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Protesta masiva pro-Gaza bloquea la etapa final de la Vuelta Ciclista a España

La cancelación sin precedentes de la etapa final de la Vuelta a España el domingo ha tenido repercusiones a nivel internacional, poniendo de relieve la oposición masiva al genocidio en Gaza. Una de las tres “Grandes Vueltas” del ciclismo junto al Tour de Francia y el Giro de Italia, La Vuelta recorre 3.100 kilómetros y es seguida por millones de personas.

Personas gritan consignas y portan banderas palestinas mientras protestan durante la vigésimo primera etapa de la Vuelta Ciclista de Alalpardo a Madrid, España, domingo, 14 de septiembre de 2025. [AP Photo/Andrea Comas]

El domingo por la tarde, la etapa final fue cancelada cuando más de 100.000 manifestantes tomaron las calles de Madrid; miles desbordaron el recorrido de los ciclistas al entrar en la ciudad para el tramo final de la carrera. Los manifestantes derribaron vallas y marcharon por el circuito con pancartas que decían “Boicot Israel Genocidio No”, coreando “Boicot, boicot, boicot a Israel”, “Palestina libre” y “embargo total”. La policía lanzó gases lacrimógenos y cargó contra la multitud.

El gobierno de coalición entre el PSOE y Sumar, en colaboración con la administración regional del derechista Partido Popular (PP) en Madrid, había desplegado más de 2.000 agentes de policía y personal de emergencia para el evento. La Guardia Civil movilizó 130 efectivos, cerca de 100 vehículos y un helicóptero, respaldados por una fuerza especial de más de 400 agentes. Solo la Policía Nacional asignó 1.100 efectivos—la mayor operación desde la cumbre de la OTAN de 2022 en Madrid—incluidos los perros policía, drones y helicópteros. Se enviaron refuerzos desde ciudades cercanas.

Los manifestantes eligieron interrumpir la carrera por la participación del equipo ciclista Israel–Premier Tech, propiedad del multimillonario israelí-canadiense Sylvan Adams, un ferviente defensor del Estado sionista y amigo personal del primer ministro genocida israelí Benjamín Netanyahu. La hipocresía de la Unión Ciclista Internacional (UCI), el máximo organismo del ciclismo mundial, fue flagrante. Expulsó a los equipos rusos y bielorrusos un mes después del inicio de la guerra en Ucrania. Los ciclistas de estos países solo pueden competir individualmente, fuera de sus federaciones nacionales y sin portar banderas. Sin embargo, la UCI permitió la participación de Israel-Premier Tech.

Durante semanas, los manifestantes interrumpieron etapas de la Vuelta exigiendo la expulsión de Israel, pero el domingo miles derribaron las barreras policiales y forzaron la suspensión de la competición. El tradicional sprint final y la ceremonia del podio fueron cancelados, mientras los organizadores abandonaban el escenario y la policía antidisturbios intentaba dispersar a los manifestantes con gases lacrimógenos, granadas aturdidoras y cargas con porras.

Aunque las protestas fueron convocadas formalmente por el partido pablista Anticapitalistas y la Red de Solidaridad Contra la Ocupación de Palestina (Rescop), que incluye al movimiento BDS, la magnitud de la movilización del domingo desbordó y sorprendió incluso a los organizadores.

Raúl Camargo, portavoz de Anticapitalistas, admitió a France24: “Sabíamos que se iban a producir acciones como ésta porque hay mucha gente trabajando en pequeños colectivos, pero no era una acción organizada por quienes llevamos implicados en las protestas desde el comienzo”. Víctor de la Fuente de Anticapitalistas reconoció a El País que, si bien su objetivo era “lograr una movilización masiva,” solo esperaban acciones “disruptivas” aisladas.

Tanto Anticapitalistas como Rescop admitieron que el bloqueo decisivo que obligó a suspender La Vuelta fue una erupción “espontánea” y “autoorganizada”, no el resultado de su planificación. Camargo explicó que el papel de Rescop se limitó a organizar una reunión, acordar consignas y puntos de encuentro, y difundir un cartel en redes sociales y WhatsApp. “Así se convocó a miles y miles de personas,” admitió. El trabajo de movilización, dijo, fue “muy fácil, porque ahora mismo hay mucho respaldo en el Estado español a las reivindicaciones de solidaridad con Palestina”.

Las 100.000 personas que salieron a las calles según cifras oficiales, no llegaron solo desde los puntos de convocatoria designados en Atocha, Cibeles y la Ermita de San Antonio de la Florida, sino también desde decenas de otros lugares, muchos de ellos improvisados. Grupos vecinales se organizaron de forma autónoma, coordinándose mediante grupos de WhatsApp. Héctor Grad de Rescop explicó que “luego se unieron otros colectivos por su cuenta, docentes, artistas”, hasta que “al final había más de 12 puntos en los que se congregaba gente, algunos inesperados”.

El primer ministro Pedro Sánchez intentó cínicamente presentarse como solidario con las protestas, pese a que su gobierno había coordinado con el gobierno regional de Madrid para reprimirlas. Afirmó: “Hoy España brilla como ejemplo y como motivo de orgullo, un ejemplo para una comunidad internacional donde se ve a España dar un paso adelante en la defensa de los derechos humanos”. Ayer, Sánchez exigió que Israel sea excluido de las competiciones deportivas internacionales.

Esta retórica cínica intenta alinear al gobierno con la inmensa indignación popular ante el genocidio israelí y la complicidad de Washington, Londres, Berlín y París. En realidad, el gobierno de PSOE–Sumar ha emprendido las mismas maniobras hipócritas que los demás gobiernos de la OTAN.

A principios de septiembre, Sánchez anunció una serie de medidas tras casi dos años de genocidio, incluyendo una prohibición “legal y permanente de la compraventa de armas, munición y equipos militares” a Israel. Incluso esta declaración estaba plagada de vacíos legales. No especificaba si incluía productos y tecnologías de doble uso, ni las piezas de repuesto necesarias para mantener el material militar israelí ya en uso por las Fuerzas Armadas españolas. Tampoco abordó los más de 40 contratos otorgados a empresas de armas israelíes y sus filiales.

El gobierno de PSOE–Sumar quedó aún más expuesto en julio, cuando Eldiario.es reveló que entre febrero y mayo de 2025 incrementó sus importaciones de “armas y municiones” desde Israel, convirtiéndose en el principal importador de armamento israelí en la UE. El Centro Delàs confirmó que, pese a los supuestos embargos, las exportaciones españolas de equipos militares a Israel continuaron tanto en 2024 como en 2025. Además, puertos españoles como Algeciras y las bases estadounidenses en Rota y Morón siguen facilitando el reabastecimiento e inteligencia militar de los sistemas bélicos del imperialismo estadounidense para Israel.

En el terreno del comercio, el gobierno acordó impedir la importación de productos de los asentamientos ilegales en Gaza y Cisjordania, pero no prohibió su tránsito, mientras mantiene relaciones normales con empresas israelíes cómplices de la ocupación.

La protesta masiva en Madrid confirma la abrumadora y explosiva oposición popular en España y en toda Europa al genocidio en Gaza y a la complicidad de los gobiernos imperialistas de la OTAN.

Anticapitalistas presentó la acción del domingo como una reivindicación de su perspectiva de presionar a los gobiernos imperialistas para que rompan relaciones con Israel, declarando: “Demuestra que se puede obligar a nuestros gobiernos a cortar por completo relaciones con Israel.”

Lucía Nistal, de la Corriente Revolucionaria de Trabajadores morenista, repitió este planteamiento: “Nos han enviado más de 2.300 efectivos de policía, han intentado reprimirnos, han intentado criminalizarnos por negarnos a ser cómplices del lavado de imagen del sionismo en el que querían convertir la Vuelta ciclista. Pero hoy hemos parado la Vuelta. Ahora hay que pararlo todo. ¡Viva Palestina libre!”

Esta es una vía muerta para la creciente indignación de la clase obrera, tanto en España como internacionalmente, frente al genocidio en Gaza. Las potencias imperialistas de la OTAN, incluido el gobierno del PSOE–Sumar, no pueden ser presionadas para detener un genocidio que están financiando y armando directamente. Es seguro predecir que continuarán abasteciendo de armamento a Israel incluso después de la protesta en Madrid.

Lo que se requiere es una movilización independiente e internacional de la clase obrera—en España, en toda Europa, Medio Oriente e internacionalmente—para bloquear el reabastecimiento militar de Israel. Trabajadores y jóvenes deben rechazar la política fraudulenta de apelaciones morales al gobierno del PSOE–Sumar y construir sus propias organizaciones de base, completamente independientes de las burocracias sindicales, los partidos del sistema y sus satélites políticos pequeñoburgueses, en base a una perspectiva de lucha por el socialismo. Esta es la única manera de organizar una lucha real que detenga verdaderamente la masacre en Gaza y la escalada bélica en Medio Oriente.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 15 de septiembre de 2025)

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