El domingo, la Alianza Internacional Obrera de Comités de Base (AIO-CB) celebró una audiencia pública sobre su investigación sobre la muerte del trabajador Ronald Adams Sr. de la planta de motores de Stellantis en Dundee y la interminable ola de muertes en el matadero industrial de Estados Unidos.

En los tres días transcurridos desde entonces, la importancia de la reunión ha quedado demostrada por una serie de desastres laborales que se han cobrado más vidas.

El miércoles, las autoridades confirmaron que un trabajador, Dylan D. Danielson de Columbus, Nebraska, y sus dos hijas murieron en la explosión masiva en la planta Horizon Biofuels el día anterior en Fremont, 50 km al noroeste de Omaha. Según los informes, las dos niñas, de 8 y 12 años, estaban esperando a que su padre saliera del trabajo y las llevara a una cita con el médico cuando el ascensor de almacenamiento de concreto de la planta explotó, formando una enorme bola de fuego alrededor de las 11:45 a.m.

Robby Baker, el padrastro de una de las niñas, le dijo a KMTV-Omaha que Danielson hizo una llamada desesperada a su esposa para tratar de salvar a las niñas. “Justo después de que el edificio se derrumbó, quedó atrapado dentro de él. Hizo una llamada telefónica a su esposa y le dijo dónde estaban las chicas, que alguien las sacara, y estaba inmovilizado, y había fuego a su alrededor”.

Las intensas llamas, el humo y los temores de un colapso impidieron la entrada de los equipos de emergencia. El alcalde de Fremont, Joey Spellerberg, confirmó las muertes en una conferencia de prensa el miércoles, donde las autoridades dijeron que podrían pasar días antes de que se recuperen los cuerpos.

La planta recicla paletas y residuos de madera para producir ropa de cama para animales y pellets de madera para calefacción doméstica, fines industriales y ahumado de alimentos. Las autoridades sospechan que la explosión fue provocada por el polvo acumulado en el ascensor y toneladas de desechos de madera y materiales a base de alcohol almacenados en el lugar. La empresa no ha emitido ninguna declaración.

La magnitud del desastre podría haber sido peor. La compañía tenía 10 empleados, pero está rodeada de otras plantas como Cargill, Fremont Beef y Lincoln Premium Poultry, que emplean a cientos. Las ventanas se rompieron en la fábrica de Jayhawk Box, y las casas a casi un kilómetro de distancia fueron sacudidas.

En 2014, un incendio en la planta de Horizon tardó más de ocho horas en apagarse. Los peligros en la industria de pellets de madera son bien conocidos. El polvo y los gases como el metano y el monóxido de carbono son altamente inflamables, y grandes volúmenes de pellets pueden quemarse espontáneamente.

Un informe del Proyecto de Integridad Ambiental de 2018 encontró que 8 de las 15 instalaciones de pellets de madera más grandes de EE. UU. sufrieron incendios o explosiones desde 2014. Un incendio en 2017 en las instalaciones de German Pellets en Texas ardió durante dos meses, matando a un trabajador y obligando a los residentes a buscar atención médica. Ocurrieron desastres similares en Europa, incluido un incidente en 2010 que mató a tres personas en Alemania.

Antes de esta explosión, Horizon tenía un historial de violaciones de seguridad. En 2012, la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA, por sus siglas en inglés) citó cinco violaciones graves, incluida la falta de implementación de procedimientos de bloqueo de seguridad, capacitación inadecuada de montacargas y la falta de prevención por la exposición a productos químicos y los riesgos de incendio del polvo de madera. Las multas se redujeron de $12.000 (ya cambio de bolsillo para la corporación) a $6.000 después de que la compañía las impugnó.

Las muertes en Nebraska son solo las últimas en los lugares de trabajo del país.

El lunes 28 de julio, un trabajador de 30 años en Willoughby, Ohio, murió cuando un camión de carga se estrelló contra el elevador “recolector de cerezas” en el que estaba trabajando. La compañía de letreros para la que trabajaba es una franquicia de YESCO, que ha tenido al menos 15 investigaciones separadas de OSHA desde 2015, incluso por una muerte en 2020 en Michigan y por no proporcionar arneses y otras protecciones contra caídas.

El domingo 27 de julio, Kim Jung Won, un contratista surcoreano de 34 años, murió en la planta de baterías de litio de LG Energy Solutions en Holland, Michigan. Según la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional de Michigan (MIOSHA), el “investigador de 34 años estaba instalando y configurando una máquina en la ubicación de un cliente cuando la máquina se activó, y la víctima quedó atrapada entre el marco y el mecanismo de elevación”.

En una declaración sobre lo que debe haber sido una escena horrible, la policía de Holland dijo: “Debido a las lesiones, la víctima claramente falleció”.

Tanto en las circunstancias como en la magnitud de las lesiones, la muerte de Kim Jung Won en las instalaciones de LG Energy, que opera varias empresas conjuntas con Stellantis en los EE.UU., es sorprendentemente similar a la muerte del 7 de abril de Ronald Adams Sr. El hábil trabajador calificado de 63 años fue aplastado en el complejo de motores de Dundee cuando una grúa aérea se activó repentinamente y lo sujetó a un transportador.

Estas son solo las muertes publicadas. El Gobierno de EE.UU. no mantiene datos actuales sobre muertes en el lugar de trabajo. El último registro de inspección publicado por OSHA es de febrero de 2025, y la Oficina de Estadísticas Laborales no publicará los datos de 2024 hasta diciembre. Cada año, más de 5.200 trabajadores mueren por lesiones y 135.000 por enfermedades relacionadas con el trabajo. Otros 3,2 millones sufren lesiones no mortales, probablemente un recuento sumamente incompleto, dado que la denuncia es voluntaria y los trabajadores temen represalias.

El número de víctimas aumentará a medida que Trump haga recortes en OSHA. En el próximo año fiscal, OSHA llevará a cabo casi 10.000 inspecciones menos, enfrentará un recorte presupuestario del 8 por ciento y perderá más del 12 por ciento de su personal. Un exejecutivo de UPS y Amazon ha sido elegido para dirigir y desmantelar la agencia.

El 16 de julio, Rebecca Reindel de la confederación sindical AFL-CIO testificó ante el Congreso que en 2024 OSHA realizó 34.682 inspecciones, lo que significa que cada lugar de trabajo ve una inspección cada 185 años. Si se reduce a 25.000 inspecciones en 2026, esto aumentará a una vez cada 266 años, la tasa más baja de la historia, incluso peor que durante el COVID-19.

Pero la AFL-CIO y el Partido Demócrata no cuestionarán esto. La burocracia sindical ha pasado décadas traicionando y reprimiendo la lucha de clases, incluidas las amargas huelgas de los trabajadores de Iowa Beef Processing en Nebraska en la década de 1980 cuando se desplegó la Guardia Nacional.

La burocracia sindical está colaborando con el impulso de Trump para eliminar un siglo de protecciones laborales y restaurar las condiciones descritas en La jungla de Upton Sinclair.

El sindicato United Food and Commercial Workers no ha hecho nada para oponerse a las redadas masivas de inmigrantes de Trump, incluidas las de Glenn Valley Foods en Nebraska y JBS en Iowa, que tienen como objetivo intimidar y silenciar la oposición de los trabajadores inmigrantes y nacionales por igual a la mortal superexplotación. Un estudio de 2021 encontró que las redadas de inmigración de 2001 a 2019 llevaron a una caída del 50 por ciento en las quejas de OSHA en los lugares de trabajo con una gran fuerza laboral hispana y un aumento del 30 por ciento en las lesiones.

La reacción de la burocracia del sindicato United Auto Workers a la muerte de Ronald Adams Sr. ha sido proteger a la gerencia, ocultar la verdad a su familia y compañeros de trabajo y unirse a la empresa para amenazar a los trabajadores con represalias por pronunciarse.

La única fuerza que puede detener esto es la intervención independiente de la clase trabajadora. Ese fue el tema de la poderosa audiencia del 27 de julio de la Alianza Internacional Obrera de Comités de Base (AIO-CB) sobre la muerte de Ronald Adams Sr. Reunió a la familia de Adams, compañeros de trabajo de Dundee y trabajadores de base de otros sectores.

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Los participantes aprobaron por unanimidad una resolución que exige el fin del “encubrimiento de la matanza industrial en curso que tiene lugar en fábricas, almacenes, sitios de construcción y plantas de procesamiento. Los responsables, desde ejecutivos corporativos hasta funcionarios sindicales y reguladores gubernamentales, deben rendir cuentas por su papel en estas muertes prevenibles”.

La resolución pedía la continuación y expansión de la investigación independiente de base sobre la muerte de Adams, la extensión de esta investigación para incluir las muertes de otras víctimas, el fin del asalto bipartidista a los programas sociales y de seguridad en el lugar de trabajo, y la creación de comités de seguridad de base en cada lugar de trabajo, controlados democráticamente por los propios trabajadores e independientes de los sindicatos proempresariales, para hacer cumplir las condiciones de trabajo seguras y exponer las prácticas peligrosas.

La resolución concluía:

Por lo tanto, hacemos un llamado a todos los trabajadores, en los Estados Unidos e internacionalmente, a unirse a la Alianza Internacional Obrera de Comités de Base y asumir la lucha por un movimiento nacional e internacional para poner fin al sacrificio de vidas y miembros de los trabajadores en el altar de las ganancias. Ha llegado el momento de organizarse, resistir y reclamar el derecho a vivir y trabajar con seguridad y dignidad.

El WSWS llama a todos los trabajadores a p articipar y unirse a la investigación sobre la muerte de Ronald Adams y otras muertes en los lugar es de trabajo. Completa el siguiente formulario .

(Artículo publicado originalmente en inglés el 30 de junio de 2025)