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Perspectiva

Pete Hegseth, un fascista y defensor de crímenes de guerra, en camino a liderar el ejército de EE.UU.

Pete Hegseth, nominado por el presidente electo Donald Trump para secretario de Defensa, durante su audiencia de confirmación ante el Comité de Servicios Armados del Senado, Capitolio, Washington, 14 de enero de 2025 [AP Photo/Ben Curtis]

El martes, el Comité de Servicios Armados del Senado de Estados Unidos sostuvo su primera y única audiencia de confirmación para el nominado por el presidente electo Donald Trump para el cargo de secretario de Defensa: el comentarista de Fox News y defensor de criminales de guerra, Pete Hegseth. Después de la audiencia, los informes en los medios corporativos indicaron que lo más probable es que sea confirmado, dado que los republicanos controlan el Senado por una mayoría de 53 a 47 y ninguno ha declarado su oposición.

Hegseth aboga abiertamente por la comisión de crímenes de guerra y probablemente participó en ellos de primera mano como soldado de infantería en una unidad conocida por asesinar prisioneros y como guardia en el campo de prisioneros de la bahía de Guantánamo. En su audiencia de confirmación, Hegseth declaró que su experiencia en la bahía de Guantánamo lo convierte en un experto en una forma de tortura conocida como ahogamiento simulado, que ha defendido abiertamente.

Durante su audiencia de confirmación, Hegseth criticó los Convenios de Ginebra y declaró: “Todos tendríamos que reconocer que la forma en que librábamos nuestras guerras cuando se escribieron los Convenios de Ginebra era muy diferente”.

El hecho de que Hegseth haya sido nominado para dirigir el Departamento de Defensa, ni hablar de que su nominación probablemente sea aprobada, demuestra que la democracia estadounidense está llegando a su calamitoso fondo.

Los crímenes cometidos durante décadas de guerras perpetuas libradas por los Estados Unidos, que legitimaron la tortura, el asesinato masivo de civiles y el patrocinio estadounidense del genocidio en Gaza, están siendo traídos a casa. Las actividades criminales de los militares estadounidenses en todo el mundo serán la base de la represión política interna.

De todas las nominaciones de Trump, la política de Hegseth es quizás la más abiertamente fascista. Ha defendido abiertamente los crímenes de guerra y ha abogado por el uso de los militares contra los opositores políticos. La nominación de Hegseth es una demostración del completo desprecio de Trump por cualquier control constitucional sobre su uso de la fuerza militar, ya sea en el país o en el extranjero.

La selección de Hegseth por parte de Trump, basada en la lealtad personal al presidente entrante y un historial de cabildeo en defensa de los soldados estadounidenses culpables de crímenes de guerra, es una advertencia ominosa de una inminente explosión de violencia militar estadounidense, contra los países en la mira de Trump y contra la oposición popular en el país.

El papel del Partido Demócrata es encubrir y facilitar el bandazo de la clase dominante hacia la dictadura. En la audiencia de más de cuatro horas, ni un solo demócrata en el comité pronunció una vez la palabra “fascista”. Tampoco advirtieron a la población que la persona que busca la nominación para encabezar una organización hasta el tope con armas nucleares, bombarderos furtivos, submarinos con misiles y armas hipersónicas ha indicado previa y repetidamente su apoyo al uso del ejército contra “enemigos internos”.

Además de su apoyo a los criminales de guerra, el rechazo a la Convención de Ginebra y el apoyo al fallido golpe de Estado de Trump, Hegseth tiene un conjunto de tatuajes fascistas en su cuerpo, incluida la frase en latín “Deus Vult” (Dios lo quiera). Esta consigna, con sus orígenes en las Cruzadas medievales, ha sido abrazada por los supremacistas blancos, los fascistas cristianos y los islamófobos de hoy.

Cabe destacar que durante la audiencia del martes, ni un solo demócrata cuestionó a Hegseth por sus tatuajes. Después de más de dos horas, el senador republicano de Dakota del Norte, Kevin Cramer, planteó el tema, pero solo para darle a Hegseth la oportunidad de hablar sobre su “ ethos guerrero” fascista.

La tesis central del libro más reciente de Hegseth, The War on Warriors: Behind the Betrayal of the Men Who Keep Us Free [La guerra contra los guerreros: detrás de la traición a los hombres que nos mantienen libres], es una variación de la teoría de la “puñalada por la espalda” de Adolf Hitler, que atribuyó la derrota militar de Alemania en la Primera Guerra Mundial a traidores internos infectados con el “judeobolchevismo”. En el libro, como parafraseó durante la audiencia, Hegseth relata que mientras él y otros “patriotas” combatían en las guerras imperialistas estadounidenses en Irak, Afganistán y Libia, “los enemigos internos de Estados Unidos en casa... arremetieron”.

“La izquierda no luchó en las guerras. Se quedaron en casa y destrozaron nuestra casa. Son destructores de Estados Unidos, todos ellos”, escribió. Los “enemigos internos” incluyen “la izquierda radical”, “Antifa”, “BLM” y “ahora partidarios de Hamás y otras tropas de asalto progresistas” (una calumnia contra los que se oponen al genocidio israelí en Gaza). Hegseth escribió en el libro que “la expectativa es que defenderemos [a Estados Unidos] contra todos los enemigos, tanto extranjeros como nacionales. No contra opositores políticos, sino enemigos reales. (Sí, los marxistas son nuestros enemigos.)”.

Durante la audiencia, Hegseth atacó repetidamente lo que denominó políticas “ woke ” que perjudican el “reclutamiento y la retención” de soldados y prometió que, como secretario de Defensa de Trump, priorizaría la “letalidad” ante todo. El senador republicano Eric Schmitt (Missouri) agradeció a Hegseth por ofrecer “claridad” y “visión” para el “Departamento de Defensa, a la hora de devolverle un ethos, un ethos guerrero, que contrasta con el ethos de los últimos cuatro años, que ha sido de debilidad y wokeness ”.

Schmitt afirmó que los militares habían sido infectados por la “DEI” (Diversidad, Equidad e Inclusión), que según él “tenía sus raíces en el marxismo cultural”. Menos de dos semanas después de que dos veteranos del ejército estadounidense lanzaran violentos ataques el día de Año Nuevo que dejaron decenas de heridos y más de 14 personas muertas, Hegseth respondió que el “extremismo” en el ejército estadounidense era, “para empezar, un monstruo inventado”.

El término “ ethos guerrero”, que se ha promovido dentro del ejército estadounidense durante las últimas dos décadas, significa en esencia niveles irrestrictos de brutalidad y criminalidad para promover los intereses de la oligarquía estadounidense, en el país y en el extranjero. Su glorificación de la guerra y la militarización de la sociedad tienen raíces directas en la ideología nazi.

Los demócratas nunca abordaron la promoción de Hegseth de un “ ethos guerrero” ni expusieron su contenido fascista. Difícilmente podrían hacerlo, ya que apoyaron las guerras en Afganistán y Oriente Próximo y, en particular, el genocidio israelí en Gaza. Como distracción de la esencia de la política militar imperialista y sus métodos sangrientos, centraron casi todas sus preguntas en la declaración anterior de Hegseth sobre las mujeres en el ejército, las acusaciones anteriores de infidelidad sexual y su obvia inexperiencia en la gestión de grandes organizaciones.

En defensa del papel de las mujeres, todos los demócratas aceptaron como una cuestión de rutina que en los próximos años, los soldados estadounidenses serán enviados a los campos de batalla en masa, y que el ejército estadounidense debe ser expandido para llevar a cabo esta tarea.

La única digresión del enfoque en temas de género y transgresiones personales se produjo cuando el demócrata Jacky Rosen de Nevada preguntó si “la política exterior de ‘Estados Unidos Primero’” significa “¿Estados Unidos solo?... ¿Eso incluye abandonar a nuestros aliados y socios como la OTAN, Taiwán, Israel y otros?”.

Hegseth le aseguró a Rosen que “nuestros amigos en el mundo no han tenido un mejor aliado ... que el presidente Donald Trump, quien ha revitalizado la alianza de la OTAN y respaldado a Israel en todos los sentidos, de una manera que la Administración actual no lo hace”. Rosen luego continuó: “¿Donald Trump va a respaldar a Ucrania? ... ¿Usted va a respaldar a Ucrania?”.

Esta es la clave de la política del Partido Demócrata. Mientras Trump mantenga el compromiso de Estados Unidos con la guerra contra Rusia en Ucrania, incluso a riesgo de una conflagración nuclear, los demócratas, como uno de los dos partidos del imperialismo estadounidense, están dispuestos a colaborar en todas las demás áreas.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 15 de enero de 2024)

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