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Transmisión en vivo del 11 de septiembre de Fain: Presidente del UAW promueve la colaboración con el fascista Trump

Presidente del UAW, Shawn Fain, durante una transmisión en vivo [Photo: UAW]

El presidente del United Auto Workers (UAW), Shawn Fain, realizó una “asamblea comunitaria” transmitida en livestream (en vivo el 11 de septiembre desde la sede nacional del UAW en Detroit. En sus declaraciones, Fain expresó la preocupación del aparato sindical en crisis, alarmado por el creciente descontento de los trabajadores ante una inseguridad económica cada vez mayor y las maniobras del gobierno de Trump para establecer una dictadura.

Celebrado inmediatamente después del tiroteo contra el provocador de extrema derecha Charlie Kirk —suceso que está siendo utilizado por la administración Trump para criminalizar la oposición socialista y de izquierda—, Fain no dijo nada en su discurso de 45 minutos sobre la amenaza existencial contra la democracia y los derechos de la clase trabajadora. En cambio, redobló su apoyo a las políticas comerciales de guerra de Trump, presentando las acciones del presidente fascista como beneficiosas para los trabajadores estadounidenses.

Luego de intentar aprovechar el enojo de los trabajadores con frases vacías sobre la “codicia corporativa” y la desigualdad social, Fain se jactó de que la burocracia del UAW realiza reuniones periódicas con funcionarios de Trump para expandir los aranceles como parte de la política nacionalista del gobierno de construir una “fortaleza América” en preparación para una guerra mundial.

“Quiero ser claro, estamos de acuerdo con la administración Trump en los aranceles estratégicos”, declaró Fain, afirmando que “el libre comercio ha sido un desastre”. Rechazando toda lucha por unir a los trabajadores estadounidenses con sus hermanos de clase en México, Canadá, China y el resto del mundo contra las corporaciones transnacionales, Fain declaró que el UAW está presionando al gobierno de Trump para iniciar investigaciones arancelarias contra Mack Trucks por construir una nueva planta en México.

“Hemos estado trabajando con la Casa Blanca para incluir a los trabajadores de Deere, Caterpillar y CNH en sus regulaciones arancelarias”, dijo, agregando que “esperamos buenos resultados” de la investigación del gobierno de Trump sobre las industrias de camiones pesados e implementos agrícolas. “Estos productos se venden en Estados Unidos y deberían fabricarse en Estados Unidos”.

En realidad, no existe un vehículo “fabricado en Estados Unidos”, al igual que no existe un vehículo nacional alemán, japonés u otro. Son el producto de una división internacional del trabajo que une a los trabajadores en un único proceso de producción global. Las medidas de guerra comercial de Trump ya están teniendo un impacto devastador en los trabajadores en forma de mayor inflación y despidos.

La adopción por parte de la burocracia del UAW del chovinismo de “Hacer América Grande Otra Vez” de Trump no es una ruptura, sino una continuidad y profundización de su política bajo Biden. Mientras Biden promovía a los sindicatos como su “OTAN doméstica”, Fain ofrecía los servicios del UAW en la transición hacia una economía de guerra, haciendo frecuentes referencias a la movilización militar de la Segunda Guerra Mundial, el llamado “arsenal de la democracia”.

Fain ha sido apoyado por los Socialistas Democráticos as de Estados Unidos” (DSA, por sus siglas en inglés), Labor Notes y otras organizaciones pseudoizquierdistas que lo presentaron falsamente como un “reformador sindical”. Todas estas organizaciones se opusieron a la campaña de Will Lehman, el trabajador de Mack Trucks que se postuló como candidato socialista a la presidencia del UAW y que llamó a abolir el aparato del UAW y transferir el poder a los trabajadores en las fábricas.

En su transmisión en vivo, Fain ignoró por completo el impulso abierto de Trump hacia la dictadura, expresado en el despliegue de tropas en Washington D.C. y las amenazas de enviar militares a Chicago y ahora a Memphis, las provocaciones contra Irán y Venezuela, o el creciente genocidio en Gaza. Cínicamente, intentó presentar la adopción del programa derechista, nacionalista y militarista por parte del UAW como independiente de otras políticas del gobierno de Trump, como “secuestrar personas en la calle” y destruir la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA), el Departamento de Educación y otras agencias.

Esta salvedad, mencionada de pasada al final de su discurso, no significa absolutamente nada. Al igual que la AFL-CIO y el resto de la burocracia sindical, Fain ha hecho todo lo posible por sabotear la creciente resistencia de los trabajadores en las industrias básicas y las universidades contra las medidas dictatoriales de Trump y el empeoramiento de la situación económica. Esto incluye bloquear huelgas o terminarlas lo más pronto posible bajo los términos de la patronal.

Promueve huelga para el Primero de Mayo de 2028

Fain intentó disfrazar sus políticas derechistas y antiobreras con una retórica “militante”, denunciando a los “milmillonarios” e incluso hablando de “lucha de clases”. Promovió el vencimiento del contrato el Primero de Mayo de 2028 como el momento en que el sindicato supuestamente lideraría un gran enfrentamiento con la patronal. En otras palabras, los trabajadores deberían esperar casi tres años antes de tomar cualquier acción frente a los planes de Trump y la oligarquía para establecer una dictadura y retornar a condiciones de esclavitud industrial no vistas en más de un siglo.

Debe organizarse una resistencia masiva. Pero esto solo puede lograrse mediante una rebelión contra la burocracia sindical, que funciona como instrumento del establishment corporativo y político. Esto implica construir nuevas organizaciones controladas por los trabajadores de base.

La Alianza Internacional Obrera de Comités de Base (AIO-CB) lucha por construir comités de base en cada fábrica y lugar de trabajo, para unir a los trabajadores contra los despidos y la explotación capitalista, y preparar una huelga general contra las maniobras dictatoriales de Trump.

El apoyo de Fain y otras facciones de la burocracia sindical, incluido el presidente del sindicato Teamsters, Sean O’Brien, ha dado a Trump un impulso clave y ha servido para promover su agenda fascista. Esto ha sido reconocido por el propio Trump, quien ha mencionado varias veces el respaldo de Fain. En un evento junto a la secretaria de Trabajo Lori Chavez-DeRemer el mes pasado, Trump dijo que Fain “no me conocía, no me caía bien, y ahora le caigo bien. Dice, ‘hombre, no puedo creer lo que ha hecho Trump’”.

En una muestra del respaldo estatal a la burocracia sindical, la semana pasada el monitor judicial designado para el UAW invalidó por motivos técnicos un voto de seis grandes seccionales del sindicato que presentaron cargos contra Fain por represalias e irregularidades financieras. La decisión implica que el proceso debe reiniciarse.

Frente a las críticas sobre su respaldo a las políticas de Trump, Fain recurrió a argumentos ramplones y pragmáticos. “No somos demócratas ni republicanos. Somos sindicalistas. Nuestro trabajo no es jugar a la política partidaria ni elegir un bando que nos guste o hacernos amigos de ciertos políticos”.

En realidad, la burocracia sindical estadounidense, incluido el UAW, se consolidó en las décadas de 1930 y 1940 mediante una lucha contra los socialistas que llamaban a romper con el Partido Demócrata y construir un partido obrero. Oponiéndose al amplio apoyo popular a esta demanda, Walter Reuther subordinó políticamente a la clase trabajadora al sistema bipartidista capitalista, lo que llevó a décadas de desastres para los trabajadores.

Fain abrió sus comentarios con referencias a los ataques terroristas del 11 de septiembre, que fueron utilizados por el gobierno de Bush y ambos partidos controlados por las corporaciones para reprimir la disidencia interna y expandir las guerras imperialistas por la conquista global. El resultado de este ataque bipartidista a los derechos democráticos se ve ahora en el impulso fascista de Trump.

Por muy orquestado que estuvo el evento, la creciente hostilidad entre los trabajadores se hizo evidente en los comentarios y preguntas dirigidas a Fain. Muchos expresaron su enojo por la negativa del UAW a luchar contra los despidos o a oponerse a las horas extra obligatorias mientras hay trabajadores despedidos en la calle.

Defiende el contrato entreguista de 2023

El presidente del UAW intentó débilmente defender los “contratos históricos” del 2023 con las tres grandes automotrices, promoviendo los patéticos aumentos salariales por debajo de la inflación, incluso mientras admitía que los acuerdos no lograron conquistas fundamentales como la restitución de las pensiones, la atención médica para jubilados, la abolición del sistema por niveles y temporales, y la semana laboral reducida. Reconoció que los acuerdos provocaron el despido de más de 3.000 trabajadores solo en Stellantis. Prometió que estos temas serían una prioridad en 2028.

Luego presentó un gráfico mostrando la tendencia de largo plazo de aumento de la productividad laboral en contraste con el estancamiento salarial y la caída del empleo, especialmente después de 1980. No mencionó que esta severa degradación de la posición social de la clase trabajadora fue el resultado directo de décadas de concesiones impuestas por el UAW y otros sindicatos, comenzando con las concesiones a Chrysler en 1979 y la traición a la huelga de los controladores aéreos de PATCO en 1981.

Gráfico presentado en la transmisión del 11 de septiembre del UAW mostrando aumento en productividad y estancamiento salarial [Photo: UAW]

Basado en su programa procapitalista y nacionalista, la respuesta del UAW a la creciente crisis del capitalismo estadounidense en los años ochenta fue abandonar cualquier defensa de los intereses de los trabajadores en nombre de una colaboración irrestricta con las corporaciones y el gobierno estadounidense, y de la defensa de las empresas estadounidenses contra sus competidores extranjeros. A cambio, el aparato del UAW fue recompensado con cientos, si no miles de millones de dólares canalizados desde las corporaciones a sus arcas mediante numerosos “programas conjuntos”.

Siguiendo la misma lógica de clase, hoy el UAW está llevando su integración al aparato estatal capitalista a un nuevo nivel mediante la colaboración con un gobierno fascista.

Fain intentó ocultar el podrido historial de la burocracia sindical con referencias a una serie de luchas contractuales recientes supuestamente exitosas que, en realidad, fueron vendepatrias. Afirmó que el acuerdo en Daimler Truck del año pasado implicó “aumentos salariales récord” y “ajustes por costo de vida”. En realidad, el UAW ignoró abrumadores votos de autorización de huelga y impuso acuerdos con aumentos salariales por debajo de la inflación y fórmulas de ajuste por costo de vida que solo ofrecen centavos frente al aumento de los precios.

También mencionó supuestos logros en los contratos con Rolls Royce en Indianápolis y General Dynamics Electric Boat en Groton, Connecticut. En ambos casos, el UAW ignoró aplastantes votos a favor de la huelga e impuso acuerdos entreguistas frente a una intensa oposición, sin satisfacer las demandas más básicas de los trabajadores. Al bloquear huelgas en estas empresas, ambas contratistas claves de defensa, el UAW reafirmó su compromiso principal con las políticas de guerra del gobierno estadounidense, incluyendo el armamento y facilitación del genocidio israelí en Gaza.

Fain anunció que el sindicato está cerca de llegar a un acuerdo para finalizar la huelga de más de 600 trabajadores en GE Aerospace, otro contratista de defensa. Durante el fin de semana, el UAW anunció un acuerdo, pero sus funcionarios planean retener los detalles hasta la víspera de la votación del 19 de septiembre.

Fain no dijo una palabra sobre el creciente número de muertes laborales en las fábricas automotrices, incluyendo la muerte el 7 de abril de Ronald Adams Sr., trabajador de oficios calificados en Stellantis, en la planta de motores de Dundee, en el sureste de Míchigan, ni la muerte del trabajador Antonio Gaston en Toledo Jeep en agosto del año pasado. En ambos casos, el UAW trabajó en estrecha colaboración con la patronal para encubrir las condiciones inseguras que contribuyeron a las muertes.

La Alianza Internacional Obrera de Comités de Base rompió el velo de secreto que envolvía la muerte de Adams mediante una investigación obrera celebrada el 27 de julio en Detroit, que incluyó testimonios de expertos en seguridad y trabajadores. Entre otros hechos que salieron a la luz figuró que las protecciones de bloqueo/etiquetado eran habitualmente burladas mediante “llaves falsas” distribuidas por la dirección con la connivencia del UAW.

La alianza del gobierno de Fain y el aparato del UAW con la administración fascistizante de Trump está en línea con esta continua cadena de traiciones. La única base para defender siquiera los derechos más básicos de la clase obrera consiste en rechazar el programa nacionalista y procapitalista del aparato sindical del UAW y adoptar una estrategia internacional, basada en la unidad mundial de la clase trabajadora.

Los trabajadores deben sacar las conclusiones necesarias de este historial y unirse a la lucha de la Alianza Internacional Obrera de Comités de Base (AIO-CB) para construir un movimiento de trabajadores de base independiente del aparato proempresarial del UAW.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 14 de septiembre de 2025)

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