Un día después de que el gabinete israelí votara a favor de aprobar un plan para la ocupación militar total de Gaza, el desplazamiento interno de su población y la toma del control del suministro de alimentos por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, dejó claro que esto marcaba el siguiente paso en la limpieza étnica total de Gaza.

Smotrich prometió:

Dentro de un año, Gaza será completamente destruida, los civiles serán enviados al sur, a una zona humanitaria, y desde allí comenzarán a irse en grandes cantidades a terceros países.

Esta propuesta de destrucción de Gaza, su ocupación militar y la limpieza étnica de su población ha sido, de hecho, el plan operativo de la 'guerra' de Israel en Gaza, lanzada utilizando como pretexto el ataque y la toma de rehenes de Hamás el 7 de octubre de 2023.

Para encubrir políticamente el genocidio planeado, el presidente estadounidense Joe Biden, el Partido Demócrata y los medios de comunicación afirmaron que Israel libraba una guerra contra Hamás con el objetivo de devolver a los rehenes, a la vez que le proporcionaba miles de bombas de 900 kilos cuyo único uso era destruir manzanas enteras de la ciudad.

En febrero, el presidente estadounidense Donald Trump anunció públicamente la política real: la demolición total de la Franja de Gaza. Israel y Estados Unidos 'arrasarían el lugar', desplazarían a su población y anexarían el territorio.

El plan anunciado el lunes por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, como dejó claro Smotrich, marca la implementación a gran escala de esta visión. Los palestinos en Gaza serán acorralados, desplazados a campos de concentración en el sur del territorio y luego obligados a marchar a través del desierto hacia Egipto o embarcados.

Este plan se presentará como una reubicación 'voluntaria', en el contexto de un bloqueo total de alimentos, agua y electricidad en la Franja de Gaza. Pero será 'voluntaria' solo porque permanecer en un lugar sin alimentos será una sentencia de muerte.

Por supuesto, esto será una sentencia de muerte para los rehenes que permanezcan en Gaza, quienes morirán de hambre junto con el resto de la población palestina. Sin embargo, los ministros israelíes afirman cada vez más abiertamente que se está descartando el pretexto de librar una guerra para 'devolver a los rehenes'.

Como declaró Smotrich a la Agencia France-Presse (AFP):

Israel no tiene intención de retirarse de los territorios capturados por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), ni siquiera como parte de un acuerdo para liberar a los rehenes.

En respuesta al plan de ocupar completamente la Franja de Gaza, Hamás declaró que ya no participaría en negociaciones con Israel.

Basem Naim, un alto dirigente de Hamás, declaró a la AFP:

No tiene sentido entablar conversaciones ni considerar nuevas propuestas de alto el fuego mientras continúen la guerra de hambre y la guerra de exterminio en la Franja de Gaza.

El plan de Israel de ocupar y llevar a cabo una limpieza étnica en Gaza ha sido recibido con silencio por el Partido Demócrata. El líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries; el líder de la minoría del Senado, Chuck Schumer; el expresidente Joe Biden; el expresidente Barack Obama; y la expresidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, se han mantenido en silencio.

Israel ha bloqueado completamente la entrada de alimentos, agua y electricidad a Gaza desde el 2 de marzo, lo que ha provocado un aumento repentino de la desnutrición. Un saco de harina, que antes se vendía por US$ 5, ahora cuesta hasta US$ 500.

Israel está utilizando deliberadamente la hambruna como arma de guerra. El mes pasado, el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, declaró:

La política de Israel es clara: No entrará ayuda humanitaria en Gaza, y bloquearla es una de las principales herramientas de presión para evitar que Hamás la utilice como herramienta con la población. ... Actualmente, nadie planea permitir la entrada de ayuda humanitaria en Gaza, y no hay preparativos para facilitarla.

Aproximadamente el 69 por ciento de Gaza ha sido incorporada a una zona de amortiguación israelí o está sujeta a órdenes de evacuación, lo que deja al resto de la población de Gaza, que ha sido desplazada en múltiples ocasiones, atrapada en enclaves cada vez más pequeños.

En un comunicado esta semana, la Media Luna Roja Palestina (MLRP) afirmó que los alimentos se habían agotado por completo, tanto en los mercados como en los centros de distribución.

En su último informe humanitario, la MLRP declaró: «La población se encuentra nuevamente en riesgo extremo de hambruna» y «Existe la incapacidad de satisfacer incluso las necesidades diarias mínimas de más de un millón de personas desplazadas».

En un comunicado, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) informó: «El nivel de necesidad entre los civiles en Gaza en este momento es abrumador» y «Según el derecho internacional humanitario, Israel tiene la obligación de utilizar todos los medios disponibles para garantizar que se satisfagan las necesidades básicas de la población civil bajo su control».

En un comunicado emitido el martes, UNICEF señaló:

En el último mes, más del 75 por ciento de los hogares han reportado un deterioro en el acceso al agua: no tienen suficiente agua para beber, no pueden lavarse las manos cuando lo necesitan y, a menudo, se ven obligados a elegir entre ducharse, limpiar o cocinar.

Añadió:

La desnutrición también está en aumento. Más de 9.000 niños han sido ingresados ​​para recibir tratamiento por desnutrición aguda desde principios de año. Cientos de niños más que necesitan tratamiento desesperadamente no pueden acceder a él debido a la inseguridad y el desplazamiento. Desde el 18 de marzo, las hostilidades se han intensificado, lo que ha provocado que 390.000 personas se hayan visto desplazadas sin un lugar seguro al que ir.

Aya al-Skafy, residente de la ciudad de Gaza, declaró a Al Jazeera que su bebé murió la semana pasada por desnutrición:

[blockquote]Tenía cuatro meses y pesaba 2,8 kg [6,2 lb]. Debido a la desnutrición severa, sufrió acidez sanguínea, insuficiencia hepática y renal, y muchas otras complicaciones. Se le cayeron el cabello y las uñas debido a la desnutrición.

Mohammed al-Seikaly, otro residente de la ciudad de Gaza, declaró a Reuters:

No queda nada en la Franja de Gaza que no haya sido alcanzado por misiles y barriles explosivos. ... Pregunto ante todo el mundo: '¿Qué queda por bombardear?'.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 6 de mayo de 2025)