Español

Las potencias imperialistas aprietan el cerco en torno a Irán con la reimposición de sanciones

Las Naciones Unidas reimpusieron sanciones contra Irán el 28 de septiembre —sanciones que habían sido levantadas en virtud del Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés)— después de que Reino Unido, Francia y Alemania (el E3) activaran el mecanismo de “snapback” (restablecimiento automático), acusando a Teherán de violar sus obligaciones nucleares bajo el acuerdo.

Esta es la amenaza contra Irán: capitular ante los dictados de Washington, poner fin al programa nuclear y a la alianza con Rusia y China o enfrentarse a otro asalto militar aún más destructivo. El secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, describió la medida como “un acto de liderazgo global decisivo por parte de Francia, Alemania y Reino Unido”.

Antonio Guterres, el secretario general de la ONU, se dirige a la 80ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas al inicio de la Semana de Alto Nivel, lunes 22 de septiembre de 2025 [AP Photo/Angelina Katsanis]

El JCPOA fue firmado en 2015 por Irán, la Unión Europea (UE), los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y Alemania. El primer gobierno de Trump se retiró unilateralmente del acuerdo en 2018 e impuso devastadoras sanciones a Irán, incluyendo el bloqueo a sus exportaciones de petróleo y sanciones secundarias a países que comercien con Irán—sumiendo al país en una crisis económica aún más profunda. Esto a pesar de que Teherán cumplía plenamente con el acuerdo.

Aunque las potencias europeas se opusieron a la retirada de EE.UU., que perjudicaba su creciente comercio con Irán, no hicieron nada para sortear las sanciones estadounidenses y, de facto, se alinearon con Washington.

Inicialmente, Irán siguió respetando el acuerdo con la esperanza de que las potencias europeas encontraran un mecanismo para esquivar las sanciones o persuadieran al gobierno de Trump de volver al tratado. Posteriormente, citando el artículo 36 del JCPOA —que permite a cualquier parte suspender sus compromisos si otra parte los incumple y/o notificar al Consejo de Seguridad de la ONU— Irán comenzó a enriquecer uranio más allá del límite del 3,5 por ciento, hasta un 60 por ciento de pureza.

El acuerdo nuclear con Irán de 2015 en Viena. De izquierda a derecha: cancilleres Wang Yi (China), Laurent Fabius (Francia), Frank-Walter Steinmeier (Alemania), Federica Mogherini (UE), Mohammad Javad Zarif (Irán), Philip Hammond (Reino Unido), John Kerry (EE.UU.) [Photo by Bundesministerium für Europa, Integration und Äusseres - Iran Talks / CC BY 2.0]

Las sanciones reimpuestas por la ONU incluyen la prohibición de todo comercio e inversión relacionados con el programa nuclear y de misiles balísticos de Teherán, incluido un embargo de armas y restricciones en la producción de misiles; nuevas restricciones a la inversión extranjera en el sector petrolero y gasífero; duras sanciones contra el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (IRGC, por sus siglas en inglés), que controla buena parte de la economía iraní a través de empresas afiliadas; congelación de activos y prohibiciones de visado, así como el cese total del enriquecimiento de uranio y otras actividades nucleares previamente permitidas por el JCPOA. Además, el snapback restablece un embargo total sobre todas las transacciones armamentísticas con Irán que había expirado en 2020.

Estas sanciones incrementarán la presión sobre la ya frágil economía iraní. Protestas y manifestaciones por salarios y pensiones no pagados, así como por las condiciones laborales, continúan en un país devastado por años de sanciones estadounidenses y secundarias, que han provocado una inflación galopante y la caída estrepitosa de la moneda: el rial alcanzó un mínimo histórico de 1.123.000 por dólar tras el anuncio.

Han sido frecuentes los apagones programados y no programados, mientras el cambio climático y la crónica mala gestión del gobierno han agotado rápidamente las reservas de agua subterránea, provocando una escasez severa en 24 de los 31 estados del país. El gobierno se ha visto obligado a declarar los miércoles como días festivos en Teherán y sus alrededores para reducir el consumo de energía y agua.

Irán aún sufre el impacto del bombardeo criminal e inmotivado lanzado por EE.UU. e Israel en junio, que apuntó a instalaciones industriales y nucleares, y asesinó a importantes políticos, científicos y funcionarios.

La guerra se desató con el objetivo del imperialismo estadounidense de controlar Oriente Próximo y sus rutas de transporte estratégicas, en preparación para una confrontación más amplia con China. Siguió al traslado de Israel del Comando Europeo al Comando Central de EE.UU., lo que facilitó su cooperación militar directa con los Estados árabes tras los Acuerdos de Abraham. Esto impulsó enormemente las exportaciones israelíes de armas y tecnologías de vigilancia hacia el Golfo, permitiendo su eventual transferencia a países sin vínculos directos con Israel.

El bombardeo estadounidense/israelí siguió a casi dos años de ataques israelíes contra los aliados regionales de Irán —Hezbolá en Líbano, Siria y los hutíes en Yemen— debilitándolos considerablemente, y sobre todo contra Hamás y los palestinos en Gaza. El embargo de armas contra Irán busca obstaculizar su capacidad de armar a estos aliados, incluida Rusia, a la que suministra drones en la guerra en Ucrania. Las potencias europeas justificaron la guerra de junio apoyando el pretexto engañoso de Tel Aviv y Washington: que Irán no debe tener jamás un arma nuclear ni representar una amenaza para la seguridad regional. La Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) seguía supervisando las instalaciones nucleares iraníes para garantizar su uso civil, y su director general, Rafael Grossi, reconoció que no había evidencia de que Irán intentara fabricar armamento.

Es Israel, y no Irán, el país que ha agredido a sus vecinos durante décadas, incluyendo el ataque genocida contra los palestinos en Gaza. Es ampliamente conocido que Israel posee al menos 100 bombas nucleares. Como uno de los cinco países que no ha firmado el Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares (TNP), sus instalaciones nucleares no están sujetas a inspección por parte de la OIEA.

Las potencias europeas exigieron que Teherán capitulara incondicionalmente ante la agresión estadounidense/israelí, con llamados a la “desescalada” y a una “solución diplomática”. Alemania, que se mostró especialmente indignada por el apoyo de Irán a Rusia en Ucrania, lideró la ofensiva por las sanciones junto con Reino Unido y Francia. El canciller Friedrich Merz, el mayor defensor de la guerra contra Rusia en Europa, expresó abiertamente la verdadera actitud de los políticos europeos al admitir que Israel, al bombardear a Irán —un país aliado de Rusia— “está haciendo el trabajo sucio por todos nosotros”.

El E3 exigió que Irán aceptara reanudar las negociaciones fraudulentas con EE.UU., mediadas por Omán, que estaban en curso cuando EE.UU. e Israel atacaron en junio; que concediera a la OIEA acceso renovado a sus instalaciones nucleares (interrumpido tras la guerra); y que ofreciera un informe completo sobre los más de 400 kg de uranio enriquecido al 60 por ciento reportados por la agencia.

Teherán realizó esfuerzos de último minuto para cumplir con las condiciones del E3 —a pesar de duras críticas de su ala conservadora— accediendo a reanudar la cooperación con la OIEA. Irán presentó una serie de propuestas sobre un nuevo acuerdo nuclear a los funcionarios de Trump y se discutieron durante la apertura de la Asamblea General de la ONU, aparentemente aceptadas por el enviado del presidente francés Emmanuel Macron. Pero el E3, a instancias de Washington, las rechazó por considerarlas insuficientes. Steve Witkoff, enviado de Trump para Oriente Próximo, exigió enriquecimiento cero y la exportación de todo el uranio enriquecido a EE.UU.

La reimposición de sanciones se produjo tras el fracaso de una resolución presentada por Rusia y China en el Consejo de Seguridad de la ONU para retrasar seis meses el snapback y así permitir más discusiones. Rusia condenó las sanciones, y el ministro de exteriores Serguéi Lavrov acusó a las potencias imperialistas de socavar la autoridad del Consejo de Seguridad y de utilizar tácticas de presión unilateral contra Irán.

Rusia rechazó las sanciones por ilegítimas y dejó claro que no las aplicaría. Lavrov afirmó que las sanciones “expusieron finalmente la política de sabotaje del oeste para bloquear soluciones constructivas en el Consejo de Seguridad y su deseo de arrancar concesiones unilaterales de Teherán mediante amenazas y chantajes”.

Simultáneamente, los Estados árabes y musulmanes de la región respaldaron el ultimátum de “tómalo o déjalo” planteado por el presidente Donald Trump a Hamás para aceptar una ocupación estadounidense de Gaza y su propio desarme.

El ministro de exteriores iraní, Abbas Araqchi, declaró: “EE.UU. ha traicionado a la diplomacia, pero ha sido el E3 quien la ha enterrado”, y dijo al Consejo de Seguridad que el snapback era “legalmente nulo, políticamente temerario y procesalmente defectuoso”.

Con la reanudación de las sanciones, las tres potencias imperialistas con poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, incluido EE.UU., que saboteó el acuerdo nuclear aprobado por la ONU, tienen la capacidad de vetar su levantamiento, reforzando aún más su posición. La reinstauración implica que Irán es considerado en violación del derecho internacional y sujeto al capítulo siete de la Carta de la ONU, lo que proporciona a EE.UU. base legal para declarar ilegal el programa nuclear iraní y justificar un ataque militar al país.

El presidente electo de Irán, Masoud Pezeshkian, habla durante una reunión un día después de las elecciones presidenciales, en el santuario del difunto fundador revolucionario, el ayatolá Jomeini, en las afueras de Teherán, Irán, el sábado 6 de julio de 2024. [AP Photo/Vahid Salemi]

El presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, habló en Nueva York, tras la reunión de la Asamblea General de la ONU, calificando al mecanismo snapback como “injusto e ilegal. Quieren derrocarnos… Si ustedes estuvieran en nuestro lugar, ¿qué harían?” Afirmó ante los periodistas que Irán decidirá sus pasos de represalia después de volver a Teherán y consultar con otros funcionarios. “El sueño de arrodillar a Irán es una fantasía y una ilusión. Jamás cederemos ante individuos tan inmundos y despreciables”.

Irán ha acusado a Francia, Alemania y Reino Unido de abusar del mecanismo snapback y retiró a sus embajadores de los tres países el 27 de septiembre para consultas. También ha planteado la posible cancelación del Acuerdo de Salvaguardias Integrales con la OIEA de 1974, que establece los parámetros del acceso y supervisión de materiales nucleares. A la par, el ala dura ha solicitado la retirada del TNP, y el Parlamento iraní ya ha comenzado a redactar un plan en ese sentido. Además, ha aprobado una ley que suspende la cooperación con la OIEA hasta que se garanticen la seguridad de las instalaciones nucleares frente a nuevos ataques.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 3 de octubre de 2025)

Loading