Trump y los republicanos están utilizando el cierre del gobierno para escalar su campaña fascista contra los inmigrantes, la punta de lanza de una dictadura y contrarrevolución social contra toda la clase obrera.
Están aprovechando la afirmación del liderazgo demócrata de estar defendiendo beneficios de salud para acusarlos de utilizar el “dinero de los contribuyentes estadounidenses” para financiar atención médica gratuita para “extranjeros ilegales”. El líder demócrata de la minoría en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, y el líder de la bancada demócrata en el Senado, Chuck Schumer, insisten en que esto es una mentira, pero se niegan a defender a los inmigrantes, documentados e indocumentados, que son víctimas de redadas masivas e ilegales y detenciones, así como a los cientos de miles de inmigrantes que están siendo deportados sumariamente.
Los demócratas también guardan silencio sobre los ataques cada vez más violentos y fuera de la ley que la Gestapo del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) lleva a cabo contra manifestantes pacíficos en Nueva York, Chicago y otras partes de Estados Unidos. Esto, a pesar de la oposición popular masiva al pogromo contra los inmigrantes.
Los ataques están actualmente centrados en el área de Chicago, donde Trump intenta provocar enfrentamientos con manifestantes pacíficos como preparación para enviar tropas. El viernes, agentes federales que realizaban un arresto en un centro médico de Humboldt Park esposaron a una concejala de Chicago cuando les preguntó si tenían una orden judicial. La concejala Jessie Fuentes declaró que los agentes se negaron a responder a su pregunta, la empujaron y luego la esposaron.
Esto ocurre mientras el Departamento de Seguridad Nacional afirma haber realizado más de 900 arrestos en todo Illinois como parte de la “Operación Midway Blitz”.
Como escribió el World Socialist Web Site esta semana:
Esta semana, agentes federales llevaron a cabo varias redadas en hogares y albergues en Chicago, secuestrando a personas sospechosas de ser inmigrantes y aterrorizando a los vecindarios con acciones armadas hostiles. Esto incluyó descender sobre cuadras enteras desde helicópteros, usar granadas aturdidoras y motosierras para ingresar a edificios de departamentos, y tratar a todos como criminales, incluidos niños.
El martes por la noche, después de las 22:00, en el barrio de South Shore, decenas de agentes federales irrumpieron en un edificio de departamentos supuestamente buscando miembros de pandillas. Se arrestó a 37 personas mientras los agentes cortaban cercas, derribaban puertas y sacaban por la fuerza a familias con niños pequeños en diferentes estados de desnudez, los ataban con bridas plásticas y los detenían en camiones.
En la tercera semana de protestas frente a un centro de procesamiento del ICE en el suburbio de Broadview, Illinois, agentes del ICE enmascarados y armados, vestidos con equipo de combate completo, están atacando y arrestando manifestantes. El ICE está desplegando vehículos blindados con armas automáticas montadas, y utiliza gas pimienta, gas lacrimógeno y balas de goma contra los manifestantes. El viernes, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, llegó a Broadview para supervisar la represión.

La agresión contra los inmigrantes y sus defensores es una parte esencial del establecimiento de una dictadura presidencial. Trump ha desplegado tropas de la Guardia Nacional en Los Ángeles, Washington D.C. y ahora en Portland, Oregón y Memphis, Tennessee, y ha prometido enviar tropas a Chicago y otras grandes ciudades. El despliegue en Los Ángeles incluyó marines en servicio activo.
En la reunión sin precedentes de esta semana con unos 800 generales y almirantes en las afueras de Washington, Trump ordenó a las fuerzas armadas que entren en guerra contra las ciudades estadounidenses y el “enemigo interno”, declarando abiertamente la guerra contra la clase trabajadora.
Al mismo tiempo, Trump, actuando en nombre de la oligarquía corporativa, está utilizando el cierre del gobierno para imponer despidos masivos y permanentes de trabajadores federales y cerrar o desmantelar agencias federales que supervisan beneficios sociales o regulan a las empresas en materia de salud y seguridad laboral y medio ambiente. Está trabajando con el director de la Oficina de Administración y Presupuesto (OMB), Russell Vought, coautor del plan Proyecto 2025 de contrarrevolución, para llevar a cabo una vasta reestructuración del Estado, que solo puede imponerse mediante medios dictatoriales.
El ataque contra los trabajadores inmigrantes busca dividir y desorientar a la clase obrera, facilitando la instauración de una dictadura y la destrucción de todas las conquistas sociales obtenidas por la clase trabajadora durante el último siglo, incluyendo el Seguro Social y Medicare.
Trump marcó la línea del Partido Republicano en los días previos al cierre cuando canceló una reunión con los principales demócratas del Congreso, escribiendo en Truth Social:
Están amenazando con cerrar el Gobierno de los Estados Unidos a menos que se les conceda más de 1 billón de dólares en nuevos gastos para continuar dando atención médica gratuita a extranjeros ilegales (¡un costo monumental!), obligar a los contribuyentes a financiar cirugías transgénero para menores, mantener a personas muertas en las listas de Medicaid, permitir que criminales extranjeros ilegales roben miles de millones de dólares en beneficios pagados por los contribuyentes estadounidenses, forzar a nuestro país a reabrir nuestras fronteras a criminales y al mundo, permitir que hombres compitan en deportes femeninos, y esencialmente crear operaciones transgénero para todos.
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, ha declarado públicamente que la legislación de financiación del gobierno de los demócratas “restaura y continúa con 200.000 millones de dólares en subsidios de salud pagados por los contribuyentes estadounidenses destinados a extranjeros ilegales”. También ha afirmado que los demócratas están “tomando como rehenes al gobierno estadounidense para poder dar atención médica GRATUITA a EXTRANJEROS ILEGALES”. Johnson también ha acusado a Schumer de ceder ante las “esquinas marxistas y de ultraizquierda” de su partido.
Mientras tanto, Trump publica en redes sociales videos generados por IA, racistas, acompañados con música de mariachi y retratando a Jeffries con un sombrero de charro y un bigote caricaturesco. A su lado aparece un Schumer manipulado digitalmente diciendo: “necesitamos nuevos votantes, y si damos atención médica gratuita a todos estos extranjeros ilegales, quizá podamos ponerlos de nuestro lado para que voten por nosotros”.
Esto es una versión de la teoría del Gran Reemplazo, fascista y antisemita, que sostiene que los judíos conspiran para reemplazar a los estadounidenses blancos y cristianos con inmigrantes no blancos.
La clase obrera debe actuar independientemente del Partido Demócrata y las burocracias sindicales, que son cómplices de este ataque, para defender a los trabajadores inmigrantes y los derechos democráticos de toda la población. Debe forjar la unidad de lucha de los trabajadores en la lucha por derribar al gobierno de Trump.
El viernes, el medio Axios informó que la Casa Blanca está en conversaciones con el sindicato de transportistas Teamsters, además de la Cámara de Comercio de Estados Unidos y la Business Roundtable, sobre el cierre del gobierno. Tal es el nivel de complicidad de las burocracias sindicales en la guerra de la oligarquía corporativa contra la clase obrera.
La administración de Trump actúa en nombre de los oligarcas multimillonarios que gobiernan la sociedad capitalista estadounidense. El Partido Demócrata es cómplice y no se opondrá a la contrarrevolución social ni a la dictadura policial en gestación porque es un partido al servicio de la misma oligarquía. En lo fundamental, los demócratas acuerdan con la política de clase de Trump. El Partido Demócrata teme por encima de todo cualquier movimiento independiente de la clase trabajadora que pueda amenazar el sistema de ganancias capitalista. Su objetivo principal es encubrir la profundidad de la crisis y reprimir la resistencia popular.
Las burocracias sindicales son la policía laboral de la clase dominante. Sus altos salarios y privilegios dependen de su defensa de la explotación capitalista.
La clase trabajadora debe forjar nuevas organizaciones de lucha independientes para detener el impulso hacia la dictadura y frenar la contrarrevolución social. Estas organizaciones son comités de base para coordinar la resistencia de los trabajadores en cada industria y cada sector de la economía, en los lugares de trabajo y en los vecindarios, con el fin de defender a los trabajadores inmigrantes y unir a los trabajadores inmigrantes y nativos, junto con la juventud, para derrocar a Trump y avanzar hacia un programa socialista por un gobierno de trabajadores.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 3 de octubre de 2025)
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