La semana pasada, el parlamento israelí, la Knéset, celebró una conferencia titulada La Riviera de Gaza – de la visión a la realidad. Diputados fascistas presentaron planes para limpiar étnicamente la franja de Gaza de palestinos, anexarla a Israel y reestablecer asentamientos judíos allí. Esto incluiría la construcción de dos ciudades en Gaza, una en el norte y otra en el sur de la franja, así como un campus universitario, una zona industrial, un parque comercial y tecnológico y un distrito turístico con hoteles junto a la playa.
En la conferencia participaron ministros del gobierno, miembros de la Knéset, jefes de consejos regionales, personal de seguridad, familias en duelo, familiares de rehenes, rabinos, investigadores y activistas.

[El cartel en la Knéset que aparece en la publicación de X dice: “Reunión del lobby para la renovación del asentamiento judío en la franja de Gaza: Tema: ‘La Riviera de Gaza – De la visión a la realidad’”]
El nombre de la conferencia proviene del anuncio que hizo Donald Trump el 4 de febrero en una rueda de prensa en la Casa Blanca junto al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu. Allí afirmó que EEUU se haría cargo de Gaza y la “poseería”, obligando a que los 2,1 millones de palestinos que viven allí abandonen el enclave, para convertirlo en la “Riviera de Oriente Medio”.
Trump agregó: “Si es necesario, haremos eso. Vamos a tomar esa tierra, desarrollarla, crear miles y miles de empleos, y será algo de lo que todo Oriente Medio pueda estar muy orgulloso”. Anteriormente ya había propuesto reubicar permanentemente a los palestinos de Gaza en países vecinos.
Trump reafirmó sus planes una semana después, en otra rueda de prensa en la Casa Blanca, esta vez junto al rey Abdalá de Jordania, diciendo: “Creo que tendremos una parcela de tierra en Jordania, otra en Egipto, tal vez en otro lugar, pero pienso que cuando concluyamos nuestras conversaciones, tendremos un sitio donde ellos [los palestinos] vivirán muy felices”.
Cuando se le preguntó si estaba de acuerdo con la propuesta de Trump de trasladar a los palestinos de Gaza a Jordania y Egipto, Abdalá, visiblemente incómodo, respondió que “Egipto y los países árabes” tenían un plan alternativo que sería revelado en el futuro: el programa de reconstrucción de la Liga Árabe por 53.000 millones de dólares anunciado por Egipto en marzo, que dejaría a los palestinos en una Gaza gobernada por “tecnócratas”.
El hecho de que una conferencia así pudiera celebrarse en el parlamento israelí, sin apenas mención, y mucho menos comentario o condena, en los medios de comunicación internacionales, demuestra hasta qué punto la limpieza étnica y la anexión tras la conquista de territorios se han normalizado, no solo en Israel, sino en los principales centros del imperialismo mundial. Bajo condiciones en las que Washington está en proceso de crear un “Nuevo Oriente Medio”, este establece el precedente para lo que significarán las guerras de conquista futuras.
Bezalel Smotrich, líder del partido sionista-religioso de extrema derecha y actual ministro de Finanzas, quien también ostenta un cargo en el Ministerio de Defensa que le otorga control de facto sobre Cisjordania, declaró: “Ocuparemos Gaza y la convertiremos en una parte inseparable de Israel”. Eyal Zamir, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), le dijo que la frontera norte de Gaza debería ser anexada “por razones de seguridad”.
Smotrich afirmó: “Creo sinceramente que aquí hay una oportunidad tremenda”, añadiendo que Israel comenzaría “por la zona fronteriza norte [de la franja] y establecería tres comunidades allí. Ya lo estamos discutiendo. Algunos lo llaman ‘anexión de seguridad’”.
También habló de “un plan propuesto para reubicar a los gazatíes en otros países”, que serviría “para facilitar el asentamiento de la franja” y recibir “la luz verde del presidente de Estados Unidos para convertir Gaza en una franja próspera, una ciudad turística con empleo”, en referencia a las declaraciones de Trump en la Casa Blanca en febrero.
Declaró ante aplausos: “Así es como se hace la paz”. Aseguró que el plan podría llevar a “cientos de miles” de israelíes a Gaza y “resolver el problema de la vivienda y su coste para nosotros”.
Smotrich y otros políticos de extrema derecha llevan tiempo exigiendo que Israel anexe Gaza y restablezca asentamientos en la franja. En la conferencia afirmó: “Durante 20 años lo llamamos un simple deseo. Me parece que ahora se ha convertido en un plan real en marcha”.
Michael Sfard, abogado israelí de derechos humanos, señaló: “Este es un plan de limpieza étnica. Según el derecho internacional, esto equivaldría a un crimen de lesa humanidad, pues la deportación es un crimen de guerra si se comete a pequeña escala y un crimen de lesa humanidad cuando se realiza a gran escala”.
Daniella Weiss, líder del grupo de colonos extremistas Nachala, que elaboró los planes, declaró: “El capítulo árabe de Gaza ha terminado” y que “en Gaza, jamás habrá un gobierno árabe, internacional ni estadounidense”.

Limor Son Har-Melech, diputada del partido fascista Poder Judío, elogió a los colonos, llamándolos los sucesores de los líderes sionistas que fundaron Israel en 1948. “Debemos reconstruir la franja de Gaza con ciudades judías”.
Esto hace referencia a los asentamientos establecidos tras la guerra árabe-israelí de 1967, cuando Israel ocupó Gaza – asentamientos que luego fueron demolidos tras la retirada unilateral del primer ministro Ariel Sharon. Sharon calculó que Gaza, escenario de enfrentamientos cada vez más costosos, sería más fácil de controlar sin la presencia de los colonos. Esto también sirvió como cortina de humo para que el presidente estadounidense George W. Bush aprobara la expansión de los asentamientos en Cisjordania. Netanyahu renunció al gobierno de Sharon en protesta por la retirada.
Har-Melech añadió que era necesario construir “grandes y fortificadas ciudades por toda Gaza… Hay una sed de retorno en el público. No como castigo, sino porque aquí es donde vivimos”.
El diputado sionista-religioso Zvi Sukkot respaldó las palabras de Har-Melech, diciendo que Israel tenía “el poder” para implementar la “visión” de Trump. Sukkot fue miembro activo del grupo terrorista fascista La Revuelta, responsable del ataque incendiario contra una casa palestina en la aldea de Duma en 2015, donde murieron tres personas, incluido un bebé de 18 meses, Ali Dawabsheh, quemado vivo, y sus padres, quienes también fallecieron a causa de sus heridas.
Aunque Netanyahu ha negado en reiteradas ocasiones que planee reasentar a los palestinos, el ministro de Defensa Israel Katz ha propuesto trasladarlos a una “ciudad humanitaria” en el sur de Gaza, claramente como paso previo a su expulsión. Durante su visita a la Casa Blanca el mes pasado, Netanyahu afirmó que Estados Unidos e Israel estaban “cerca de encontrar varios países” dispuestos a recibir a palestinos que desearan abandonar Gaza. Ha rechazado cualquier alto el fuego con Hamás que no incluya la rendición del grupo, la liberación de todos los rehenes vivos y la entrega de los cuerpos de los muertos en cuestión de semanas; de lo contrario, amenazó, Israel comenzará la anexión de zonas de Gaza.
En una reciente entrevista radial, Orit Strook, diputada sionista-religiosa y ministra de Asentamientos y Misiones Nacionales – una de las líderes del asentamiento en Hebrón – pidió expandir las operaciones militares a todas las áreas de la franja de Gaza, incluso si esto pone en riesgo la vida de rehenes israelíes que aún están en manos de Hamás.
“Hay una zona entera que las FDI designaron como ‘zona intocable’ porque allí se encuentran rehenes”, dijo. “No se puede ganar una guerra de esta manera… No puedo hacer la aritmética de vida o muerte que diga que la vida de una persona vale más que la de otra. Haremos todo lo posible por evitar dañarlos [a los rehenes], pero eso podría suceder”.
El jefe del Estado Mayor de las FDI, Zamir, advirtió al gobierno que, si ordena operar en toda la ciudad de Gaza o en los campos de refugiados del centro de la franja, deberá declarar que traer a casa a los rehenes será solo “un objetivo secundario de la guerra”, ya que tales operaciones pondrían en peligro a los rehenes y provocarían más muertes de soldados, además de una mayor carga para las tropas regulares y reservistas.
Las encuestas de opinión pública muestran que la mayoría de los israelíes apoyan un acuerdo con Hamás que libere a todos los rehenes a cambio de terminar con la guerra en Gaza.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 3 de agosto de 2025)
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