Charlie Kirk, un operador político fascista y pro-Trump de 31 años, fue asesinado a tiros el miércoles por la tarde en el campus de Utah Valley University, en Orem, Utah, mientras se dirigía a una multitud en un acto al aire libre.
Kirk fue el fundador y líder de Turning Point USA, un grupo juvenil fascista activo en los campus universitarios que promovía la supremacía blanca y el odio hacia los inmigrantes y la izquierda. Tras desempeñar un papel destacado en la campaña electoral de Trump de cara a 2024, incluyendo un discurso principal en la Convención Nacional Republicana, Kirk se convirtió en un poderoso asesor de la nueva administración, encargándose de evaluar a los nominados al gabinete según su aceptabilidad entre la “base” fascista de Trump.
Hasta ahora, la policía y las autoridades estatales de Utah han dado poca información sobre las circunstancias del tiroteo y ninguna sobre la motivación del tirador. Si bien el director del FBI, Kash Patel, afirmó que el agresor estaba bajo custodia, las autoridades estatales y locales dijeron solo que tenían a una “persona de interés” bajo interrogatorio y que la investigación continuaba. Más tarde, Patel se retractó, señalando que dicha “persona de interés” había sido interrogada y liberada.
El acto en la Universidad del Valle de Utah fue el primero de una serie de más de una docena de encuentros públicos en campus universitarios de todo el país, donde Kirk iba a defender las acciones de la administración Trump, en particular la persecución de inmigrantes y el genocidio en Gaza. La gira incluía un debate con Hasan Piker en el Dartmouth College, programado para el 25 de septiembre.
Trump fue quien hizo el primer anuncio público de la muerte de Kirk, publicando en redes sociales: “El Gran, e incluso Legendario, Charlie Kirk ha muerto”. Añadió: “Todos lo quisieron y admiraron, especialmente yo, y ahora ya no está con nosotros”.
En una declaración fascistizante desde la Casa Blanca la noche del miércoles, Trump culpó a la “izquierda radical”, a la que acusó de “ser directamente responsable del terrorismo que estamos viendo en nuestro país y debe detenerse ahora mismo”.
Trump claramente apareció en la televisión nacional para explotar el tiroteo y convertir a Kirk en un mártir, con el objetivo de legitimar la violencia creciente de la extrema derecha y lanzar amenazas contra sus oponentes políticos. Esto ocurre en un contexto donde no se ha realizado un arresto y no hay información concreta sobre el responsable del asesinato.
Trump ordenó que las banderas ondearan a media asta hasta el domingo en todo Estados Unidos, en una muestra extraordinaria de luto por alguien sin registro de servicio público y que, en cambio, dedicó su vida a fomentar las formas más repulsivas de odio y racismo. Kirk es, sin duda, el primer fascista consumado en recibir tal honor.
La mayoría de las declaraciones oficiales de pesar y duelo se centraron en la juventud de Kirk y el hecho de que deja a dos hijos pequeños. Ninguna preocupación similar se expresó por las víctimas de desaparición forzada y detención por parte de los matones de la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), como Kilmar Abrego García (quien tiene tres hijos con su esposa ciudadana estadounidense, uno de ellos con autismo) y Mahmoud Khalil (a quien se le negó la liberación humanitaria para estar con su esposa durante el nacimiento de su primer hijo).
El Partido Republicano de Utah caracterizó el tiroteo como violencia política proveniente de la izquierda, a pesar de no haber ninguna prueba disponible. En su comunicado afirmó: “El ataque contra Charlie Kirk y contra la libertad de expresión es maligno, simple y llanamente. El odio, la violencia y la maldad promovidas por extremistas radicales no tienen cabida en este país. ¡Las escuelas y las redes sociales se han convertido en criaderos del odio liberal! ¡Basta ya!”
Una oleada de comentaristas de ultraderecha y fascistas aprovecharon el asesinato de Kirk para afirmar que los “liberales” y “radicales” estaban llevando a cabo una ofensiva violenta contra la administración Trump y contra la sociedad estadounidense en su conjunto. El multimillonario Elon Musk tuiteó: “La izquierda es el partido del asesinato”.
En realidad, lo que ha habido en los últimos años es un aumento de la violencia de derecha, siendo el ejemplo más paradigmático el ataque fascista del 6 de enero de 2021, cuando Trump intentó revertir los resultados de las elecciones de 2020. Numerosos fascistas armados han perpetrado matanzas con motivos políticos y racistas.
El asesinato de Kirk se produce tras el homicidio de una dirigente legislativa estatal demócrata y su esposo en Minnesota, y el ataque incendiario contra la casa del gobernador demócrata de Pensilvania. Esto ocurre en medio de una corriente continua de amenazas de violencia, encarcelamiento y deportación por parte del presidente Trump, dirigidas tanto contra sus oponentes en el aparato político de Washington como contra los millones de trabajadores inmigrantes que han llegado a EE.UU. huyendo de la persecución o en busca de trabajo.
La respuesta del Partido Demócrata ha sido de cobardía y complicidad con esta narrativa derechista. Los principales líderes demócratas, incluyendo los expresidentes Barack Obama y Joe Biden, la exvicepresidenta Kamala Harris y el senador Bernie Sanders, emitieron declaraciones sumisas. Sanders escribió en X/Twitter que “la violencia política no tiene cabida en este país” y “mis pensamientos están con Charlie Kirk y su familia”.
El gobernador de California, Gavin Newsom, calificó el asesinato de Kirk como “repugnante, vil y condenable”. Newsom entrevistó a Kirk como invitado en su propio pódcast a principios de este año, como parte de su intento por encontrar puntos de acuerdo con la ultraderecha, que también incluyó una cálida bienvenida a Steve Bannon.
La respuesta más servil ante el asesinato de Kirk y el intento fascista de sacar rédito político del mismo vino del New York Times, la voz semioficial del Partido Demócrata. A pocas horas de la ejecución, apareció en el sitio web del periódico un editorial titulado: “Estados Unidos llora a Charlie Kirk”. (Posteriormente, el título fue cambiado a “El terrible asesinato de Charlie Kirk y la creciente violencia política en Estados Unidos”).
Es políticamente apropiado condenar el asesinato, que no aporta nada progresivo y de hecho ayuda a los esfuerzos de la Casa Blanca de Trump por atacar los derechos democráticos y establecer un Estado policial. Pero eso no es razón para glorificar a la víctima ni encubrir el carácter sanguinario y prejuicioso de su orientación política.
Los editores del Times afirman que “esa violencia es antitética a Estados Unidos”. Por el contrario, la violencia es parte integral del funcionamiento de la clase dominante estadounidense, ya sea dirigida contra trabajadores en huelga, minorías raciales, inmigrantes o figuras políticas consideradas peligrosas o inconvenientes. Hace apenas una semana, el presidente de Estados Unidos ordenó la incineración de 11 personas que navegaban en un bote pesquero venezolano, alegando sin prueba alguna que eran narcotraficantes y terroristas.
La glorificación de Kirk por parte de ambos partidos capitalistas y los medios corporativos tras su muerte exige encubrir un historial político sórdido y de una vileza pocas veces igualada.
Durante la última década, Charlie Kirk aprovechó cada oportunidad para promover el racismo, la intolerancia y el fascismo, construyendo Turning Point USA con el financiamiento del multimillonario Richard Uihlein.
Kirk fue un organizador clave del mitin “Stop the Steal” del 6 de enero de 2021, que culminó en el asalto al Capitolio. Ha sido uno de los principales promotores de la teoría neonazi del “Gran Reemplazo”, que sostiene que multimillonarios judíos conspiran para “reemplazar” a la población blanca mediante la inmigración. En un mitin de Turning Point en Arizona en 2023, afirmó que la ciudad de Minneapolis había sido “destruida” por inmigrantes, describiéndola como un “ejemplo perfecto del Gran Reemplazo”.
Tan solo en este año, los vínculos de Turning Point USA con la violencia y la reacción política han sido evidentes. En abril, un miembro de la organización abrió fuego en la Universidad Estatal de Florida, matando a dos personas y dejando cinco heridas. Poco después, Kirk explotó las muertes provocadas por las inundaciones en Texas para incitar al odio racial, culpando a un funcionario afroamericano del desastre desde su pódcast.
(Artículo originalmente publicado en inglés el 11 de septiembre de 2025)
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