Miembros y simpatizantes del Partido Socialista por la Igualdad (SGP, por sus siglas en alemán) distribuirán la siguiente declaración en la manifestación “Detengan el genocidio en Gaza”, que tendrá lugar el sábado a las 14:00 h en Berlín, frente a la Puerta de Brandeburgo. Además de Sahra Wagenknecht y el BSW, los raperos Massiv y Bausa, el músico de rock Peter Maffay, el actor y comediante Dieter Hallervorden y la periodista Gabriele Krone-Schmalz llaman a participar.
El horrendo genocidio en Gaza y la temeraria marcha hacia la guerra contra Rusia no son simplemente el resultado de políticas erradas que puedan detenerse presionando al gobierno; son la consecuencia de una profunda crisis del capitalismo mundial. Igual que antes de las dos guerras mundiales, los capitalistas solo tienen una respuesta: guerra en casa y guerra en el extranjero. Durante la crisis financiera y la pandemia, vertieron cientos de miles de millones de euros en bancos y corporaciones. Ahora quieren recuperar ese dinero, junto con las enormes sumas destinadas al rearme, a través de recortes sociales y la guerra.
La existencia de la oligarquía financiera, que ha amasado una riqueza fabulosa, ya no puede conciliarse con las necesidades de la humanidad. Por eso están creciendo en todo el mundo formas autoritarias de gobierno. En Estados Unidos, el presidente Trump está instaurando una dictadura, desplegando el ejército en las ciudades y persiguiendo a trabajadores migrantes. En Francia, el presidente Macron utilizó a decenas de miles de policías para golpear y desalojar de las calles las protestas masivas contra sus políticas de austeridad y guerra. También aquí, en Alemania, se ataca a cualquiera que se oponga a la locura bélica y al genocidio.
Los trabajadores enfrentan una alternativa fundamental: o la clase dominante vuelve a llevar a la humanidad hacia la guerra, la dictadura y la barbarie, o los trabajadores se alzan y ponen fin al podrido sistema capitalista. Solo si las masas de todo el mundo intervienen de manera independiente en la vida política, expropiando a los grandes bancos y corporaciones y poniéndolos bajo control democrático, se podrá evitar la catástrofe.
El Sozialistische Gleichheitspartei (Partido Socialista por la Igualdad) lucha, por tanto, por una perspectiva socialista dirigida contra los belicistas de nuestro propio país y por la unificación de los trabajadores a través de todas las fronteras en la lucha contra la guerra y su causa fundamental: el capitalismo.
Con su respaldo a los crímenes de guerra del Estado israelí en Gaza, el gobierno alemán ha demostrado que no se preocupa por la “paz” y los “derechos humanos”, sino por intereses imperialistas desnudos. Para ello, no solo acepta el asesinato en masa de niños, sino que también pone en riesgo la supervivencia de Europa y del mundo entero.
Con el fin de lograr el control sobre Ucrania y asegurar los recursos naturales de Rusia, el gobierno está intensificando la guerra contra Rusia sin importar las consecuencias. En lugar de responder a la reciente violación del espacio aéreo polaco por parte de drones con desescalada y diplomacia, como en la Guerra Fría, la OTAN responde con escalada e histeria bélica. El peligro de una guerra mundial nuclear que amenace el futuro de la humanidad nunca ha sido mayor. Esto ya lo demuestra el horrendo plan de rearme del gobierno.
Los costos de esta locura los pagará la clase trabajadora. Los despidos masivos buscan preparar a la industria para la guerra y la guerra comercial. El gobierno también planea recortes masivos en educación, salud y servicios sociales. Toda esfera de la vida social está siendo subordinada a la máquina de guerra. Con el regreso del servicio militar obligatorio, toda una generación será sometida a la instrucción militar solo para perecer de nuevo en los campos de batalla de los ricos.
La perspectiva socialista de movilizar internacionalmente a la clase trabajadora es el único medio realista para prevenir la catástrofe y defender los derechos de los trabajadores. La base objetiva para ello se está desarrollando rápidamente. La movilización masiva contra el genocidio en Gaza, las huelgas contra la austeridad en Francia y la creciente indignación de la clase trabajadora muestran que la resistencia está creciendo. La cuestión decisiva es la perspectiva política con la que se desarrollan estas luchas.
La Alianza Sahra Wagenknecht defiende al capitalismo
La mayoría de los participantes y artistas que asisten hoy a la manifestación lo hacen por una auténtica preocupación e indignación frente al genocidio y las políticas de guerra. Pero la Alianza Sahra Wagenknecht (BSW), una escisión del partido La Izquierda, persigue objetivos políticos dirigidos contra una perspectiva socialista y de carácter reaccionario. Esto queda claro en la declaración que ha emitido para las protestas.
Wagenknecht fomenta ilusiones en el capitalismo y así paraliza el movimiento creciente contra los ataques sociales y la guerra. Afirma que puede haber unas fuerzas armadas (Bundeswehr) pacíficas que solo se utilicen para la defensa, y que una tercera guerra mundial puede evitarse con un poco más de diplomacia. “Diplomacia en lugar de militarización” es una de las principales consignas de su declaración.
Estas frases no tienen nada que ver con una lucha contra la guerra. Por el contrario, sirven para defender los intereses empresariales alemanes frente a las crecientes tensiones entre las grandes potencias, particularmente contra Estados Unidos.
“Tenemos que representar nuestros intereses, tenemos que defender nuestros intereses”, exigió Wagenknecht en su discurso en el último congreso del BSW. “Especialmente en el mundo de hoy”, dijo, “necesitamos realmente una Unión Europea que vuelva a defender los intereses europeos, en lugar de comportarse como brazo extendido del gobierno estadounidense”. En su programa electoral, el BSW pidió un “regreso del éxito económico alemán”. Alemania debe seguir siendo una nación industrial líder que requiere “energía barata y seguridad de suministro”, sostiene.
Wagenknecht no solo defiende al capitalismo alemán, sino también su caza global por materias primas y mercados, que es el motor de la política pro-bélica. Sobre esta base, abandonará sus frases pacifistas tan rápidamente como lo hicieron en su día Los Verdes. Por eso el BSW no tiene problema en formar coaliciones con partidos proguerra del establishment a nivel estatal, y trasladar los costos del rearme a los trabajadores mediante recortes sociales.
La verdadera agenda de Wagenknecht se revela más claramente en su vil agitación contra migrantes y refugiados. Se opone a una lucha unida de todos los trabajadores contra la guerra y convierte en chivos expiatorios a personas desesperadas que huyen de las guerras de la OTAN por los problemas sociales causados por los miles de millones entregados a los ricos y por el rearme. Según el programa electoral del BSW, los refugiados son responsables de “apocalipsis con cuchillos, delitos sexuales y terrorismo motivado por la religión”. El partido exige la deportación en masa de cientos de miles de personas sin permisos de residencia.
Esta posición se completa con el reconocimiento del BSW del “derecho a existir” del Estado israelí en su forma actual y su apoyo a una “solución de dos Estados”. Mientras el Estado israelí comete genocidio en Gaza, masacra a palestinos en Cisjordania y expande los asentamientos, el BSW busca protegerlo. Wagenknecht, sin embargo, rechaza una lucha unida de trabajadores palestinos y judíos por un Estado socialista común con igualdad de derechos para todos.
La perspectiva socialista del Sozialistische Gleichheitspartei
El Sozialistische Gleichheitspartei (SGP) enfrenta el nacionalismo de Wagenknecht con la unidad internacional de la clase trabajadora. Como subrayó Karl Liebknecht hace más de un siglo, solo puede evitarse una guerra mundial si los trabajadores de cada país luchan contra sus propios belicistas, su propia clase capitalista, y contraponen a la barbarie capitalista una perspectiva socialista.
Este movimiento requiere una ruptura consciente con todos los partidos y organizaciones que atan a los trabajadores al capitalismo y que, en última instancia, respaldan la política de guerra. El partido La Izquierda, del que Wagenknecht fue miembro hasta hace dos años, también defiende al capitalismo alemán. Incluso apoya la guerra de la OTAN contra Rusia y blanquea el genocidio en Gaza. En el Bundesrat (la cámara alta del parlamento), ha votado a favor de créditos de guerra.
Los sindicatos dejaron hace mucho de ser organizaciones obreras. Imponen los despidos masivos y reducciones salariales exigidos por las corporaciones para librar guerras comerciales y maximizar las ganancias. Cuanto más se intensifican los conflictos entre las grandes potencias, más se alinean con el gobierno, apoyan el rearme y la conversión de la producción civil a militar.
El SGP lucha por la independencia de la clase obrera frente a todas estas organizaciones. Como sección alemana del Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI), se ubica en la tradición del movimiento trotskista, que ha defendido los principios socialistas frente a la socialdemocracia y el estalinismo. Estos principios tienen hoy una importancia decisiva.
Llamamos a construir comités de base en los que los trabajadores puedan unirse para luchar contra la política proguerra y los ataques sociales. Cada fábrica, cada lugar de trabajo y cada barrio obrero debe convertirse en un centro de lucha coordinada. Estos comités de base deben vincularse internacionalmente, independientemente de todos los partidos capitalistas y sindicatos.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 13 de septiembre de 2025)