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Trump promete a los oligarcas de Davos la tasa impositiva corporativa más baja “de cualquier nación en la Tierra”

Los asistentes escuchan un discurso virtual pronunciado por el presidente estadounidense Donald Trump, en la Reunión Anual del Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, el jueves 23 de enero de 2025 [AP Photo/Markus Schreiber]

El presidente estadounidense Donald Trump apareció el jueves en un panel virtual en el Foro Económico Mundial, la reunión global anual de banqueros y oligarcas en Davos, Suiza, en el que prometió recortar la tasa impositiva corporativa estadounidense, eliminar las protecciones ambientales y recortar el gasto social.

Sus promesas de convertir a Estados Unidos en un paraíso para los multimillonarios estuvieron acompañadas de fanfarronería y amenazas contra los aliados europeos y norteamericanos de Estados Unidos, a quienes exigió tributos en forma de aranceles y mayor gasto militar.

A pesar de su carácter beligerante y amenazante, las declaraciones de Trump fueron recibidas con fuertes aplausos por parte del público que llenaba la sala, y fue prodigado en halagos por parte del presidente del evento, Klaus Schwab, así como por parte de un grupo de panelistas que incluía a representantes de los bancos y compañías energéticas más grandes del mundo.

Así describió el evento el diario alemán Spiegel:

Trump, que miraba hacia la sala como un emperador desde la enorme pantalla de video, aceptó serviles felicitaciones. La actuación fue un poco como el programa de casting de empresas emergentes “Shark Tank”, en el que los propietarios de pequeñas empresas presentan sus ideas de negocios a los inversores con manos temblorosas para recaudar dinero. La única diferencia fue que los candidatos aquí no eran propietarios de pequeñas empresas, sino líderes empresariales multimillonarios.

Los banqueros, señaló Spiegel, estaban “obviamente esperando al nuevo presidente y su agenda económica radical”.

“Mi administración ha … comenzado la mayor campaña de desregulación de la historia, superando con creces incluso los esfuerzos récord de mi último mandato”, dijo Trump. Trump prometió que “no habrá mejor lugar en la Tierra” para “construir fábricas o hacer crecer una empresa” que en los Estados Unidos.

Trump afirmó que la tasa impositiva corporativa en Estados Unidos ahora es del 21 por ciento, “y ahora vamos a reducirla del 21 al 15 por ciento”. Agregó que “el 15 por ciento es lo más bajo que se puede llegar a ser. Y de lejos el más bajo en un país grande”.

Asimismo, exigió una reducción de las tasas de interés por parte del banco central estadounidense, la Reserva Federal, lo que alimentaría aún más la burbuja especulativa en curso en la economía estadounidense y mundial. “Exigiré que las tasas de interés bajen inmediatamente. Y, del mismo modo, deberían caer en todo el mundo. Las tasas de interés deberían seguirnos”, dijo Trump.

Después de que Trump concluyó, Schwab elogió el “poderoso” discurso de Trump, y agregó: “Creo que se podían escuchar los aplausos desde Davos hasta la Casa Blanca”.

Ana Botín, presidenta ejecutiva del Banco Santander, uno de los mayores bancos europeos, elogió la agenda de Trump y declaró: “Agradecemos mucho su enfoque en la desregulación y la reducción de la burocracia. Así que mi pregunta es: ¿cuáles son sus prioridades en este sentido y con qué rapidez se va a concretar esto?”.

Trump respondió: “Vamos a actuar muy rápido. Nos hemos movido muy rápido. Hemos hecho cosas en los últimos tres días que nadie pensó que fuera posible hacer en años”.

Steven Schwarzman, director ejecutivo de la firma de inversiones estadounidense Blackstone Group, dijo: “Muchos empresarios europeos han expresado una enorme frustración con el régimen regulatorio en la UE, y atribuyen las tasas de crecimiento más lentas aquí a numerosos factores, pero especialmente a las regulaciones, y ustedes han adoptado un enfoque completamente diferente en esta área”.

Trump hizo eco de las quejas de Schwarzman, aireando una letanía de quejas sobre las regulaciones ambientales y de salud y seguridad en el trabajo, que exigió que se redujeran, junto con las tasas de interés.

La promesa de Trump de recortar masivamente los impuestos corporativos y desmantelar las regulaciones en los Estados Unidos se acompañó de amenazas intimidatorias a los aliados europeos de los EE. UU., a quienes reprendió como si fueran vasallos que no habían pagado su tributo.

“También voy a pedir a todas las naciones de la OTAN que aumenten el gasto de defensa al 5 por ciento del PIB, que es lo que debería haber sido hace años. Era sólo el 2 por ciento y la mayoría de las naciones no pagaron”, dijo Trump.

Trump dijo que su objetivo era reducir el déficit comercial de Estados Unidos con la Unión Europea y Canadá, a los que las administraciones anteriores habían tratado como sus aliados más cercanos.

“Vamos a exigir respeto de otras naciones”, dijo Trump, y agregó: “Tenemos un tremendo déficit con Canadá. Ya no lo vamos a tener… Yo digo que siempre puedes convertirte en un estado, y si eres un estado, no tendremos déficit”.

Hay un analfabetismo económico asombroso por parte de este ignorante, cuya concepción de los negocios es más o menos la de la mafia. Concibe un mundo en el que Estados Unidos tiene un superávit comercial con todos los países importantes, sin molestarse en preguntar cómo se podría llevar a cabo el comercio mundial en su conjunto sobre esa base, con todos los demás países en déficit.

Trump declaró: “Mi mensaje a todas las empresas del mundo es muy simple: vengan a fabricar sus productos en Estados Unidos y les aplicaremos unos de los impuestos más bajos de cualquier nación del planeta. Los estamos reduciendo de manera muy sustancial, incluso con respecto a los recortes impositivos originales de Trump. Pero si no fabrican sus productos en Estados Unidos, que es su prerrogativa, entonces, muy simplemente, tendrán que pagar un arancel”.

En sus comentarios, Trump habló como representante de la oligarquía financiera parasitaria estadounidense, que busca utilizar el poder militar y económico del imperialismo estadounidense para dominar el mundo entero. Esto ha sumido claramente a las potencias europeas en una profunda crisis. Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, dijo en el Foro Económico Mundial que “no era pesimista” decir que Europa se enfrentaba a una “crisis existencial”.

Pero incluso mientras Trump lanzaba sus agresivas diatribas, los banqueros europeos salivaban ante su visión de Estados Unidos como un país en el que la oligarquía estaba efectivamente libre de impuestos y era libre de envenenar el medio ambiente y explotar a los trabajadores sin ninguna forma de protección legal o federal. Mientras Trump hablaba, los banqueros europeos estaban claramente meditando sobre cómo la dictadura desenfrenada de la oligarquía que él está creando podría implantarse en sus propios países.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 23 de enero de 2024)

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