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Labor Notes y DSA respaldan la traición en los muelles de EE.UU., guardan silencio sobre el apoyo del sindicato a Trump

Huelguistas del puerto de Newark en Nueva Jersey

Labor Notes y los Socialistas Democráticos de Estados Unidos (DSA, por sus siglas en inglés) han respaldado, como era de esperar, el acuerdo de traición de la semana pasada que busca evitar una huelga de 40.000 trabajadores portuarios de la Costa Este y del Golfo. Su respaldo a la capitulación del sindicato Asociación Internacional de Estibadores (ILA, por sus siglas en inglés) es coherente con el papel que estas organizaciones pseudoizquierdistas han desempeñado durante décadas al sostener la autoridad de los burócratas sindicales procapitalistas y de los partidos corporativos sobre la clase trabajadora.

Un artículo de Labor Notes republicado en Jacobin, el órgano de facto de DSA, afirma que el contrato “produjo grandes aumentos salariales y amplió las protecciones en una industria donde los trabajos están constantemente amenazados por la automatización”.

“En el acuerdo, el sindicato conserva el lenguaje contractual existente que protege contra ciertos tipos de automatización y ha obtenido empleos garantizados donde se implementa la automatización parcial,” asegura Joe DeManuelle-Hall, redactor y organizador de Labor Notes, sin ofrecer pruebas. Sin embargo, los detalles del contrato no han sido publicados ni por la ILA ni por la Asociación Marítima de los EE.UU.

No obstante, no hay duda de que el acuerdo es una venta que allana el camino para grandes pérdidas de empleo. El apagón informativo alrededor del contrato es una práctica estándar para imponer acuerdos concesionarios a los trabajadores. Métodos similares se usaron para imponer acuerdos en UPS y en la industria automotriz estadounidense, donde miles de recortes comenzaron solo semanas después de que los acuerdos se aprobasen bajo falsas pretensiones. En dichos contratos, las burocracias sindicales de los Teamsters y la UAW usaron promesas de modestos aumentos salariales, más que compensados por despidos planificados, como un incentivo.

De manera significativa, mientras que la ILA ha pregonado escandalosamente el supuesto aumento salarial del 62 por ciento bajo el nuevo acuerdo—que previamente utilizó para poner fin a una huelga de tres días en octubre —ha guardado silencio en torno a cualquier medida concreta de protección de empleos.

Sin embargo, lo peor y más peligroso del acuerdo es la forma en que se produjo mediante la colaboración con la entrante administración de Trump. En un comunicado, la ILA elogió a Trump como “uno de los mejores amigos de los hombres y mujeres trabajadores de los Estados Unidos.”

Esta presentación de Trump es completamente falsa. El aspirante a dictador está preparando ataques masivos contra la clase trabajadora desde el primer día, comenzando con deportaciones masivas de trabajadores inmigrantes, muchos de los cuales trabajan en los muelles. Su gobierno, compuesto directamente por multimillonarios como Elon Musk, representa el gobierno directo de la oligarquía estadounidense. Su objetivo es aumentar drásticamente la explotación y disciplinar a los trabajadores en el “frente interno” mientras se preparan para nuevas guerras masivas en el extranjero para conquistar cadenas de suministro, mercados y materias primas.

En poco tiempo, enormes conflictos de clase entre los trabajadores y el capitalismo estadounidense emergerán y dominarán la vida política bajo el gobierno de Trump. Los burócratas sindicales, por el contrario, están elogiando a Trump y comprometidos con su cooperación. No solo buscan continuar los estrechos lazos gubernamentales que disfrutaron bajo Biden y los demócratas, sino que están promoviendo activamente su agenda derechista.

La alianza con Trump, aunque representa un peligroso nuevo desarrollo, surge de toda la perspectiva social de la burocracia sindical. Desde el siglo XIX, la aceptación y defensa del capitalismo por parte de la burocracia los ha llevado a promover el racismo antiinmigrante, el nacionalismo, el anticomunismo y la histeria bélica. Dependen de sus estrechos lazos con la patronal y el gobierno, y temen y odian a los trabajadores de base a quienes afirman representar.

Esto subraya que la lucha política contra el fascismo requiere una rebelión contra la burocracia sindical, mediante la construcción de comités de base para romper el poder de los funcionarios sindicales y transferir el poder directamente a los trabajadores. Esto debe vincularse a una lucha implacable para exponer los verdaderos intereses de clase detrás de las políticas de “Primero América” de Trump, contrarrestándolas con una estrategia basada en la unidad global de la clase trabajadora.

Minimiza ndo el apoyo de la burocracia a Trump

En lugar de esto, la pseudoizquierda está haciendo todo lo posible para minimizar la alianza sindical con Trump y sembrar complacencia y desmoralización. Labor Notes ni siquiera menciona a Trump excepto en unos pocos párrafos perdidos en la mitad del artículo.

Allí, el escritor de Labor Notes señala blandamente que “el equipo de padre e hijo del presidente de la ILA Harold Daggett y el vicepresidente Dennis Daggett se reunió con el presidente electo Donald Trump, quien emitió un comunicado de apoyo en su lucha contra la automatización”.

Continúa: “Trump y algunos otros republicanos han estado haciendo gestos hacia algunos líderes sindicales, pintándose a sí mismos como protectores de la clase trabajadora. Después de la reunión, el vicepresidente (y heredero aparente) Dennis Daggett lanzó elogios extravagantes para Trump.

“Esta semana, el Daggett mayor, en su primera actualización del contrato en semanas —antes de anunciar los términos del acuerdo— publicó un comunicado llamando al presidente electo un héroe: ‘El presidente Trump recibe todo el crédito por nuestro exitoso acuerdo preliminar de contrato maestro’”.

Luego Labor Notes inmediatamente sigue adelante, como si los elogios del presidente de la ILA al presidente fascista no fueran de particular importancia. En un nivel, llamar más la atención sobre esto sería políticamente embarazoso para ellos, ya que dedican todos sus esfuerzos a promover la ineficaz idea de una reforma burocrática.

Sin embargo, la presentación impasible, en la que el autor ni siquiera intenta distanciarse verbalmente de Trump, apunta al hecho de que sectores de Labor Notes y los DSA se adaptarán a Trump si no llegan a abrazarlo por completo. De manera significativa, Labor Notes también ignora el comunicado anticomunista de la ILA emitido a principios de este mes, donde Dennis Daggett defendió la decisión del sindicato de seguir moviendo equipo militar durante la huelga de tres días en octubre.

En oposición a los apologistas de la burocracia sindical, el Word Socialist Web Site dice la verdad a los trabajadores y está organizando la oposición de las bases para derrotar el contrato entreguista. Esto requiere la transferencia de poder del aparato sindical a los trabajadores mediante la formación de comités de base para luchar contra los recortes de empleos y la explotación.

Como la burocracia del ILA “no tiene una sólida cultura democrática”, argumenta implícitamente Labor Notes, no se puede hacer nada para derrotar la venta. Esto es mentira: se puede y se debe luchar sobre la base de la autoorganización de los trabajadores para contrarrestar esta traición y tomar el control de la lucha uniéndose a la creciente red de comités de base bajo la dirección de la Alianza Internacional Obrera de Comités de Base (AIO-CB).

Labor Notes y su hostilidad a la política socialista

El artículo sobre el contrato de la ILA expresa toda la política de Labor Notes, el DSA y la pseudoizquierda en general, que defienden a la burocracia sindical como la única dirección “legítima” de la clase obrera. Labor Notes, desde su fundación en 1976, se ha especializado en rechazar la “política” —con lo que se refieren a la política socialista— a favor de proyectos de “reforma sindical” consistentes en sustituir a los viejos funcionarios sindicales corruptos por otros nuevos. Al mismo tiempo, se adaptaron y promovieron la misma política procapitalista que transformó a la burocracia en agentes abiertos de la patronal.

Estas organizaciones son representativas de capas de la clase media alta, no de los trabajadores, y comparten el odio y el miedo de la burocracia a la clase obrera. Ocupan puestos de creciente responsabilidad tanto en el aparato sindical como en el Partido Demócrata, proporcionando a ambos una cobertura de “izquierda” mientras se mueven cada vez más en contra de los trabajadores.

Labor Notes está en la dirección tanto de los Teamsters como de United Auto Workers a través de las facciones Teamsters for a Democratic Union (TDU) y Unite All Workers for Democracy (UAWD), patrocinadas por LN, donde están ayudando a suprimir la oposición a los despidos masivos y los recortes salariales.

Está surgiendo un patrón en el que las personas respaldadas por el DSA y Labor Notes se revelan rápidamente como derechistas. El año pasado, el alcalde de Chicago, Brandon Johnson, respaldado por el DSA, habló en la conferencia de Labor Notes mientras la policía del área de Chicago arrestaba a manifestantes antiguerra fuera del lugar de la conferencia. En la conferencia, el presidente del UAW Shawn Fain defendió las políticas de guerra de Biden, declarando que los trabajadores deben convertirse en el “Arsenal de la Democracia”.

El senador estadounidense John Fetterman (D-Pennsylvania), a quien la DSA apoyó contra el candidato republicano de extrema derecha Dr. Oz, ha abrazado a Trump, el genocidio israelí en Gaza respaldado por EE.UU. y está copatrocinando la legislación antiinmigrante con los republicanos. Los miembros de la DSA en el Congreso han votado repetidamente para financiar la guerra, y votaron a finales de 2022 para prohibir una huelga nacional de ferrocarriles.

El presidente general de los Teamsters, Sean O'Brien, se ha convertido en uno de los principales partidarios de Trump. Habló en la Convención Nacional Republicana y apoyó de facto a Trump en las elecciones. En las últimas semanas, O'Brien ha hecho rondas en podcasts de derecha, denunciando a los inmigrantes que supuestamente “vienen a este país con la agenda de cometer crímenes.» Un reciente post de la cuenta oficial de los Teamsters X/Twitter denunciaba la inmigración a través del programa de visados H-1B, declarando que «los trabajadores estadounidenses siempre deben ser lo primero”.

Jacobin calificó su elección a la cúpula del sindicato a finales de 2021 como “uno de los acontecimientos más consecuentes de los últimos años para dar forma al futuro del movimiento obrero estadounidense”, que prometió «un enfoque más militante para construir el poder sindical.» Justificaron su apoyo a O'Brien en los motivos más pragmáticos y sin principios como “la mejor opción disponible”.

Aunque Labor Notes ha emitido alguna que otra crítica para salvar la cara de O'Brien —únicamente desde el punto de vista de que debería haber seguido apoyando a los demócratas, el otro partido corporativo—, no dan cuenta de cómo apoyó la candidatura de un fascista y sigue formando coalición con él en el Consejo Ejecutivo General de los Teamsters.

La pseudoizquierda responderá al segundo mandato de Trump oponiéndose con más vigor a un movimiento de la clase obrera contra el capitalismo. Afirmarán una y otra vez que apoyar al Partido Demócrata —del que forman parte— es la única alternativa “realista” al fascismo, incluso cuando los demócratas abandonen su oposición simbólica a Trump y prometan el bipartidismo para su contrarrevolución social contra la clase obrera.

Esto es totalmente compatible con su adaptación a la extrema derecha. Incluso antes de las elecciones, Jacobin calificó de “grave error” el ocasional “mensaje” de los demócratas sobre la amenaza de Trump a la democracia, que abandonó inmediatamente después de la votación. Jacobin también ha minimizado sistemáticamente la importancia del intento de golpe de Estado de Trump del 6 de enero de 2021.

La clase obrera debe sacar las lecciones de esto. La cuestión estratégica esencial es la movilización de la clase obrera en EEUU y en el mundo como fuerza básica contra las deportaciones masivas, la dictadura y la guerra. Esto debe basarse en una política de principios, no en objetivos organizativos a corto plazo, sino en los intereses revolucionarios de la clase obrera.

Esto requiere una lucha contra todas las tendencias que se describen a sí mismas como de “izquierda” pero que rechazan y menosprecian la lucha por liberar a los trabajadores de las garras de los partidos capitalistas y de los burócratas propatronales. Esta perspectiva en bancarrota sólo sirve a los intereses del fascismo.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 15 de enero de 2024)

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