La temporada navideña comenzó en Estados Unidos, junto a la temporada de lucha de clases. Miles de trabajadores de Amazon y Starbucks están en huelga, y muchos más buscan unirse.
El World Socialist Web Site apoya estas huelgas y llama a la movilización de los trabajadores en apoyo. Esta no es solo una lucha de dos sectores de la clase trabajadora, sino una lucha de vital importancia para todos los trabajadores. Y es una señal de una tendencia que se intensificará a nivel mundial en 2025.
Los conductores de Amazon en la ciudad de Nueva York, Atlanta, el sur de California, San Francisco y Skokie, Illinois, están en huelga, según el sindicato Teamsters. Según los informes, esta es la huelga más grande en la historia de la empresa. Los conductores exigen el estatus de empleado, salarios dignos y la eliminación del sistema de calificación al estilo de Uber que controla sus horarios de trabajo.
En Queens, Nueva York, los conductores empleados por 20 subcontratistas están en huelga juntos. Ganan alrededor de $15 por hora, muy por debajo del salario digno para un padre soltero en la ciudad de Nueva York ($56.42 por hora). Existen condiciones similares en el almacén JFK8 en Staten Island, donde 5.500 trabajadores votaron a favor del reconocimiento sindical en marzo de 2022.
Teamsters ha aislado en gran medida a los trabajadores de JFK8, limitando la huelga a protestas simbólicas a pesar de la negativa de Amazon a negociar un contrato. Los líderes sindicales esperan convencer a Amazon de que el reconocimiento sindical y las mejoras marginales reducirán la tasa de rotación masiva de la empresa y evitarán futuras huelgas de los 1,1 millones de trabajadores estadounidenses de la empresa.
El sindicato quiere las mismas relaciones acogedoras con la gerencia que disfruta en UPS, donde está ayudando a llevar a cabo despidos masivos como parte de una reestructuración al estilo de Amazon. Pero los trabajadores de Amazon, por el contrario, quieren una lucha seria por detener las operaciones y lograr sus demandas.
El lunes, los baristas de Starbucks en Boston, Dallas-Fort Worth y Portland, Oregón, se unieron a las huelgas que comenzaron el 20 de diciembre. La huelga ahora ha afectado 50 tiendas en 12 ciudades importantes, incluidas Seattle, Los Ángeles, Chicago, la ciudad de Nueva York y Filadelfia.
El sindicato Starbucks Workers United, que cubre a los trabajadores en 525 tiendas, dice que la compañía se niega a negociar seriamente. A pesar de los $3.76 mil millones en ganancias de 2024, Starbucks no ofrece a la mayoría de los baristas aumentos inmediatos y solo un 1.5 por ciento de aumentos futuros garantizados. Starbucks rechazó las demandas de alzas salariales, calificándolas de “insostenibles”. La compañía afirma que su escaso salario promedio de $18 por hora y las prestaciones no tienen igual en otros comercios.
Tanto Amazon como Starbucks son gigantescas corporaciones globales. Amazon, con su vasta fuerza laboral que abarca más de 50 países, domina sectores como el comercio minorista, la logística, la tecnología y el entretenimiento. Starbucks, con más de 360.000 empleados y presencia en 80 países, solo es superado por McDonald's en capitalización de mercado para las empresas de servicios de alimentos.
Ambos están controlados por una oligarquía capitalista que se beneficia de la explotación de la clase trabajadora. El propietario de Amazon, Jeff Bezos, con un patrimonio neto que supera los $241 mil millones, y el ex director ejecutivo de Starbucks, Harold Schultz, cuya riqueza se estima en $3,2 mil millones, personifican el vasto abismo entre los ultrarricos y la clase trabajadora.
La lucha contra estas corporaciones y la clase dominante en su conjunto requiere la movilización de la fuerza colectiva de toda la clase trabajadora. La Alianza Internacional Obrera de Comités de Base (AIO-CB) está luchando por construir una contraofensiva de las bases a través del establecimiento de comités en cada lugar de trabajo.
Estos comités deben organizar las acciones necesarias para abolir el sistema de “make rate” (pagar por tarea en lugar de por hora) en Amazon, poner fin a la precarización laboral en ambas empresas y asegurar salarios dignos para todos los trabajadores. A través de la AIO-CB, los trabajadores establecerán líneas directas de comunicación y coordinarán sus luchas más allá de las fronteras nacionales. Estos comités lucharán por el poder de los trabajadores contra los ataques de la patronal y las traiciones de los funcionarios sindicales.
Organizar esta lucha, fuera de la cual cualquier conquista importante de los trabajadores contra estas corporaciones globales es impensable, requiere una lucha de los trabajadores para arrebatarle el control de las manos de los burócratas propatronales. La única preocupación de los burócratas que controlan el aparato sindical es preservar sus conexiones políticas y salarios de seis cifras.
Desde la Edad de Oro de principios del siglo XX y el Gobierno de Carnegie, Rockefeller y otros barones ladrones, nunca había sido tan evidente que la clase trabajadora se enfrenta a una oligarquía capitalista, que ejerce un control total sobre la vida económica y política. Millones de trabajadores son cada vez más conscientes de que tendrán que luchar contra esta oligarquía o ser esclavizados por ella.
Todos los índices de angustia social —la disminución de los salarios reales, el desempleo, la pobreza, el hambre y la falta de vivienda— han empeorado en el último año. Pero para la clase dominante, 2024 ha sido un año de abundancia.
“Ha sido un año asombroso para los milmillonarios, con más de la mitad de los más de 2.800 miembros del club de las tres comas del planeta haciéndose más ricos en 2024”, informa Forbes. Los 10 principales ganadores milmillonarios del año aumentaron su riqueza en $730 mil millones, estimó Forbes, con Elon Musk, la persona más rica del mundo, superando los $400 mil millones.
El Gobierno entrante de Trump está compuesto por un conjunto de oligarcas donde ser milmillonario o megamillonario es el primer requisito para el nombramiento. Pero los planes de Trump, Musk y los otros multimillonarios de deportar a decenas de millones de inmigrantes, recortar billones de programas sociales y destruir los logros sociales y democráticos ganados por la clase trabajadora en generaciones de lucha encontrarán una resistencia masiva.
La lucha contra el Gobierno de Trump también conducirá a un conflicto con la burocracia. El presidente de Teamsters, Sean O’Brien, ha estado a la vanguardia de una ola de funcionarios sindicales que declaran su apoyo a las políticas de Trump, especialmente respaldando su tóxico nacionalismo de “Estados Unidos primero”.
La lucha de clases está emergiendo como la fuerza impulsora de los acontecimientos políticos. Este año vio un aumento en la lucha de clases global. Estallaron protestas masivas contra la ofensiva israelí respaldada por Estados Unidos en Gaza. Las huelgas generales contra la austeridad y la represión se extendieron por Argentina, Guinea, Nigeria, Grecia e Italia. En Irlanda del Norte, 150.000 trabajadores del sector público organizaron la huelga más grande en más de medio siglo. También se produjeron huelgas significativas en Corea del Sur (tránsito de Seúl, Samsung), Sri Lanka (trabajadores ferroviarios), Chile (mineros del cobre), Brasil (trabajadores portuarios), Turquía (trabajadores metalúrgicos, mineros), Alemania (Lufthansa, VW), Reino Unido (ferrocarril y aeropuerto), Francia (puerto, ferrocarril y sector público) y México (trabajadores siderúrgicos y automotrices).
En los Estados Unidos, las huelgas incluyeron a trabajadores de telecomunicaciones de AT&T en los estados del sur, casi 40.000 trabajadores académicos de la Universidad de California que defendían a sus estudiantes contra el arresto por protestar contra el genocidio de Gaza; la huelga de dos meses de 33.000 trabajadores de Boeing y la huelga de 47.000 trabajadores portuarios en las costas este y del golfo de México. En Canadá, miles de educadores de Saskatchewan y trabajadores de ferrocarriles, puertos y correos se declararon en huelga.
Las huelgas de Amazon y Starbucks son una indicación inicial de la tormenta del conflicto de clases que se avecina en 2025. En los Estados Unidos, esto incluye luchas renovadas por parte de los trabajadores portuarios, ferroviarios, educadores y trabajadores de la salud.
La conexión entre los ataques a los trabajadores en casa y las guerras en expansión del imperialismo estadounidense y mundial por la dominación de las materias primas, los mercados, las ganancias y la mano de obra barata se está volviendo más clara que nunca. Las diatribas de Trump sobre la toma del canal de Panamá y el belicismo de los demócratas contra Rusia van de la mano con los planes de desplegar a los militares contra los inmigrantes y el “enemigo interno”, es decir, la clase trabajadora.
La locura de los multimillonarios del mundo, respaldada por todo el establishment político, ha dejado más claro que nunca que la supervivencia misma de la humanidad, ni hablar de la reanudación del progreso humano y el logro de la igualdad social, depende enteramente de la expropiación de los multimillonarios y el fin de su control dictatorial sobre la sociedad.
El World Socialist Web Site insta al apoyo más amplio posible a los trabajadores en huelga de Amazon y Starbucks, y a la construcción de la AIO-CB para organizar una poderosa contraofensiva industrial y política de la clase trabajadora en el Año Nuevo en los Estados Unidos y en todo el mundo.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 23 de diciembre de 2024)