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Una semana de protestas en Indonesia impulsadas por la evidente desigualdad social

Las protestas continuaron ayer en muchas ciudades de Indonesia después de que un joven de 21 años, Affan Kurniawan, muriera al ser atropellado por un vehículo blindado de la policía mientras esta intentaba reprimir violentamente una manifestación en Yakarta el jueves. Kurniawan era uno de los muchos conductores de motocicleta de aplicaciones de transporte que se las ingenian para sobrevivir trasladando pasajeros.

Estudiantes enfrentan a la policía durante una protesta frente a la Jefatura Regional de Policía en Yakarta, Indonesia, 29 de agosto de 2025. [AP Photo/Tatan Syuflana]

Las manifestaciones comenzaron el lunes, tras anunciarse que a los parlamentarios se les otorgaría una desorbitada asignación mensual de alojamiento de 50 millones de rupias ($US 3.045), lo que puso en evidencia la creciente desigualdad social en el país. La cifra equivale hasta 20 veces el salario mínimo mensual de los trabajadores en las zonas más pobres de Indonesia.

La presencia policial ha sido masiva durante los días de protesta. Más de 1.200 efectivos de seguridad fueron desplegados el lunes para resguardar el edificio del parlamento y lanzaron gases lacrimógenos contra los manifestantes que intentaban acercarse. La policía bloqueó calles que conducen al complejo parlamentario, incluyendo varias autopistas de peaje.

Conductores de aplicaciones de transporte indignados, estudiantes y muchas otras personas se congregaron frente al parlamento y a la sede de la policía en Yakarta el viernes, coreando “¡Asesinos! ¡Asesinos!”, mientras el presidente Prabowo Subianto hacía desesperados llamados a la calma. Siete agentes involucrados en el incidente han sido detenidos. Al mismo tiempo, el gobierno desplegó tropas del Cuerpo de Infantería de Marina de la Armada para contener las protestas.

Según los escasos reportes de prensa, miles de personas han participado en las protestas en Yakarta y al menos 600 han sido arrestadas. También se han llevado a cabo manifestaciones en ciudades importantes como Surabaya, Bandung, Yogyakarta y Solo en la isla de Java, así como en Medan (norte de Sumatra) y Gorontalo (Sulawesi).

Las protestas han sido alimentadas por una oleada de resentimiento e indignación, en particular entre los jóvenes, ante el deterioro de las condiciones de vida, la flagrante desigualdad social y los métodos antidemocráticos. Pero el detonante inmediato de las movilizaciones de esta semana fue el anuncio de la asignación habitacional para los parlamentarios.

La justificación del gobierno para este beneficio fue el cierre del complejo habitacional que ofrecía alojamiento gratuito a los parlamentarios. Sin embargo, la asignación mensual de 50 millones de rupias no guarda ninguna proporción con los costos reales de vivienda, incluso en el caro centro de Yakarta, y representa una suma astronómica para la mayoría de los trabajadores. Se suma a los altos salarios, otras asignaciones y beneficios otorgados a los 580 miembros de la Cámara de Representantes.

En contraste, los gerentes en Yakarta ganan en promedio menos de 15 millones de rupias mensuales. El salario mínimo mensual para trabajadores en Yakarta es de solo 5,4 millones de rupias y en otras partes del país es tan bajo como 2,1 millones. Además, casi el 60 por ciento de la fuerza laboral pertenece al denominado sector informal, con empleos precarios y en muchos casos, salarios por debajo del mínimo.

Los jóvenes han sido particularmente golpeados por el empeoramiento de las condiciones económicas, que se agravarán aún más debido al impacto de los aranceles del 19 por ciento impuestos por la administración Trump a productos indonesios. Aunque la tasa oficial de desempleo general es del 5 por ciento, la tasa entre la juventud es del 16 por ciento. Además, se estima que las estadísticas oficiales subestiman la realidad.

El anuncio de la asignación habitacional para el parlamento generó de inmediato una oleada de comentarios indignados y sarcásticos en redes sociales, así como llamados a protestar. Uno de los lemas ha sido la disolución de la Cámara de Representantes. La Confederación de Sindicatos de Indonesia (KSPI) se sumó a las protestas, exigiendo protección contra despidos masivos y subcontratación, aunque sin proponer huelgas.

Los sentimientos más amplios entre la juventud fueron expresados por la comediante Aci Resti, quien asistió a una protesta frente al parlamento contra la asignación habitacional. “Estoy aquí para expresar las opiniones de mis amigos, que están hartos de todo: de los miembros de la Cámara de Representantes, de todo, del gobierno”, dijo, según Reuters.

Las protestas de esta semana se suman a otras expresiones de oposición y descontento ocurridas en lo que va del año. En febrero, estudiantes realizaron una campaña nacional de manifestaciones llamada “Indonesia Gelap”, o Indonesia Oscura. Protestaban contra las severas medidas de austeridad impuestas por la administración de Prabowo para pagar sus promesas de campaña, que incluían un programa nacional de almuerzos escolares gratuitos y vivienda asequible.

Prabowo recortó miles de millones de dólares en financiamiento gubernamental para salud pública, educación e infraestructura. Miles de trabajadores contratistas estatales fueron despedidos. Para febrero, los recortes ascendían a 44.000 millones de dólares, es decir, más del 15 por ciento del presupuesto estatal. Si bien se financiaban los almuerzos escolares gratuitos, el presupuesto para la educación primaria y secundaria fue reducido en 480 millones de dólares y el de educación superior, recortado en un 25 por ciento, equivalente a 2.600 millones de dólares.

En marzo, se realizaron manifestaciones estudiantiles contra una legislación que fortalecía el papel de los militares en el gobierno. El parlamento votó por unanimidad reformas a la ley de las fuerzas armadas para ampliar el número de instituciones donde los oficiales activos pueden desempeñarse, incluyendo la Fiscalía General, la Agencia Nacional Antiterrorismo, la Agencia Nacional de Gestión Fronteriza y la Agencia Nacional de Mitigación de Desastres.

Cientos de estudiantes activistas acamparon frente al parlamento la noche anterior a la aprobación de la ley. La multitud creció a mil personas al día siguiente, con pancartas que decían “¡Contra el militarismo y la oligarquía!” y “¡El Nuevo Orden [nombre de la dictadura de Suharto] contraataca!” Prabowo, quien fue yerno del dictador militar general Suharto y alto oficial del ejército, es famoso por su brutal represión de la oposición durante dicho régimen.

A comienzos de este mes, surgió una forma inusual pero extendida de oposición tras el llamado de Prabowo en julio a que los ciudadanos “izaran la bandera roja y blanca dondequiera que estén” en el período previo al Día de la Independencia de Indonesia, el 17 de agosto. En lugar de la bandera nacional, comenzó a aparecer la bandera de los piratas del sombrero de paja del manga One Piece en casas, calles y vehículos como símbolo de rebelión y resistencia al gobierno.

“Aunque este país sea oficialmente independiente, muchos de nosotros no hemos experimentado verdaderamente esa libertad en nuestras vidas diarias”, dijo Ali Maulana, un residente de Jayapura, a la BBC. La historia de One Piece, explicó, reflejaba la injusticia y desigualdad que viven los indonesios.

Prabowo está claramente preocupado por los días de protestas de esta semana, a pesar de la intensa movilización policial, y por el sentimiento mucho más amplio que estas reflejan. Además de hacer un llamado a la calma, el presidente expresó sus condolencias por la muerte de Kurniawan y declaró estar “conmocionado y decepcionado por las acciones excesivas de los agentes”. Llamó a una investigación exhaustiva.

Nadie debería tomar al pie de la letra estos comentarios hipócritas. Prabowo, quien fue responsable de torturas, asesinatos y otras atrocidades durante la dictadura de Suharto, no dudará en utilizar todos los recursos a su disposición para reprimir cualquier movimiento de oposición a su gobierno. El despliegue del ejército y de unidades especiales de la policía esta semana es una advertencia de que su falsa simpatía puede convertirse rápidamente en represión.

En comentarios citados por la Australian Broadcasting Corporation, el investigador de la Fundación de Asistencia Legal de Indonesia (YLBHI), Arif Maulana, dijo que lo ocurrido durante la protesta del jueves le recordaba la era del Nuevo Orden, “cuando las personas críticas que alzaban la voz eran vistas como enemigas”, y quienes hablaban “eran tachados de criminales, torturados o arrestados arbitrariamente”.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 29 de agosto de 2025)

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