Español

Declaración de Principios del Sosyalist Eşitlik Partisi – Dördüncü Enternasyonal (Partido Socialista por la Igualdad – Cuarta Internacional)

El Sosyalist Eşitlik Partisi – Dördüncü Enternasyonal (Partido Socialista por la Igualdad – Cuarta Internacional), que está en solidaridad política con el Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI), celebró su congreso fundacional del 13 al 15 de junio de 2025. El proceso de formación oficial del partido se completó en agosto. El congreso adoptó por unanimidad tres resoluciones: 'Declaración de principios' (programa oficial), 'Los fundamentos históricos e internacionales del Sosyalist Eşitlik Partisi – Dördüncü Enternasyonal' y la 'Constitución'. Publicamos la 'Declaración de principios' a continuación.

Las tareas mundiales del Sosyalist Eşitlik Partisi

1. El Sosyalist Eşitlik Partisi – Dördüncü Enternasyonal (Partido Socialista por la Igualdad – Cuarta Internacional) está en solidaridad con el Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI), el Partido Mundial de la Revolución Socialista fundado por León Trotsky en 1938. Los principios del Sosyalist Eşitlik Partisi incorporan las experiencias esenciales de los levantamientos revolucionarios del siglo XX y la correspondiente lucha librada por los marxistas por el programa de la revolución socialista mundial. La revolución socialista, que significa la entrada por la fuerza de las masas en la lucha política consciente, presagia la transformación más grande y progresiva de la forma de organización social del hombre en la historia mundial: el fin de la sociedad basada en clases y, por lo tanto, de la explotación de los seres humanos por otros seres humanos. Una transformación tan inmensa es la obra de toda una época histórica. Los principios del Sosyalist Eşitlik Partisi se derivan de y necesariamente hacen referencia a las experiencias de esta época, que se abrió con el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914, seguido poco después por la conquista del poder estatal por la clase obrera rusa en la Revolución de Octubre de 1917.

2. La Cuarta Internacional, con la que está alineado el Sosyalist Eşitlik Partisi, surgió de la lucha implacable librada por los internacionalistas marxistas, dirigidos por León Trotsky, contra la degeneración burocrática de la Unión Soviética y la traición al programa de la revolución socialista mundial por parte del régimen dictatorial encabezado por Stalin y sus secuaces. La fuente política de esa traición, que condujo finalmente, en 1991, a la disolución de la URSS, fue la sustitución del internacionalismo por el nacionalismo llevada a cabo por parte del régimen estalinista. La burocracia estalinista no fue el producto de la Revolución de Octubre, sino más bien de la incipiente contrarrevolución capitalista. Como demostró Trotsky, la burocracia era la 'herramienta de la burguesía mundial en el estado obrero'. Su pronóstico ha sido confirmado gráficamente por la transformación de los estalinistas chinos, soviéticos y de Europa del Este en oligarcas inmensamente ricos.

3. La revolución socialista tiene un alcance internacional. Como escribió Trotsky: “La revolución socialista empieza en la palestra nacional, se desarrolla en la internacional y llega a su término y remate en la mundial. Por lo tanto, la revolución socialista se convierte en permanente en un sentido nuevo y más amplio de la palabra: en el sentido de que sólo se consuma con la victoria definitiva de la nueva sociedad en todo el planeta”. Este principio fundamental de la Cuarta Internacional, que define principalmente el programa y la identidad política del Sosyalist Eşitlik Partisi, se forjó en la lucha contra la “teoría” estalinista del “socialismo en un solo país”. La estrategia de la clase obrera, en Turquía como en todos los países, debe proceder de un análisis de las condiciones mundiales. La era de los programas nacionales terminó con el estallido de la Primera Guerra Mundial. Casi cien años después, dado el crecimiento colosal de la economía mundial y su integración global, las condiciones económicas mundiales y las exigencias de las rivalidades interimperialistas e intercapitalistas son los principales determinantes de la vida nacional. Por lo tanto, como explicó Trotsky, 'la orientación nacional del proletariado debe y puede fluir solo de una orientación mundial y no al revés'.

4. Dondequiera que estallen las luchas revolucionarias de la clase obrera, ya sea en un país capitalista avanzado o menos desarrollado, en Europa, Asia, África, América del Norte, América del Sur o Australasia, la conflagración social inevitablemente asumirá dimensiones globales. La revolución socialista no se completará ni puede completarse dentro de un marco nacional. Como lo previó Trotsky en su Teoría de la Revolución Permanente, se completará en la arena mundial.

5. El programa del Sosyalista Eşitlik Partisi expresa los intereses de la clase obrera, la fuerza social revolucionaria internacional líder y decisiva en la sociedad capitalista moderna. La tarea central del sosyalista Eşitlik Partisi es ganar el apoyo de los trabajadores turcos para el programa del socialismo internacional. El Sosirialista Eşitlik Partisi se esfuerza, sobre la base de este programa, por unificar y movilizar a la clase obrera para la conquista del poder político y el establecimiento del poder obrero en Turquía. Esto creará, por lo tanto, las condiciones previas objetivas para el desarrollo de una sociedad genuinamente democrática, igualitaria y socialista.

6. Estos objetivos sólo pueden realizarse en el marco de una estrategia internacional, cuyo objetivo es la unificación global de los trabajadores de todos los países y la creación de los Estados Unidos Socialistas del Mundo. El Sosyalist Eşitlik Partisi trabaja en estrecha colaboración con sus partidos hermanos en el CICI para construir nuevas secciones del partido mundial en Oriente Medio, Asia Central, Europa y otros lugares. Plantea la perspectiva de los Estados Unidos Socialistas de Europa y Oriente Medio contra el objetivo de la adhesión a la Unión Europea capitalista y contra las fronteras artificiales trazadas por las potencias imperialistas en Oriente Medio.

La crisis del capitalismo

7. El capitalismo, y el sistema imperialista que se desarrolla sobre sus cimientos económicos, es la principal causa de la pobreza, la explotación, la violencia y el sufrimiento humanos en el mundo moderno. Como sistema de organización socioeconómica, el capitalismo agotó hace mucho tiempo su papel históricamente progresista. La historia empapada de sangre del siglo XX —con sus dos guerras mundiales, innumerables conflictos “locales”, la pesadilla del nazismo y otras formas de dictadura militar-policial, y los estallidos de genocidios y pogromos— constituye una acusación incontestable contra el sistema capitalista. El número de víctimas de la violencia inspirada por el capitalismo se cuenta por cientos de millones. Y esta cifra no incluye la condena de los pueblos de continentes enteros a una pobreza implacable, con todas sus miserias inherentes.

8. La gigantesca escala de las fuerzas productivas existentes y los extraordinarios avances de la ciencia y la tecnología son más que suficientes no solo para abolir la pobreza, sino también para garantizar a todos los seres humanos del planeta un alto nivel de vida. La humanidad solo puede alcanzar este nivel de prosperidad asegurando la continuidad de la vida y los recursos en el planeta a través del control democrático de las fuerzas productivas existentes por parte de la clase obrera internacional. La cultura debería florecer en medio de una riqueza material sin precedentes. Pero, en cambio, las condiciones de vida se están deteriorando para la clase trabajadora, y la cultura humana, privada de perspectiva y esperanza para el futuro, está en una profunda crisis. La fuente de la contradicción entre lo que es y lo que debería ser es un sistema económico global basado en la propiedad privada de los medios de producción y la división irracional del mundo en estados-nación rivales.

9. Todos los esfuerzos para elevar el nivel de vida de la clase trabajadora y abordar los graves problemas sociales se topan con la barrera de la propiedad privada de los medios de producción, la anarquía del mercado capitalista, los imperativos económicos del sistema de ganancias y, por último, pero no menos importante, la codicia insaciable y la locura por el dinero de la propia clase dominante. La afirmación de que el mercado capitalista es el asignador infalible de recursos y el árbitro supremo y sabio de las necesidades sociales queda completamente desacreditada en medio de una serie de quiebras por miles de millones de dólares que sacudieron el sistema económico mundial hasta sus cimientos tras la crisis de 2008, así como por la inyección de billones de dólares en los mercados financieros globales después de la pandemia de COVID-19. Las líneas divisorias entre las transacciones financieras 'legítimas' y el fraude criminal se han estrechado hasta el punto de ser casi invisibles. La separación del proceso de acumulación de riqueza personal del de producción y creación de valor real es una expresión de la putrefacción general del sistema capitalista. La inflación masiva del mercado de valores a través de la especulación y la financiarización ha creado niveles sin precedentes de desigualdad social, con un puñado de personas que poseen más riqueza que la mitad inferior de la población mundial.

10. Las consecuencias mortales para la humanidad del sistema capitalista, basado en la propiedad privada de los medios de producción y la división del mundo en estados-nación rivales, se mostraron dramáticamente con la pandemia de coronavirus. La pandemia, al igual que la Primera Guerra Mundial, es un “evento disparador” que intensifica y acelera las profundas contradicciones del sistema capitalista global. La crisis sanitaria se ha convertido inevitablemente en una crisis social y política global como resultado de las políticas de las clases dominantes que priorizan las ganancias sobre las vidas. La pandemia mundial se ha convertido en una lucha de clases global a medida que se hace cada vez más claro que las principales clases de la sociedad, la clase capitalista y la clase trabajadora, tienen intereses irreconciliablemente opuestos.

11. La respuesta inepta, errática e inhumana a la pandemia ha expuesto tanto la incompetencia y el carácter criminal de los gobiernos de cada país, como la bancarrota política y moral del capitalismo y la élite gobernante. A pesar del inconmensurable peligro para la salud que representa la propagación de la pandemia, que amenaza principalmente a la clase trabajadora, la clase dominante se centró casi exclusivamente en el impacto económico de la pandemia; es decir, sobre cómo la enfermedad afectará el mercado de valores y la riqueza personal del 1 al 5 por ciento más rico de la sociedad. Todas las clases dominantes del mundo se han centrado en aumentar sus ganancias y promover sus intereses, no en contener la pandemia y evitar la muerte de millones de personas. Mientras millones han muerto y miles de millones resultaron infectados con los efectos duraderos del COVID-19, la clase trabajadora de todo el mundo cayó víctima de las devastadoras consecuencias económicas y sociales de la pandemia.

12. La política de Cero COVID en China ha demostrado que la enfermedad puede contenerse y eliminarse. Sin embargo, la pandemia mundial, por su propia naturaleza, solo puede ser erradicada a nivel mundial. Esto solo se puede lograr a través de la movilización política independiente de la clase obrera internacional, no por parte de la burguesía, que rechazó montar una respuesta global a la pandemia y subordina la vida a las ganancias privadas y los intereses geopolíticos de los estados-nación rivales. El Sosyalist Eşitlik Partisi, junto con sus partidos hermanos en el CICI, lucha por una estrategia de eliminación global para salvar vidas y poner fin a la pandemia de COVID-19. Como parte de esta lucha, apoya la Investigación Global de los Trabajadores sobre la Pandemia de COVID-19 lanzada por el CICI.

13. El Sosyalist Eşitlik Partisi enfatiza que, para aprovechar todo el potencial de la ciencia y la tecnología en beneficio de la humanidad, la riqueza de los multimillonarios de la salud debe ser nacionalizada, las vacunas deben liberarse de patentes y estar disponibles para todos, y las compañías farmacéuticas y los hospitales privados deben transformarse en empresas de propiedad pública bajo control democrático de la clase trabajadora.

14. El conflicto irreconciliable entre el sistema de ganancias y la supervivencia misma de la humanidad encuentra, en un sentido literal, su expresión más nociva en la crisis del calentamiento global y el medio ambiente. La causa de esta crisis no radica, como afirman falsamente los medios de comunicación burgueses, en el crecimiento de la población. Tampoco es el resultado de la ciencia y la tecnología, cuyo desarrollo es fundamental para el avance de la civilización humana, sino, más bien, con su mal uso por parte de un orden económico irracional y obsoleto. La imposibilidad de encontrar una solución genuina al problema cada vez más crítico del cambio climático y otros problemas ambientales en el marco del sistema de ganancias es una 'verdad incómoda' que los políticos burgueses, incluso aquellos que profesan preocupación por el medio ambiente, niegan. Toda la evidencia científica apunta al hecho de que nada menos que la reorganización socialista de la economía mundial, en la que el medio ambiente planetario ya no sería rehén ni del afán de lucro ni de los intereses nacionalistas destructivos, logrará las reducciones de gases de efecto invernadero necesarias para evitar el desastre.

15. La solución a la creciente crisis económica y al deterioro de la posición social de la clase trabajadora no se encuentra en la reforma del capitalismo, pues este está más allá de toda reforma. La crisis es de un carácter sistémico e histórico. Así como el feudalismo dio paso al capitalismo, el capitalismo debe dar paso al socialismo. Los recursos industriales, financieros, tecnológicos y naturales clave deben ser sacados de la esfera del mercado capitalista y de la propiedad privada, transferidos a la sociedad y colocados bajo la supervisión y el control democráticos de la clase trabajadora. La organización de la vida económica sobre la base de la ley capitalista del valor debe ser reemplazada por su reorganización socialista sobre la base de la planificación económica democrática, cuyo propósito es la satisfacción de las necesidades sociales.

Imperialismo y guerra

16. Mientras que el sistema económico opera a escala global, con la industria y las finanzas controladas por corporaciones transnacionales, el capitalismo sigue arraigado en un sistema de estados-nación. En última instancia, el estado nacional sirve como la base de operaciones desde la cual la clase dominante de cada país persigue sus intereses en el escenario mundial. El impulso incontrolable de los principales estados imperialistas, incluido, en primer lugar, Estados Unidos, por el dominio geopolítico, las esferas de influencia, los mercados, el control de recursos vitales y el acceso a mano de obra barata, conduce inevitablemente a la guerra.

17. El Sosyalist Eşitlik Partisi se opone al uso de la violencia militar por parte de los países imperialistas y sus aliados capitalistas locales para alcanzar sus objetivos, bajo los pretextos de la “Guerra contra el Terror” o los “derechos humanos”. El gobierno y los medios de comunicación etiquetan como 'terroristas' a todos aquellos que resisten la ocupación de su país por ejércitos extranjeros. El Sosyalist Eşitlik Partisi denuncia esta calumnia motivada por el imperialismo y defiende el derecho fundamental de los pueblos a defenderse, así como a proteger sus hogares y sus países frente a los invasores neocoloniales. Esta posición de principios no disminuye la oposición del Sosyalista Eşitlik Partisi a los actos violentos dirigidos contra civiles inocentes en los países ocupados o en cualquier otra parte del mundo. Tales actos, que pueden definirse legítimamente como terroristas, son políticamente reaccionarios. El asesinato de civiles inocentes enfurece, desorienta y confunde al público. Profundiza las divisiones sectarias y comunales dentro del país ocupado. Cuando se practica internacionalmente, el terrorismo socava la lucha por la unidad de la clase obrera y hace el juego a aquellos elementos dentro de los países imperialistas y capitalistas que aprovechan tales eventos para justificar y legitimar el recurso a la guerra.

18. Desde que la burocracia estalinista disolvió la Unión Soviética en 1991, el mundo entero ha estado atrapado en una vorágine cada vez mayor de guerra imperialista. Las potencias imperialistas lideradas por Estados Unidos y sus aliados regionales como Turquía han devastado países desde Afganistán hasta Irak, Siria, Libia y Yemen, lo que ha provocado millones de muertes y que decenas de millones se han convertido en refugiados. Más de treinta años de agresión imperialista y la expansión de la OTAN hacia el este contra Rusia llevaron al estallido de la guerra en Ucrania en febrero de 2022. La escalada bélica de las potencias imperialistas encabezadas por Estados Unidos para la redistribución del mundo, teniendo como objetivos principales a Rusia y China, se ha convertido ahora en una guerra contra Rusia. El creciente peligro de una tercera guerra mundial nuclear solo puede terminarse mediante la movilización masiva de la clase obrera internacional contra la guerra imperialista sobre la base de un programa socialista.

19. La clase dominante turca apoyó las guerras de cambio de régimen en Libia y Siria, lanzadas por las potencias imperialistas de la OTAN. Estas guerras fueron la respuesta imperialista a los levantamientos revolucionarios de la clase obrera en Túnez y Egipto en 2011. La clase dominante turca, profundamente comprometida con la alianza de la OTAN liderada por Estados Unidos, ve que maniobrar entre Estados Unidos junto a la OTAN y Rusia y China, así como realizar intervenciones militares abiertas o encubiertas como el principal medio para promover sus intereses en la lucha en curso por la redistribución de los recursos naturales y los intereses geopolíticos en Oriente Medio, el Mediterráneo oriental, el norte de África y el Cáucaso. Como parte de un impulso imperialista más amplio para un nuevo reparto del mundo, el viejo conflicto entre Turquía y Grecia revive, planteando la peligrosa posibilidad de un enfrentamiento militar directo con consecuencias inciertas. El Sosyalist Eşitlik Partisi llama a la clase obrera turca y griega a rechazar el militarismo y el nacionalismo de 'sus' clases dominantes y a unir fuerzas sobre la base de un programa socialista internacional. Una parte integral de esta lucha es la demanda de abandonar la OTAN y cerrar las bases de esta organización bélica imperialista.

20. El Sosyalist Eşitlik Partisi exige la retirada inmediata de las fuerzas de ocupación en Chipre, Palestina, Siria, Libia, Irak, Yemen, Afganistán y todos los demás países oprimidos. El Sosyalist Eşitlik Partisi se opone a la participación de la clase dominante turca en estas guerras, intervenciones y ocupaciones en la región, y alerta a las masas sobre los peligros globales de la agresión del imperialismo estadounidense y de la OTAN, que apunta especialmente a Rusia y China con el fin de dominar los vastos territorios de Eurasia. Pide el fin de la agresión imperialista contra Irán y otras fuerzas, que se consideran obstáculos para los intereses regionales del imperialismo estadounidense y el Israel sionista. El Sosyalist Eşitlik Partisi fomenta y apoya las más amplias protestas populares contra el militarismo y los planes de guerra de las potencias imperialistas y sus aliados capitalistas. Pero dado el hecho de que las causas de la guerra están incrustadas en la estructura económica de la sociedad y su división política en estados-nación, la lucha contra el militarismo imperialista y la guerra solo puede tener éxito en la medida en que movilice a la clase obrera sobre la base de una estrategia y un programa revolucionarios internacionales. Un movimiento masivo contra la guerra debe rechazar la perspectiva fracasada de exigir que los gobiernos cambien sus políticas y debe apuntar a que la clase trabajadora tome el poder y abolir el capitalismo, la fuente de la guerra.

21. El Sosyalist Eşitlik Partisi adopta los siguientes principios del CICI como fundamentos políticos esenciales para un movimiento contra la guerra:

  • La lucha contra la guerra debe basarse en la clase obrera, la gran fuerza revolucionaria de la sociedad, uniendo tras ella a todos los elementos progresistas de la población.
  • El nuevo movimiento contra la guerra debe ser anticapitalista y socialista, ya que no puede haber una lucha seria contra la guerra excepto en la lucha para poner fin a la dictadura del capital financiero y al sistema económico que es la causa fundamental del militarismo y la guerra.
  • Por lo tanto, el nuevo movimiento contra la guerra debe, por necesidad, ser completa e inequívocamente independiente y hostil a todos los partidos políticos y organizaciones de la clase capitalista.
  • El nuevo movimiento contra la guerra debe, sobre todo, ser internacional, movilizando el vasto poder de la clase obrera en una lucha global unificada contra el imperialismo. La guerra permanente de la burguesía debe ser respondida con la perspectiva de una revolución permanente por parte de la clase obrera, cuyo objetivo estratégico es la abolición del sistema de Estados-nación y el establecimiento de una federación socialista mundial. Esto hará posible el desarrollo racional y planificado de los recursos globales y, sobre esta base, la erradicación de la pobreza y la elevación de la cultura humana a nuevas alturas.

El Estado capitalista, la democracia y el poder obrero

22. La condición previa esencial para la implementación de políticas socialistas es la conquista del poder político por parte de la clase obrera y el establecimiento del poder obrero. Si bien la clase obrera debe hacer uso de todos los derechos democráticos y legales disponibles en la lucha por el poder, la vasta experiencia histórica ha demostrado que no puede llevar a cabo la reorganización socialista de la sociedad dentro del marco de las instituciones existentes de la democracia burguesa y el estado capitalista. La definición clásica marxista del Estado como un instrumento de dominación de clase, que consiste “no solamente en un conjunto de hombres armados, sino también de accesorios materiales, cárceles e instituciones de coerción de toda índole”. (Engels), es aún más cierta hoy que hace un siglo. El Estado no es, como afirman habitualmente los reformistas, un árbitro neutral del conflicto social. Su propia existencia atestigua el hecho de que la sociedad está dividida en clases irreconciliablemente antagónicas. El Estado burgués es un instrumento que sostiene la dictadura política de la clase capitalista. Incluso como cuestión de derecho, la burguesía se reserva el derecho de dejar de lado las protecciones y procedimientos constitucionales básicos cuando percibe un peligro para sus intereses fundamentales de clase.

23. El intento de golpe militar respaldado por la OTAN en Turquía el 15 de julio de 2016 fue una seria advertencia para la clase obrera turca e internacional. La derrota del golpe por la oposición de masas no fue seguida por el 'renacimiento de la democracia', sino por la construcción de un régimen presidencial que suprimió cada vez más los derechos democráticos básicos. Las tensiones geopolíticas y de clase derivadas de la crisis global del capitalismo y el crecimiento interminable de la desigualdad social subyacen al colapso mundial de las formas democráticas de gobierno. Las clases dominantes, que se preparan para ir a la guerra en el extranjero y reprimir a la clase trabajadora en casa, fortalecen a la extrema derecha en todos los países y recurren a regímenes autoritarios.

24. Mientras emplea la retórica democrática para legitimar su gobierno dentro de Turquía y justificar sus operaciones militares en el extranjero, el Estado contemporáneo de la República Turca mantiene a su disposición mecanismos represivos de alcance sin precedentes en nombre de la 'Guerra contra el Terror': un sistema penitenciario, con miles de presos políticos tras las rejas; una enorme fuerza policial y fuertemente armada; un sistema legal que pisotea incluso los principios legales burgueses y está dominado por decisiones políticas; una forma de gobierno en la que se normaliza el estado de emergencia; una fuerza militar inmensamente poderosa y generosamente financiada, imbuida de sentimientos militaristas y antidemocráticos; y un vasto aparato de 'seguridad nacional', al que se le han otorgado poderes extraordinarios. Sobre todas estas instituciones, la gente prácticamente no ejerce supervisión o control efectivo.

25. Los derechos democráticos establecidos en el pasado se han erosionado drásticamente. La comprensión de la democracia se ha convertido en el gobierno de, por y para los ricos. El derecho a votar y presentarse a las elecciones se ve frustrado por leyes electorales antidemocráticas que impiden la ruptura de los monopolios de los partidos políticos burgueses respaldados por las potencias imperialistas y las grandes empresas. La configuración electoral existente excluye la participación efectiva de los partidos opuestos al establishment político. La imposición de 'interventores' que ignoran este derecho democrático básico se ha normalizado. Los umbrales electorales, la ayuda financiera y las leyes de acceso a las papeletas han sido diseñadas para evitar desafíos al gobierno burgués. Del mismo modo, la libertad de prensa significa poco cuando los principales medios de comunicación están controlados por poderosos intereses corporativos. Además, Internet, que ha creado la posibilidad de que se escuchen opiniones alternativas, está sujeta a una regulación y censura cada vez más duras.

26. La defensa de los derechos democráticos está inseparablemente ligada a la lucha por el socialismo. Así como no puede haber socialismo sin democracia, no habrá democracia sin socialismo. La igualdad política es imposible sin igualdad económica. Al igual que la lucha contra la guerra, la lucha por defender y expandir los derechos democráticos requiere la movilización política independiente de la clase trabajadora, sobre la base de un programa socialista, para conquistar el poder. El entrelazamiento de la lucha por la democracia y el socialismo subraya la importancia de la Teoría de la Revolución Permanente de León Trotsky, especialmente en países de desarrollo capitalista tardío como Turquía, como lo demuestran las lecciones históricas del siglo XX y las primeras décadas del siglo XXI:

· No hay ningún país en el mundo donde la clase dominante capitalista o sus representantes políticos, incluidos todos los países oprimidos y ex coloniales o semicoloniales, desempeñen un papel progresista.

· En todos los países, la única fuerza revolucionaria fundamental capaz de implementar y defender un programa democrático sin concesiones es la clase obrera. La lucha por la democracia se combina con la lucha por el socialismo y el poder obrero a nivel internacional. Solo la clase obrera unida, dirigiendo a los agricultores pobres y las masas oprimidas, puede abordar las tareas históricas estableciendo el poder obrero como parte de la revolución socialista mundial.

· La lucha en cualquier país debe estar guiada por una estrategia internacional. Para los trabajadores de Turquía, la revolución socialista solo puede triunfar si logra ganar a toda la clase obrera de Oriente Medio, el Cáucaso, los Balcanes y del ámbito internacional, sin importar nacionalidad, religión o secta, para una lucha común por el socialismo contra las élites dominantes regionales y sus amos imperialistas en Estados Unidos y Europa.

27. El establecimiento del poder obrero requiere mucho más que la elección de candidatos socialistas para las instituciones existentes del Estado burgués. Nuevas formas y estructuras de democracia participativa genuina, que surjan en el curso de las luchas revolucionarias de masas y representen a la mayoría de la población de la clase obrera, deben desarrollarse como los cimientos de un gobierno de los trabajadores; es decir, un gobierno de los trabajadores, para los trabajadores y por los trabajadores. La política de tal gobierno, al introducir las medidas esenciales para la transformación socialista de la vida económica, sería alentar y promover activamente una vasta expansión de la participación democrática de la clase trabajadora y el control sobre los procesos de toma de decisiones. Favorecería la abolición de las instituciones existentes que restringen los procesos democráticos o sirven como centros de conspiración contra el pueblo. Estos y otros cambios necesarios de carácter profundamente democrático, que deben ser determinados por las propias masas, sólo son posibles en el contexto de la movilización de masas de la clase obrera, imbuida de conciencia socialista.

La independencia política de la clase obrera

28. La lucha por el poder requiere la independencia política incondicional de la clase obrera de los partidos, representantes políticos y agentes de la clase capitalista. La clase obrera no puede llegar al poder, y mucho menos implementar un programa socialista, si sus manos están atadas por compromisos políticamente debilitantes con los representantes políticos de otros intereses de clase. En primer lugar, esto significa un rechazo inquebrantable del mito desgastado y fraudulento de que los partidos burgueses de oposición representan, en comparación con los partidos gobernantes, un 'mal menor'. Entre las responsabilidades políticas fundamentales del Sosyalist Eşitlik Partisi está la de defender, alentar y promover una ruptura decisiva e irrevocable de la clase obrera con todo el establishment político capitalista.

29. Al evaluar las tendencias políticas, el Sosyalist Eşitlik Partisi considera que el criterio decisivo no es su posición episódica sobre una u otra cuestión, sino más bien su historia, programa, perspectiva y base y orientación de clase. La historia proporciona innumerables ejemplos de cómo la clase obrera fue llevada a un callejón sin salida político a través de la formación de alianzas electorales que requirieron, en aras de ganancias efímeras en las urnas, que los trabajadores sacrificaran sus intereses políticos, sociales y económicos más esenciales. Las alianzas de “Frente Popular” formadas por los estalinistas y los partidos socialdemócratas en la década de 1930 constituyen los ejemplos más trágicos de las consecuencias del sacrificio miope y traicionero de intereses históricos y a largo plazo en aras de coaliciones amplias, multiclasistas y, por lo tanto, debilitantes, de intereses sociales incompatibles.

Contra el oportunismo

30. En su enfoque de todas las cuestiones políticas y en la elección de las tácticas apropiadas, el Sosyalist Eşitlik Partisi defiende los intereses fundamentales de la clase obrera, basándose en una comprensión científica de la naturaleza regida por leyes del sistema capitalista y de la dinámica política de la sociedad de clases, así como en una asimilación sistemática de las lecciones de la historia. Es este enfoque el que coloca al Sosyalist Eşitlik Partisi en oposición irreconciliable a la política oportunista, que, en la búsqueda de ganancias tácticas a corto plazo, sacrifica los intereses a largo plazo de la clase trabajadora. Una y otra vez los oportunistas han defendido su traición a los principios afirmando ser políticos realistas, no guiados por dogmas 'inflexibles' y que saben cómo adaptar su práctica a los requisitos de cualquier situación dada. Una y otra vez, tales políticas 'realistas' han llevado al desastre, precisamente porque se basaron en evaluaciones superficiales, impresionistas, no marxistas y, en consecuencia, poco realistas y falsas de las condiciones objetivas y la dinámica de la lucha de clases.

31. Pero el oportunismo no es simplemente el producto de un error intelectual y teórico. Tiene raíces socioeconómicas sustanciales en la sociedad capitalista y se desarrolla dentro del movimiento obrero como una expresión de la presión de fuerzas de clase hostiles. Todas las manifestaciones significativas del oportunismo —desde la de Bernstein, surgida dentro de la Socialdemocracia alemana a finales del siglo XIX, y la de Stalin, que se desarrolló dentro del Partido Bolchevique en la década de 1920, hasta la de Pablo y Mandel, que apareció a comienzos de la década de 1950 dentro de la Cuarta Internacional, y, finalmente, el oportunismo del Workers Revolutionary Party británico que llevó a su ruptura con el CICI a mediados de la década de 1980— pueden ser rastreadas hasta la influencia que han ejercido fuerzas sociales burguesas y pequeñoburguesas sobre la clase obrera. Esta es la causa subyacente y la importancia del revisionismo y de la política oportunista. La lucha contra tales tendencias no es una distracción de la construcción del partido, sino, más bien, el punto más elevado en el que se libra la lucha por el marxismo dentro de la clase obrera.

La conciencia socialista y la crisis de dirección

32. El Sosyalist Eşitlik Partisi, en solidaridad política con el CICI, defiende la concepción marxista clásica, desarrollada sistemáticamente por Lenin en la construcción del Partido Bolchevique y llevada adelante por Trotsky en la lucha por fundar y construir la Cuarta Internacional, de que la conciencia socialista revolucionaria no se desarrolla espontáneamente en la clase obrera. La conciencia socialista requiere una visión científica de las leyes del desarrollo histórico y del modo de producción capitalista. Este conocimiento y comprensión deben ser introducidos en la clase obrera, y esta es la tarea principal del movimiento marxista. Este fue precisamente el punto que Lenin enfatizó en ¿Qué hacer? cuando escribió: 'Sin teoría revolucionaria no puede haber movimiento revolucionario'. Aparte de los esfuerzos del partido revolucionario para introducir la teoría marxista en el movimiento obrero, la forma predominante de conciencia de masas de la clase obrera permanecerá en el nivel del sindicalismo, definido por Lenin como la 'conciencia burguesa' de la clase obrera. La denigración de la lucha por la conciencia revolucionaria, que generalmente se combina con ataques demagógicos contra el 'elitismo' intelectual y marxista, es el caldo de cultivo de los académicos reaccionarios y los oportunistas políticos.

33. La victoria del socialismo —y, por lo tanto, la supervivencia y el desarrollo progresivo de la civilización humana— requiere la construcción, sobre los fundamentos de la teoría marxista, de la Cuarta Internacional, el Partido Mundial de la Revolución Socialista. El socialismo no se realizará simplemente como el resultado inevitable de un proceso histórico inconsciente. Toda la historia del siglo XX da testimonio en contra de esa “inevitalidad” fatalista, que constituye una caricatura del determinismo materialista histórico y no tiene nada en común con la interacción dinámica entre conocimiento, teoría y práctica ejemplificada en la obra de Marx, Engels, Lenin y Trotsky. El capitalismo sobrevivió al siglo XX no porque las condiciones objetivas no estuvieran lo suficientemente maduras para el socialismo, sino más bien porque la dirección de los partidos de masas de la clase obrera fue 'insuficiente' para la revolución socialista. La clase obrera entró una y otra vez en luchas épicas. Pero estas luchas, engañadas por los estalinistas, socialdemócratas, centristas y reformistas, terminaron en derrotas.

34. El capitalismo existe hoy debido a las traiciones de la clase obrera por parte de sus propias organizaciones: los partidos políticos de masas y los sindicatos.'La situación política mundial en su conjunto se caracteriza principalmente por una crisis histórica de la dirección del proletariado'. Estas palabras, con las que León Trotsky comenzó el documento fundacional de la Cuarta Internacional, siguen siendo sumamente relevantes como definición de la realidad política contemporánea. No hay una sola organización de masas en el mundo de hoy que se presente como un oponente del orden capitalista mundial existente, y mucho menos que convoque a la clase obrera a la lucha revolucionaria. Esto ha creado un entorno surrealista, en el que la ira y el descontento de la clase obrera son reprimidos por las antiguas organizaciones políticamente escleróticas. Pero como Trotsky también escribió en el documento fundacional de la Cuarta Internacional, El Programa de Transición: “La orientación de las masas está determinada primero por las condiciones objetivas del capitalismo en decadencia y segundo por la política traicionera de las viejas organizaciones obreras. De estos factores, el primero, por supuesto, es el decisivo: las leyes de la historia son más fuertes que cualquier aparato burocrático.”

La teoría marxista y la clase obrera

35. Las contradicciones del sistema capitalista llevarán a la clase obrera a luchas que plantean la reorganización revolucionaria de la sociedad. Estas luchas asumirán un carácter explícitamente internacional, surgiendo objetivamente del nivel avanzado de la integración global de las fuerzas productivas. Por lo tanto, la gran tarea estratégica de la época moderna es forjar la unidad política de los trabajadores de todos los países como la fuerza revolucionaria internacional decisiva.

36. El Sosyalist Eşitlik Partisi basa su actividad en un análisis de las leyes objetivas de la historia y de la sociedad, particularmente tal como se manifiestan en las contradicciones del modo de producción capitalista. Enraizado en el materialismo filosófico, el marxismo insiste en la primacía de la materia sobre la conciencia. “El ideal no es otra cosa que el mundo material,” escribió Marx, 'reflejado por la mente humana y traducido en formas de pensamiento'. El materialismo de Marx es dialéctico, en el sentido de que considera el mundo material y las formas de su reflejo en el pensamiento no como un agregado de objetos y conceptos fijos, internamente indiferenciados, sino, más bien, como un complejo de procesos, en constante movimiento e interacción, con tendencias antagónicas y divergentes.

37. El Sosyalist Eşitlik Partisi busca desarrollar, entre los sectores avanzados de la clase obrera, una comprensión científica de la historia, un conocimiento del modo de producción capitalista y de las relaciones sociales que este genera, así como una percepción clara de la verdadera naturaleza de la crisis actual y de sus implicaciones a nivel histórico mundial. El Sosyalist Eşitlik Partisi se esfuerza por transformar el potencial material para la revolución social creado por un proceso histórico objetivo en un movimiento político con conciencia de clase y confianza en sí mismo. Al aplicar el método del análisis materialista histórico a los acontecimientos mundiales, el Sosyalist Eşitlik Partisi anticipa y se prepara para las consecuencias de la intensificación de la crisis capitalista mundial, pone al descubierto la lógica de los acontecimientos y formula, estratégica y tácticamente, la respuesta política adecuada. El Sosyalist Eşitlik Partisi insiste en que la transformación progresiva y socialista de la sociedad solo se puede lograr a través de la lucha de masas de la clase trabajadora políticamente consciente. Las acciones de individuos aislados, que recurren a la violencia, nunca pueden servir como sustituto de la lucha colectiva de la clase trabajadora. Como ha demostrado la larga experiencia política, los actos de violencia individual son frecuentemente instigados por provocadores y hacen el juego al Estado.

38. El Sosyalist Eşitlik Partisi defiende bajo todas las condiciones el principio socialista revolucionario esencial: decirle la verdad a la clase obrera. El programa del partido debe basarse en una evaluación científica y objetiva de la realidad política. La forma más insidiosa de oportunismo es aquella que se justifica alegando que los trabajadores no están preparados para la verdad, que los marxistas deben tomar como punto de partida el nivel de conciencia de las masas —o, más precisamente, lo que los oportunistas imaginan que es— y adaptar su programa a los prejuicios y la confusión existentes entre las masas. Este enfoque cobarde es la antítesis de la política revolucionaria basada en principios.'El programa', declaró Trotsky en 1938, 'debe expresar las tareas objetivas de la clase obrera en lugar del atraso de los trabajadores. Debe reflejar la sociedad tal como es, y no el atraso de la clase trabajadora. Es un instrumento para superar y vencer el atraso. Por eso debemos expresar en nuestro programa toda la agudeza de la crisis social de la sociedad capitalista, incluyendo en primera línea a Estados Unidos'. La primera responsabilidad del partido, continuó Trotsky, es dar 'una imagen clara y honesta de la situación objetiva, de las tareas históricas que se derivan de esta situación, independientemente de si los trabajadores están o no maduros para esto. Nuestras tareas no dependen de la mentalidad de los trabajadores. La tarea es desarrollar la mentalidad de los trabajadores. Eso es lo que el programa debe formular y presentar ante los trabajadores avanzados'. Estas palabras definen con precisión el enfoque adoptado por el Sosyalist Eşitlik Partisi.

La traición de los sindicatos

39. La aversión de los oportunistas a decir la verdad a los trabajadores está prácticamente siempre relacionada con sus esfuerzos por proporcionar cobertura política y preservar la autoridad de los viejos sindicatos y organizaciones políticas reaccionarias, burocratizados y completamente corporativistas que mantienen la subordinación de la clase obrera al sistema capitalista. El Sosyalist Eşitlik Partisi, en oposición a los oportunistas, tiene como objetivo desarrollar dentro de la clase obrera una comprensión de la naturaleza de las viejas organizaciones, principalmente los sindicatos, que pretenden representar a los trabajadores. Los sindicatos están controlados y sirven a los intereses de un estrato sustancial de funcionarios de clase media cuyos ingresos personales se derivan de su papel activo y consciente como facilitadores de la explotación corporativa de la clase trabajadora.

40. Durante las últimas décadas, los sindicatos han desempeñado un papel importante en la ruptura de huelgas, la reducción de salarios, la eliminación de beneficios, la destrucción de empleos y el cierre de fábricas. Durante este proceso, a pesar de la pérdida de miembros, los ingresos de los sindicatos y los salarios de sus dirigentes han seguido aumentando. Aislados e indiferentes a las dificultades sufridas por sus afiliados y protegidos por la 'deducción de cuotas' y las leyes laborales frente a las protestas de base, los sindicatos están atados por mil hilos a las corporaciones y al estado capitalista.

41. El Sosyalist Eşitlik Partisi llama a una rebelión contra estas organizaciones corruptas, que no representan a la clase trabajadora. Esto no significa que el Sosyalist Eşitlik Partisi se abstenga de trabajar dentro de tales organizaciones, en la medida en que dicha actividad sea necesaria para obtener acceso y ayudar a los trabajadores oprimidos conjuntamente por sus empleadores y los dirigentes sindicales. Pero el Sosyalist Eşitlik Partisi lleva a cabo ese trabajo sobre la base de una perspectiva revolucionaria, alentando en todo momento la formación de nuevas organizaciones independientes, como comités de fábrica y de empresa, que realmente representen los intereses de los trabajadores de base y estén sujetos al control democrático.

42. Sobre esta base, el Sosyalist Eşitlik Partisi apoya de forma decidida a la Alianza Internacional Obrera de Comités de Base (AIO-CB) lanzada por el Comité Internacional de la Cuarta Internacional. La AIO-CB proporciona una forma y un medio para que la clase obrera resista la ofensiva capitalista intensificada por la pandemia y la guerra coordinando su lucha contra la clase dominante y los sindicatos corporativistas en diferentes fábricas, sectores y países.

Unidad de clase versus políticas de identidad

43. Otra forma de oportunismo, que ha jugado un papel importante en socavar la lucha por la unidad de la clase trabajadora y disminuir la conciencia de clase, es la promoción de innumerables formas de políticas de 'identidad', basadas en la elevación de las distinciones nacionales, étnicas, raciales, lingüísticas, religiosas, de género y sexuales por encima de la posición de clase. Este cambio de clase a identidad se ha producido a expensas de una comprensión de las causas reales, arraigadas en el sistema capitalista, de las dificultades que enfrentan todos los trabajadores. En el peor de los casos, ha promovido una competencia entre diferentes 'identidades' por el acceso a instituciones educativas, empleos y otras 'oportunidades' que, en una sociedad socialista, estarían disponibles gratuitamente para todas las personas sin tales distinciones degradantes, deshumanizantes y arbitrarias. El Sosyalist Eşitlik Partisi exige la plena igualdad para todas las personas y defiende inequívocamente sus derechos democráticos. Todas las formas de discriminación basadas en el origen nacional, étnico, racial, religioso o lingüístico, o en el género o la orientación sexual, deben ser abolidas. El Sosyalist Eşitlik Partisi impulsa este componente democrático esencial de su programa en el marco de la lucha por el socialismo, sobre la base de la unificación política de todos los sectores de la clase obrera.

Contra la Xenofobia y por los Derechos de las Personas Refugiadas e Inmigrantes

44. Una condición previa esencial para forjar esta unidad es la defensa incondicional de los derechos democráticos de los inmigrantes y refugiados que viven en Turquía. Todos los partidos del establishment y los medios de comunicación fomentan la xenofobia e incitan a la caza de brujas contra los refugiados para desviar la atención de su propia responsabilidad por la crisis económica y social causada por el sistema capitalista y las guerras de la OTAN en toda la región. El Sosyalist Eşitlik Partisi se opone a todos los intentos de convertir en chivos expiatorios a los migrantes o refugiados que huyen de la guerra imperialista por la crisis económica y el aumento del desempleo, y a todos los intentos de dividir a la clase obrera y suprimir la lucha de clases fomentando los prejuicios chovinistas. Rechaza el régimen fronterizo reaccionario de la Unión Europea en colaboración con Turquía, que ha convertido a Europa en una fortaleza y conduce a la muerte de miles de migrantes.

45.Debido a su posición geopolítica, Turquía ha sido un país de tránsito para personas obligadas a abandonar sus países devastados por las intervenciones imperialistas y buscando refugio en Europa con la esperanza de una vida humana. Más de 3,5 millones de refugiados que abandonaron su hogar a causa de la guerra de cambio de régimen en Siria están atrapados en Turquía como resultado de los sucios acuerdos entre Turquía y la Unión Europea. El Sosyalist Eşitlik Partis i defiende el derecho incondicional de los trabajadores de todos los países a vivir y trabajar donde elijan. Reivindicamos plenos derechos democráticos y de ciudadanía para todos los inmigrantes y refugiados, incluidos los migrantes económicos clasificados como “trabajadores no registrados”.

Por los Estados Unidos Socialistas de Europa y Oriente Medio

46. Si bien Turquía se ve directamente afectada por los acontecimientos en Europa y Oriente Medio debido a la posición crítica que ocupa en la geopolítica del sistema imperialista mundial, esto también garantiza que la lucha de clases en este país asumirá dimensiones gigantescas. Esto subraya la importancia de construir el movimiento trotskista en Turquía y en todo Oriente Medio.

47.La agresión imperialista ha resultado en un baño de sangre en Oriente Medio y plantea el peligro de una guerra regional mucho más sangrienta que podría arrastrar a Turquía. Después de Irak, Siria y Yemen, las potencias imperialistas lideradas por Estados Unidos e Israel han lanzado una guerra imperialista asesina contra Irán en medio del genocidio contra los palestinos. El Sosyalist Eşitlik Partisi se opone por principio a la agresión imperialista contra los países oprimidos de Oriente Medio y de otras regiones. Junto con sus partidos hermanos en el CICI, lucha por la movilización revolucionaria de la clase obrera internacional contra esta agresión y su fuente: el capitalismo. Los regímenes corruptos y las élites capitalistas de toda la región son cómplices de esta sangrienta historia, que resulta en la devastación de sociedades enteras. La única fuerza social que pondrá fin a las guerras es la clase obrera de Oriente Medio, unida a través de todas las divisiones nacionales, étnicas, religiosas y sectarias y aliada con sus hermanos y hermanas de clase en Estados Unidos, Europa y en todo el mundo. Ningún régimen o partido nacionalista burgués de la región es aliado de la clase obrera contra esta agresión imperialista. Los trabajadores y las masas oprimidas de Oriente Medio necesitan una perspectiva y un programa socialistas claros basados en la experiencia histórica e internacional de la clase obrera para una lucha exitosa contra el imperialismo y sus aliados regionales, es decir, las clases dominantes turca, kurda, israelí, árabe e iraní. La lucha contra la agresión imperialista hacia la redivisión y la recolonización de Oriente Medio está inextricablemente ligada a la lucha por los Estados Unidos Socialistas de Oriente Medio.

48. Los trabajadores de Oriente Medio encontrarán sus aliados en esta lucha entre los trabajadores de Estados Unidos, Europa y todo el mundo, donde existe una profunda oposición a las interminables guerras libradas por Washington y sus aliados. Darán un fuerte apoyo a la lucha de sus hermanos de clase en esta región por los Estados Unidos Socialistas de Oriente Medio. La respuesta del Sosyalist Eşitlik Partisi a la guerra imperialista en Turquía, que es un puente entre Europa y Oriente Medio, son los Estados Unidos Socialistas de Europa y Oriente Medio.

Internacionalismo proletario contra nacionalismo

49.El Sosyalist Eşitlik Partisi lucha por los derechos democráticos, culturales y políticos de todos los pueblos oprimidos de la región, especialmente los pueblos kurdo y palestino. Los derechos democráticos y culturales del pueblo kurdo, dividido entre cuatro países en el centro de las guerras e intervenciones imperialistas en Oriente Medio, y del pueblo palestino, sometido a la limpieza étnica y al genocidio por parte del Israel sionista, solo pueden garantizarse bajo una federación socialista que forme parte de la lucha por el socialismo internacional.

50.La defensa de los pueblos oprimidos no significa el apoyo a los movimientos nacionalistas burgueses proimperialistas o la defensa del separatismo. La amarga historia de los pueblos kurdo y palestino está marcada por las traiciones de varias direcciones nacionalistas burguesas y pequeñoburguesas. El nacionalismo burgués está en bancarrota.

51.La integración global de la economía que socava el estado-nación y todo tipo de proyectos nacionalistas y reformistas ha hecho que estas direcciones estén más abiertas a la cooperación con los Estados imperialistas. En los Balcanes, la desintegración de Yugoslavia por parte de las potencias imperialistas bajo el falso lema de los 'derechos humanos' y, más recientemente, la creación del Estado satélite de Kosovo, es un claro ejemplo de ello. El uso del separatismo étnico incitado en el Cáucaso por las potencias imperialistas para sus ambiciones dirigidas a Rusia; los Tigres de Liberación del Eelam Tamil, cuyas maniobras entre las potencias imperialistas, la burguesía india y el Estado de Sri Lanka prepararon su trágico y sangriento final; los desastres interminables experimentados por los palestinos en Oriente Medio con sus líderes nacionalistas; Y, por último, los movimientos nacionalistas kurdos que actuaron como colaboradores de la ocupación imperialista en Irak o que surgieron como una fuerza proxy central en la guerra de la OTAN por el cambio de régimen en Siria… Todos estos movimientos nacionalistas, ya sean burgueses o pequeñoburgueses, que constituyen los principales ejemplos de los últimos treinta años, demuestran que el llamado imperialismo “orientado a la liberación nacional” no ha traído más que desastres.

52. Luchando por la educación en la lengua materna, por la garantía constitucional del idioma kurdo y por el reconocimiento de todos los demás derechos democráticos y culturales, así como por la libertad de los presos políticos, el Sosyalist Eşitlik Partisi sostiene que la única vía hacia la paz duradera y los derechos democráticos que anhelan los pueblos trabajadores es la unificación de los trabajadores de todas las nacionalidades de Oriente Medio y de los países imperialistas en la lucha por el socialismo mundial y contra la guerra y la opresión neocolonial. Significa luchar por la Federación Socialista de Oriente Medio, que formará parte de una federación socialista mundial.

53. El Sosyalist Eşitlik Partisi también lucha resueltamente contra los ataques chovinistas y la falsificación histórica contra las minorías, que fueron una parte importante de la población y la cultura de Turquía en el pasado y cuya proporción en la población se ha reducido gradualmente mediante políticas estatales sistemáticas. Busca unir a estas comunidades bajo la dirección revolucionaria de la clase trabajadora.

Centralismo democrático

54. La lucha revolucionaria de la clase obrera requiere organización, y la organización es imposible sin disciplina. Pero la disciplina requerida para la lucha revolucionaria no puede imponerse burocráticamente desde arriba. Debe desarrollarse sobre la base de un acuerdo, libremente alcanzado, sobre principios y programa. Esta convicción se refleja en la estructura organizativa del Sosyalist Eşitlik Partisi, que se basa en los principios del centralismo democrático. En la formulación de políticas y de las tácticas apropiadas, debe prevalecer la democracia más plena dentro del partido. No se imponen restricciones, aparte de las indicadas por los estatutos del partido, a la discusión interna de las políticas y actividades del Sosyalist Eşitlik Partisi. Los líderes son elegidos democráticamente por los miembros y están sujetos a críticas y controles. Aquellos candidatos a la dirección que no pueden soportar las críticas deberían reflexionar sobre las palabras de James P. Cannon, el fundador del movimiento trotskista en los Estados Unidos: “La verdad nunca ha hecho daño a nadie, siempre que fuera honesta'. Pero si la formulación de políticas requiere la discusión más amplia y la crítica abierta y honesta, su implementación exige la disciplina más estricta. Las decisiones a las que se llega democráticamente dentro del partido son vinculantes para todos los miembros. Aquellos que se oponen a este elemento esencial del centralismo en la implementación de las decisiones, que ven en la demanda de disciplina una violación de su libertad personal, no son socialistas revolucionarios sino individualistas anarquistas, que no comprenden las implicaciones y demandas de la lucha de clases.

Conciencia de clase, cultura y el Word Socialist Web Site

55. La lucha por el socialismo exige un enorme crecimiento en la estatura política, intelectual y cultural del movimiento obrero, en Turquía e internacionalmente. A diferencia de los practicantes de la política pragmática y oportunista, el Sosyalist Eşitlik Partisi está convencido de que solo un movimiento que trabaje al más alto nivel teórico será capaz de atraer a la clase obrera a su bandera, preparándola para la lucha contra el capitalismo y, más allá de eso, la construcción de una sociedad socialista. Mientras que los políticos burgueses buscan arrastrar a la clase obrera a su propio nivel intelectualmente degradado, el Eşitlik Partisi sosyalista se esfuerza por elevar a la clase obrera al nivel requerido por sus tareas históricas. No solo la política, sino también la ciencia, la historia, la filosofía, la literatura, el cine, la música, las bellas artes y todas las áreas de la cultura caen dentro del dominio de la educación socialista. El instrumento más importante del Sosyalist Eşitlik Partisi para el desarrollo de la conciencia socialista dentro de la clase obrera es el World Socialist Web Site (wsws.org). Con su análisis diario de los acontecimientos políticos y económicos mundiales, la exposición de las realidades sociales del capitalismo, la cobertura de las luchas de los trabajadores, el comentario sobre cuestiones vitales de la cultura, la discusión de temas históricos y filosóficos y el examen de cuestiones críticas de estrategia, táctica y práctica revolucionarias, el WSWS juega un papel decisivo en la forja del movimiento marxista mundial contemporáneo.

Estrategia revolucionaria y demandas transicionales

56.El objetivo estratégico del Sosyalist Eşitlik Partisi, en solidaridad política con el Comité Internacional de la Cuarta Internacional, es educar y preparar a la clase obrera para la lucha revolucionaria contra el capitalismo, el establecimiento del poder obrero y la creación de una sociedad socialista. Nuestro objetivo no es la reforma del capitalismo, sino su derrocamiento. La consecución de este objetivo, sin embargo, requiere la atención más cuidadosa y detallada a las condiciones de vida de las amplias masas de trabajadores, así como la formulación de demandas que respondan a sus necesidades. El Sosyalist Eşitlik Partisi reconoce la necesidad de establecer, en la práctica, un vínculo entre la perspectiva de la revolución socialista y las luchas concretas en las que está comprometida la clase obrera. En este esfuerzo, el trabajo del Sosyalist Eşitlik Partisi se guía por el enfoque defendido por León Trotsky en el Programa de Transición: “Es necesario, escribió, “ayudar a las masas en el proceso de la lucha diaria a encontrar un puente entre las demandas actuales y el programa socialista de la revolución. Este puente debe incluir un sistema de demandas transitorias, que surjan de las condiciones actuales y de la conciencia actual de amplias capas de la clase trabajadora y que conduzcan inalterablemente a una conclusión final: la conquista del poder por el proletariado”.

57. Tales demandas incluyen empleo universal, acceso sin restricciones a la atención médica y educación de calidad, vivienda digna y segura, cancelación de ejecuciones hipotecarias y desalojos, ajuste automático de los salarios conforme a la inflación, democratización del lugar de trabajo, inspección pública sin restricciones de los registros financieros de las corporaciones e instituciones financieras, introducción de límites a los salarios de los ejecutivos, reducción de la jornada laboral sin pérdida de salario, imposición de un impuesto sobre la renta verdaderamente progresivo y restricción significativa de la transferencia de enormes patrimonios personales vía herencia, nacionalización y establecimiento de control democrático obrero sobre las grandes corporaciones vitales para la economía nacional y mundial, y otras demandas de carácter democrático y socialmente beneficioso.

58. Las demandas transicionales jugarán un papel importante en la movilización política de la clase trabajadora en la medida en que formen parte de una campaña más amplia para desarrollar la conciencia socialista. El Programa de Transición no es un menú a la carta, del cual se seleccionen demandas de manera arbitraria, sin el contexto político adecuado ni referencia a objetivos políticos más amplios. Si el Programa de Transición ha de servir como un puente hacia el socialismo, el destino no puede mantenerse en secreto frente a la clase trabajadora.

La clase obrera y la revolución socialista

59. El trabajo del Sosyalist Eşitlik Partisi está imbuido de una confianza inquebrantable, basada en una teoría científica avanzada y una rica experiencia histórica, en el papel revolucionario y el destino de la clase trabajadora. Pero la victoria de la revolución socialista depende de las luchas conscientes de los trabajadores. La emancipación de la clase obrera es, en última instancia, la tarea de la propia clase obrera. Como Engels lo expresó tan bien: 'Cuando se trata de una transformación completa de la organización social, las masas mismas también deben participar en ella, deben haber comprendido ya lo que está en juego, por lo que están luchando, en cuerpo y alma'. Por lo tanto, el socialismo solo puede establecerse cuando los propios trabajadores lo desean; y, a la inversa, cuando se toma esa decisión, bajo los golpes del capitalismo en crisis, no hay fuerza en la tierra que impida que los trabajadores turcos ocupen su lugar en la vanguardia de la revolución socialista mundial.

Loading