escala nacional y local.

El Partido Demócrata ha colaborado con la extrema derecha en la política de inmigración, como lo ha hecho con prácticamente todas las demás cuestiones sociales en Estados Unidos. Los demócratas han accedido a las demandas republicanas de cerrar prácticamente la frontera sur de Estados Unidos y limitar severamente los derechos de asilo a cambio de más de 60.000 millones de dólares de financiación para la guerra por poderes de Estados Unidos y la OTAN en Ucrania. El año pasado, el gobierno de Biden llevó a cabo más de 142.000 deportaciones, la cifra más alta de todos sus años de mandato.

Los republicanos del Senado, convencidos de que los demócratas harán cualquier cosa para garantizar la financiación de la guerra, se están moviendo ahora para limitar el número de inmigrantes que pueden entrar en el país a través de la libertad condicional.

A lo largo de estas conversaciones, la miembro más destacada de los Socialistas Demócratas de Estados Unidos (DSA por sus siglas en inglés) en Estados Unidos, la representante Alexandria Ocasio Cortez, ha guardado silencio sobre el plan bipartidista para destripar los derechos de los migrantes y cerrar la frontera.

El planteamiento adoptado por los alcaldes demócratas de Nueva York y Chicago ha consistido en hacer lo menos posible y lo más tarde posible, depender en todos los ámbitos de respuesta de redes de voluntarios y pedir ayuda públicamente y, en Chicago, declarar la pobreza mientras se concedían cientos de millones en contratos a empresas de personal con ánimo de lucro. El resultado previsible han sido unas condiciones intolerables para los solicitantes de asilo, que incluyen humillación, enfermedad y muerte, de las que nadie en ningún puesto de liderazgo político es 'oficialmente' responsable.

En el ayuntamiento de Chicago, seis de los 50 concejales son miembros de DSA, y varios otros se identifican como 'progresistas', pero la organización de Chicago no ha emitido ninguna declaración oponiéndose a esta política criminal, y prácticamente se ha retirado por completo de la vista pública. El grupo de concejales de DSA no ha emitido ningún comunicado de prensa desde julio de 2021.

Condiciones brutales para disuadir a los solicitantes de asilo

Tanto en Chicago como en Nueva York, los alcaldes demócratas están intensificando el ataque contra los solicitantes de asilo. El alcalde de Nueva York, Eric Adams, está desalojando a más de 3.000 inmigrantes de los centros de acogida de la ciudad. El alcalde de Chicago, Brandon Johnson, ex comisionado del condado de Cook y miembro de un grupo de presión del Sindicato de Profesores de Chicago (CTU), supervisará los primeros desalojos después de que finalice la semana próxima un periodo límite de 60 días de acogida, mientras las temperaturas invernales descienden a cifras de un solo dígito.

El límite de 60 días de estancia en los albergues de la ciudad obliga a los solicitantes de asilo a buscar vivienda y trabajo inmediatamente. A finales del año pasado, el Estado limitó la ayuda al alquiler disponible para los solicitantes de asilo a tres meses, frente a los seis anteriores, y sólo está disponible para aquellos que llegaron a los refugios en noviembre o antes.

Según CBS2, los datos de la ciudad indican que sólo 284 de los 26.000 migrantes enviados a Chicago por Abbott desde agosto de 2022 han recibido permisos de trabajo federales que les permiten buscar empleo legalmente. 'Peor aún, los datos de la ciudad sugieren que las solicitudes no comenzaron a procesarse hasta la semana del 9 de noviembre', informó el medio. Sólo los que llegaron antes del 1 de agosto de 2023 tienen derecho actualmente a permisos de trabajo, lo que deja a miles de personas sin ninguna forma legal de ingresos.

Los alimentos y suministros de los albergues son insuficientes, y en muchos barrios se puede ver a familias migrantes mendigando en las principales vías y en los aparcamientos de las tiendas de comestibles.

Las familias han sido almacenadas en condiciones terribles en comisarías de policía y almacenes en desuso.

El mes pasado, Jean Carlos Martínez Rivero, de cinco años, falleció tras una corta enfermedad en un almacén-refugio del suroeste de la ciudad que actualmente alberga a más de 2.000 personas ―el doble de su capacidad prevista― la mitad de las cuales son niños. La familia de Martínez Rivero, que incluye a los padres del niño y a un hermano pequeño, está recibiendo donaciones a través de GoFundMe para permitirles permanecer en un alojamiento temporal, sin el cual volverán a un refugio de la ciudad.

El año pasado, la administración Johnson anunció planes para la construcción de un gran campo de detención por parte de la empresa de seguridad privada Gardaworld, que suscitó protestas inmediatas. En respuesta, concejal Carlos Ramírez Rosa de DSA tomó a los medios sociales para denunciar a los críticos del plan como lleno de 'hipérbole' y 'desinformación.'

Apenas unas semanas después, documentos filtrados revelaron que un estudio medioambiental determinó que el terreno era un terreno baldío no oficial, contaminado con metales pesados y productos derivados del petróleo, y no apto para ese uso. El gobernador demócrata JB Pritzker, multimillonario heredero de la fortuna de los hoteles Hyatt, intervino para anunciar que no se concedería ningún permiso para el campamento y se paralizó la construcción, pero la ciudad sigue pagando un alquiler a los propietarios del terreno de más de 90.000 dólares al mes.

Aun así, Sigcho López, que dirige el comité de vivienda e inmobiliario del ayuntamiento, defendió la decisión abortada de Johnson de construir en el solar, diciendo: 'El alcalde de Chicago no tuvo más remedio que usar lo que hay disponible. Pero lo que hay es inaceptable'.

Los demócratas fomentan los conflictos raciales y étnicos

El pasado otoño, los concejales demócratas de derechas, con el apoyo de la extrema derecha ―una amalgama política que se encuentra en la campaña a la alcaldía del demócrata Paul Vallas― promovieron la inclusión de un referéndum antiinmigración en la papeleta electoral de marzo de 2024 con el objetivo de revocar el estatus de 'ciudad santuario' de Chicago. Este estatus protege a los inmigrantes indocumentados, pero no a los solicitantes de asilo, de ser detenidos por las fuerzas de seguridad locales en nombre de las autoridades de inmigración. Esta medida fue derrotada por 16-31.

Sin embargo, adaptándose fácilmente a la promoción del sentimiento antiinmigración, el alcalde Johnson propuso su propia versión, que rezaba así '¿Debería la ciudad de Chicago imponer límites razonables a la provisión de recursos por parte de la ciudad para la acogida de inmigrantes, como límites de financiación y de tiempo de ocupación de los refugios, si fuera necesario para evitar un impacto negativo sustancial en los residentes actuales de Chicago?'

Apelando a un asqueroso chovinismo racial, el concejal Ray López, promotor del referéndum anterior, dijo: 'Voten en contra... sabemos, y lo que muchos en esta sala temen, que la verdadera coalición entre las comunidades afroamericana y latina existe en torno a esta cuestión porque ambas comunidades quieren poner fin a esto', refiriéndose a los solicitantes de asilo en Chicago.

Ninguna de las dos versiones del referéndum consiguió ser aprobada por el ayuntamiento, por lo que no aparecerá en las papeletas de marzo, pero sólo porque las dos facciones de derechas no consiguieron ponerse de acuerdo. Esto tampoco devuelve el gas venenoso al depósito. Los demócratas de Chicago y los medios de comunicación airearon estas opiniones, las legitimaron y siguen promoviendo una atmósfera de conflicto racial y étnico para bloquear y socavar la lucha de clases.

La complicidad de DSA

Los concejales de DSA han hecho apología de las terribles condiciones en que se retiene a los inmigrantes, como en el caso de Byron Sigcho López, o se han sumado a las diatribas racialistas reaccionarias.

Jeanette Taylor, oradora principal de la conferencia nacional 2023 de DSA, exigió rotundamente a la ciudad que mantuviera a los solicitantes de asilo fuera de su distrito: 'Dejen de meterlos en nuestra comunidad.

'Tenemos que decir que no podemos aguantar más. ¿Por qué nadie de esta administración dice eso de su boca? Lo que están haciendo es empezar una guerra racial. Eso es lo que están haciendo. Esto va a ser una guerra racial porque ustedes eligen de quién se ocupan'.

Recientemente, Taylor apareció en un podcast político local en el que se la invitó a explayarse sobre sus opiniones. No se retractó de nada y sólo rehuyó las inevitables consecuencias de sus declaraciones: '... [N]inguno de mis compañeros de trabajo, salvo quizá tres o cuatro, vino a rescatarme. Así que cuando te atacan, haces lo que tienes que hacer, te quitas a la gente de encima. Así que muchas de las cosas que se dijeron y se hicieron, en retrospectiva siendo 20-20, puede que lo haya hecho ―y no me retracto de lo que dije, dije lo que dije― pero no quería crear una mayor división en la comunidad negra y marrón'.

El DSA de Chicago no ha emitido ninguna declaración pública en contra de las declaraciones de Taylor, lo que sólo puede interpretarse como un apoyo al brusco giro a la derecha que está dando el Partido Demócrata en su conjunto.

Johnson también ha hecho declaraciones xenófobas en las que presenta a los inmigrantes como un peligro que debe mantenerse aislado del resto de la ciudad: 'Si no creamos una infraestructura en la que podamos apoyar y, francamente, contener a estas personas que han sufrido un gran daño, personas que están desesperadas, si no proporcionamos apoyo a estas personas y a estas familias, ese tipo de desesperación conducirá al caos'.

Durante su campaña a la alcaldía, Johnson se promocionó como candidato de izquierdas e incluso 'obrero', debido a su papel como miembro de un grupo de presión de la CTU. Pero esto quedó rápidamente al descubierto. Al igual que Lori Lightfoot antes que él, sus partidarios políticos simplemente permitieron que su raza sustituyera al examen de sus verdaderas opiniones políticas.

La elección de Johnson fue apoyada por los cinco concejales titulares de DSA: Carlos Ramírez Rosa, Byron Sigcho López, Jeanette Taylor, Rossana Rodríguez Sánchez y Dan La Spata. Posteriormente, a todos los concejales de DSA se les concedieron puestos de liderazgo en el ayuntamiento, y Ramírez Rosa asumió inicialmente el cargo de líder del pleno, responsable de impulsar la agenda del alcalde. Ramírez Rosa fue posteriormente destituido de esos cargos cuando Johnson dio un giro político hacia la derecha, lo que supuso una colaboración aún más estrecha con la administración Biden y el alcalde de Nueva York, Adams.

En lugar de luchar por la vivienda asequible basándose en las necesidades de clase como socialistas, los concejales de DSA promueven el referéndum 'Bring Chicago Home' de Johnson. Éste eleva un poco los tipos del impuesto de transmisiones patrimoniales para las viviendas vendidas por encima del millón de dólares y del millón y medio, al tiempo que rebaja ligeramente el impuesto para las viviendas vendidas por debajo de ese valor. Según Brandie Knazze, de la administración Johnson, el nivel de financiación que establece la legislación seguirá proporcionando vivienda a unas 500 personas al año. Pero si fracasa, y la financiación disminuye, esa cifra se reducirá a la mitad o menos, según un informe de Block Club.

Estos esfuerzos simbólicos ni siquiera se aproximan a la magnitud del problema, ya que la población oficial de sin techo en Chicago supera los 65.000, cifra que no incluye a los solicitantes de asilo. Y no hay razón para pensar que ni siquiera esto vaya a hacerse realidad bajo la administración Johnson, que se está desplazando cada vez más hacia la derecha.

De hecho, no hay falta de financiación ni de capacidad real de alojamiento. La cuestión central es que el Partido Demócrata, incluida su facción DSA, se oponen a políticas que satisfagan las necesidades más básicas de la población, inmigrante o nacida en el país. Para ambos partidos capitalistas, sólo hay financiación disponible para las grandes empresas, la represión y la guerra.

Satisfacer la enorme necesidad social de la sociedad es imposible sin la expropiación de la riqueza mal habida de la clase capitalista y la reorganización de la sociedad según líneas socialistas, poniendo fin a la austeridad y la guerra. Para que esto tenga éxito, la clase obrera ―negra, blanca, inmigrante y nativa― de EE.UU. y de todo el mundo debe estar unida en la lucha y guiada por un auténtico programa socialista.

Lee la declaración de Año Nuevo 2024 del Partido Socialista por la Igualdad, 'La clase obrera, la lucha contra la barbarie capitalista y la construcción del Partido Mundial de la Revolución Socialista' y ponte en contacto con el Partido Socialista por la Igualdad hoy mismo.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 11 de enero de 2024)