A principios de este mes, el presidente Trump se jactó en una entrevista con Fox News de que, bajo su liderazgo, Estados Unidos tenía la tiene la “mejor economía que hemos tenido jamás”. Cualquier trabajador que viera la entrevista se habría preguntado de qué estaba hablando el presidente de Estados Unidos.

Pero Trump explicó rápidamente lo que quería decir. “Tenemos el mejor mercado de valores que jamás hayamos tenido” y eso es verdad, El mercado de valores, y la riqueza de la élite financiera que posee la mayoría de los activos financieros, sigue batiendo récords. El NASDAQ ha subido un 27 por ciento en un solo mes. El CEO de Oracle, Larry Ellison, ganó $ 100 mil millones en un solo día. NVIDIA, cuyos chips impulsan el auge de la inteligencia artificial, a su vez detrás de los despidos en todo el país, ha visto aumentar el precio de sus acciones en un 50 por ciento, imitando las alturas vertiginosas del auge de las puntocom hace un cuarto de siglo.

Trump nunca deja de jactarse de las fortunas creadas para la oligarquía financiera. Lo que no se dice es que estas fortunas se basan en el empobrecimiento y la explotación cada vez mayor de los trabajadores de los Estados Unidos y del mundo.

En una indicación de lo que la clase dominante está planeando y sus implicaciones, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) anunció el sábado la “terminación de los futuros Informes de Seguridad Alimentaria de los Hogares”, que se han publicado todos los años durante 30 años para documentar el estado del hambre en el país.

La oficina del secretario de Agricultura, Brooke Rollins, declaró que los informes del USDA, considerados por los investigadores como el estándar de oro para medir el hambre en Estados Unidos, “no hacen más que infundir miedo”. Son, en sus palabras, “forraje liberal”.

Rollins afirmó: “Las tendencias en la prevalencia de la inseguridad alimentaria se han mantenido prácticamente sin cambios”.

Pero es una mentira. El informe del año pasado mostró que en 2023, el 19 por ciento de los niños de Estados Unidos fueron clasificados como “padeciendo de inseguridad alimentaria”, lo que significa que vivían en hogares que “tuvieron dificultades en algún momento del año para proporcionar suficiente comida para todos sus miembros debido a la falta de recursos”. En un lenguaje simple, casi uno de cada cinco niños de Estados Unidos tenía hambre.

El informe del año pasado mostró un fuerte aumento en el hambre a partir de 2021, cuando el 13 por ciento de los niños de Estados Unidos fueron clasificados como con inseguridad alimentaria.

El hambre en Estados Unidos ha aumentado aún más debido a la combinación del aumento de los precios de los alimentos, el estancamiento de los salarios, el aumento del desempleo y el asalto implacable de la Administración de Trump a los programas sociales.

Este año, la Administración ha recortado millones de dólares en ayuda federal a los bancos de alimentos, y el “gran y hermoso proyecto de ley” de Trump incluyó los mayores recortes al Programa de Asistencia de Nutrición Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés), o cupones de alimentos, en años.

El factor más palpable del hambre es el aumento de los precios de los alimentos. Desde febrero de 2020, el precio del bistec ha aumentado un 54 por ciento y el de la carne molida un 51 por ciento.

Como resultado, los estadounidenses simplemente están comprando menos carne de res. “Estamos viendo que la gente opta por alejarse de la carne de res”, dijo Chris Dubois, de la firma de investigación de gastos Circana, a National Public Radio.

En cambio, más estadounidenses están recurriendo a Hamburger Helper, un alimento de relleno comercializado para estirar cantidades más pequeñas de carne en porciones más grandes. Las ventas del producto aumentaron un 14,5 por ciento durante el año pasado. Las ventas de arroz han aumentado un 7,5 por ciento, al igual que las ventas de frijoles enlatados. “Frijoles y arroz”, popularizado por el gurú de la autoayuda Dave Ramsey, se está convirtiendo en la dieta nacional.

Pero no es solo el creciente costo de los alimentos lo que agota los presupuestos de los trabajadores, es el dinero para pagarlo. A pesar del vertiginoso aumento de los precios de las acciones y las criptomonedas, la economía real se está estancando.

Las cifras mensuales de empleo del Departamento de Trabajo han mostrado una marcada tendencia a la baja a lo largo del año y, por primera vez desde la recesión de 2020, la economía estadounidense en realidad perdió empleos en junio. La tendencia está impulsada por los despidos masivos en toda la economía.

La actual oleada de despidos se dirige a la fuerza laboral de cuello blanco, particularmente en el sector de la tecnología, a medida que las empresas implementan herramientas de inteligencia artificial para aumentar la productividad y, a su vez, recortar sus plantillas. Solo en septiembre, XAI, Rivian, Oracle y Salesforce anunciaron cientos de despidos a pesar del creciente valor de las acciones de estas empresas. En medio de estos despidos, Newsweek comentó: “Es el peor momento para ser un graduado universitario en años”.

Pero los analistas advierten que, si bien la fuerza laboral oficinista ha sido atacada primero, a menudo porque sus trabajos son más fáciles de automatizar utilizando herramientas de IA, la automatización impulsada por IA conducirá a cientos de miles de despidos entre la fuerza laboral manufacturera y de servicios en los próximos meses y años.

Una vez que los trabajadores pierden sus empleos, permanecen desempleados más tiempo que en cualquier momento reciente. El informe de empleo de este mes mostró que el 26 por ciento de los estadounidenses desempleados han estado sin trabajo durante 27 semanas o más, la proporción más alta desde la recesión de 2021. Hay 1,9 millones de estadounidenses desempleados de larga duración, frente a 1,1 millones en enero de 2023.

La combinación del aumento de los precios, el estancamiento de los salarios y la disminución de las perspectivas de empleo están impulsando un aumento de la pobreza en los EE.UU. Detroit, aclamada por experimentar un cambio económico, vio aumentar su tasa de pobreza al 34,5 por ciento el año pasado, el nivel más alto desde 2007. Un informe publicado por la Universidad de Columbia encontró que uno de cada cuatro neoyorquinos no podía pagar los alimentos ni la vivienda, y que la tasa de pobreza había aumentado en siete puntos porcentuales en solo dos años.

Pero en el otro polo de la sociedad, las cosas nunca han estado mejor. La Administración de Trump ha sido una bonanza para la oligarquía estadounidense.

Desde las elecciones del 5 de noviembre de 2024, las 10 personas más ricas de Estados Unidos han visto aumentar su riqueza combinada en $703 mil millones, o el 41 por ciento, según el Índice de Milmillonarios de Bloomberg. Ellison, propietario de la sexta isla más grande de Hawái, vio cómo su riqueza se disparaba en $180 mil millones. Tesla y el CEO de SpaceX, Elon Musk, el hombre más rico del mundo, vieron aumentar su riqueza en $176 mil millones durante este período.

En 1975, el 1 por ciento superior de los asalariados recibía el 10 por ciento del ingreso nacional. Hoy en día, reciben más del 20 por ciento. Y la proporción del ingreso nacional ganado por el 50 por ciento inferior se ha derrumbado, del 20 por ciento en 1975 a solo el 13 por ciento en la actualidad, según cifras del investigador de desigualdad Gabriel Zucman.

La gran riqueza de la élite financiera se puso de manifiesto la semana pasada cuando el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, flanqueado por multimillonarios, incluidos Rupert Murdoch y el CEO de Blackstone, Stephen Schwarzman, junto con el CEO de Apple, Tim Cook, y el CEO de OpenAI, Sam Altman, viajaron al Castillo de Windsor del Reino Unido para asistir a un banquete como invitados de la monarquía británica.

El asalto frontal de la Administración de Trump a los programas sociales es un intento de defender y enriquecer la riqueza de esta oligarquía en medio de una crisis cada vez más profunda y creciente. Todos los programas sociales, desde la asistencia alimentaria hasta Medicare, Medicaid y el seguro social, están en la recta final.

La Casa Blanca está tratando de encubrir la prevalencia del hambre en Estados Unidos porque sabe que sus políticas conducirán a un gran aumento de todas las formas de miseria social. Reducir la salud, el bienestar y la longevidad de la población estadounidense no es un subproducto de las políticas de Trump; es el objetivo.

La decisión del Gobierno de Trump de suspender el informe sobre el hambre del USDA es, en última instancia, una acción de desesperación y miedo. A pesar de no enfrentar una oposición significativa del Partido Demócrata, la Casa Blanca sabe que la profundización de la crisis económica y el aumento incontrolable del costo de la vida están poniendo a la oligarquía de Estados Unidos, y a su Estado, en un curso de colisión con la clase trabajadora.

Es este miedo el que está impulsando a la Administración de Trump, hablando en nombre de la oligarquía financiera, a intentar erigir una dictadura en los Estados Unidos. Los antagonismos sociales en Estados Unidos han alcanzado un nivel tan vasto que no se pueden contener dentro de las formas democráticas de gobierno. Trump no enfrenta oposición por parte del Partido Demócrata porque todo el establishment político habla por la oligarquía cuya riqueza Trump se ha comprometido a defender y expandir.

Cada vez más, Trump habla el lenguaje de la guerra civil, y el objetivo de esta guerra es la población estadounidense.

La profundización de la crisis económica y social llevará a los trabajadores a la lucha. Como explicó el Partido Socialista por la Igualdad en su declaración publicada el viernes, “La conspiración fascista de Trump y cómo combatirla: una estrategia socialista”:

Este movimiento, liderado por la clase trabajadora, requiere un programa que refleje con precisión las realidades socioeconómicas y corresponda a los intereses de la abrumadora mayoría de la población. La oligarquía capitalista ha declarado la guerra a la clase trabajadora. La respuesta necesaria es la declaración de guerra de la clase trabajadora contra el capitalismo que debe resultar en la reorganización socialista de la sociedad.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 21 de septiembre de 2025)