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Perspectiva

Las cuestiones de clase en la elección para alcalde de Nueva York

El senador Bernie Sanders, independiente de Vermont (izquierda), el candidato a alcalde de Nueva York, Zohran Mamdani (centro) y la legisladora Alexandria Ocasio-Cortez, demócrata de Nueva York (derecha) durante un mitin, 26 de octubre de 2025, Nueva York [AP Photo/Heather Khalifa]

Falta menos de una semana para el día de las elecciones en la ciudad de Nueva York, y la votación anticipada ya está en marcha. Las encuestas indican que el ganador será el miembro de los Socialistas Democráticos de Estados Unidos (DSA, por sus siglas en inglés), Zohran Mamdani, lo que convertiría a alguien que se presenta como socialista en alcalde de la ciudad más grande de los Estados Unidos y el hogar de Wall Street, el centro del capital financiero mundial.

Mamdani pasó de ser un virtual desconocido el año pasado a derrotar al exgobernador Andrew Cuomo, el candidato favorito del establishment político de la ciudad, en las primarias demócratas de junio. Desde entonces, Mamdani ha mantenido una cómoda ventaja en las encuestas sobre Cuomo, quien se postuló como independiente, y el demagogo republicano, Curtis Sliwa.

El amplio apoyo a la campaña de Mamdani refleja un profundo odio por la política proempresarial del Partido Demócrata, que Andrew Cuomo implementó despiadadamente durante su tiempo en Albany. Los trabajadores y los jóvenes están disgustados con la manera en que el Partido Demócrata se ha adaptado a Trump y están buscando una manera de luchar contra los asombrosos niveles de desigualdad, el aumento de los alquileres, los salarios de pobreza, las guerras interminables, el genocidio en Gaza y las redadas de inmigración de ICE.

Las elecciones en Nueva York se llevan a cabo en medio de la creciente conspiración del Gobierno de Trump, respaldado por facciones dominantes de la oligarquía, para establecer una dictadura fascistizante en los Estados Unidos. Esto ha incluido el despliegue planificado de fuerzas militares en todo el país y el asalto masivo a la clase trabajadora que tiene lugar a través del cierre del Gobierno.

Si Mamdani gana, la ciudad de Nueva York se convertirá inmediatamente en el próximo campo de batalla en la guerra de Trump contra la clase trabajadora. La semana pasada, el presidente envió una advertencia de lo que está por venir, movilizando a matones de ICE, armados hasta los dientes con equipo militar, para arrasar en el bajo Manhattan, secuestrando a inmigrantes y ciudadanos por igual. Trump ha denunciado repetidamente a Mamdani en un lenguaje fascistoide, llamándolo “un lunático 100% comunista”. Los republicanos en el Congreso han pedido que Mamdani, un ciudadano estadounidense naturalizado, sea deportado.

Existe una amplia y creciente oposición a la dictadura de Trump, como lo demostraron los millones que participaron en las manifestaciones del 18 de octubre bajo el tema “Sin Reyes”. Estos son los estados de ánimo populares a los que Mamdani ha apelado y lo que ha impulsado su ascenso.

El Partido Socialista por la Igualdad, sin embargo, no pide un voto para Mamdani, ni para ninguno de sus rivales. La plataforma y el programa de Mamdani no representan un camino a seguir en la lucha contra la oligarquía y la dictadura, sino una trampa política.

Hay, en primer lugar, cuestiones fundamentales de principio involucradas. Al pedir un voto para un candidato, uno asume la responsabilidad de su programa político. A pesar de su pretensión de ser socialista, Mamdani es un político del Partido Demócrata, y el Partido Demócrata es un partido capitalista, un partido de Wall Street y del imperialismo estadounidense. Toda la experiencia política demuestra que los trabajadores y los jóvenes no pueden dar un solo paso adelante en el marco del Partido Demócrata.

En relación con los temas específicos de esta elección, Mamdani, junto con el DSA en su conjunto, busca deliberada y conscientemente canalizar la oposición hacia el Partido Demócrata promoviendo la mentira de que puede ser empujado hacia la izquierda y convertirse en un vehículo para promover los intereses de los trabajadores. La propia campaña de Mamdani, sin embargo, expone esto como un fraude político.

En los últimos cinco meses, Mamdani se ha esforzado por tranquilizar a los mismos multimillonarios a los que dice oponerse. En medio del genocidio en curso en Gaza, ha dado marcha atrás en su defensa de los palestinos, declarando que Israel tiene derecho a existir y que Hamás debe deponer las armas.

Cediendo a la presión de la derecha, la semana pasada Mamdani anunció que planea mantener a la heredera multimillonaria Jessica Tisch como comisionada del Departamento de Policía de Nueva York. Esta ha sido una demanda clave de la patronal, simbolizando que, en medio de condiciones sociales explosivas, cuando se trata de controlar el aparato armado del Estado, una figura de confianza estará al frente.

Mamdani habla sobre su oposición a la oligarquía, pero su programa no es más que un modesto llamado a algunas reformas liberales: una pausa en los aumentos para la mitad de los inquilinos de la ciudad, una modesta reducción de los gastos de transporte para algunos pasajeros del transporte público y una expansión del cuidado infantil financiado con fondos públicos, a través de un ligero aumento de impuestos a los ricos. Incluso si se promulgan, estas políticas no harán nada para resolver los problemas de proporciones históricas que enfrenta la clase trabajadora.

Aun así, Mamdani ha sido atacado por sectores del establishment del Partido Demócrata. El candidato favorito de esta cúpula, Cuomo, ha denunciado las propuestas de Mamdani como una fantasía al tiempo que ha lanzado viciosas calumnias calificando a Mamdani como un yihadista islámico. La delegación del Senado de los Estados Unidos en Nueva York se ha negado a respaldar al ganador de las primarias del partido, mientras que el líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, retuvo un respaldo hasta la semana pasada.

Las maquinaciones del Partido Demócrata están destinadas a mantener a Mamdani bajo control mientras promueven a candidatos a gobernador como el piloto de la Marina, Mikie Sherrill en Nueva Jersey, y a la oficial de la CIA, Abigail Spanberger en Virginia, como modelos para las elecciones legislativas de 2026.

La forma en que los demócratas del DSA buscan rescatar al Partido Demócrata, a pesar de sí mismo, se subrayó durante el mitin de campaña masiva el domingo pasado en Queens cuando Mamdani subió al escenario para rescatar a la gobernadora Kathy Hochul, levantando los brazos para sofocar los abucheos y los cánticos de “impuestos a los ricos” de los 13.000 asistentes.

Mamdani está repitiendo el mismo engaño político de Bernie Sanders y, más recientemente, Alexandria Ocasio-Cortez, quienes aparecieron en el escenario con Mamdani en el mitin electoral del domingo.

Durante casi una década, Bernie Sanders ha servido como un pararrayos para la oposición, canalizando conscientemente la creciente hostilidad hacia el capitalismo hacia el callejón sin salida del Partido Demócrata. Tanto en 2016 como en 2020 se postuló para presidente, recibió millones de votos basados en falsas promesas de una “revolución política”, solo para respaldar a los candidatos elegidos de Wall Street y el Pentágono, Hillary Clinton y Joe Biden. En política exterior, Sanders se ha alineado repetidamente con el imperialismo estadounidense, respaldando la guerra entre Estados Unidos y la OTAN contra Rusia en Ucrania y el financiamiento ilimitado para Israel.

La también miembro del DSA de Mamdani, Alexandria Ocasio-Cortez, se ha presentado como una opositora del establishment del Partido Demócrata al tiempo que demuestra que es una fiel defensora de los intereses de la clase dominante. Votó a favor de ilegalizar una huelga de trabajadores ferroviarios en 2022 y respaldó la financiación de Israel en medio de su genocidio en Gaza, al tiempo que instó a sus partidarios a “ser adultos” y votar por el criminal de guerra Biden.

El DSA está desempeñando un papel cada vez más directo en el marco de la política burguesa de la élite política de los Estados Unidos. Esta es, además, la expresión en los Estados Unidos de una tendencia internacional. Durante años, figuras como Jeremy Corbyn en Reino Unido han proporcionado una cubierta de izquierda a los partidos políticos burgueses que implementan la austeridad en el país y la guerra imperialista en el extranjero. El propio Corbyn fue expulsado del Partido Laborista en medio de una caza de brujas por el supuesto “antisemitismo de izquierda”, allanando el camino para que el reaccionario Keir Starmer liderara el Partido Laborista como primer ministro.

En Grecia, la experiencia de Syriza demuestra el papel de la pseudoizquierda en lo que respecta al poder. A los pocos meses de ganar las elecciones nacionales en 2015, la “Coalición de la Izquierda Radical” repudió sus promesas de enfrentarse a los bancos europeos, desafió los resultados de un referéndum popular e impuso la agenda de austeridad exigida por los banqueros. De este modo, entregó la iniciativa a la extrema derecha. Tales experiencias se han repetido innumerables veces, en un país tras otro.

Si Mamdani gana, ya ha demostrado en el transcurso de su campaña que habrá muy poca diferencia entre una alcaldía encabezada por él mismo y una encabezada por Cuomo.

Los sentimientos que impulsan el apoyo a Mamdani entre los trabajadores y los jóvenes, la oposición a la dictadura, la desigualdad y la guerra, no pueden y no se realizarán a través de la campaña de Mamdani, ni en el marco del Partido Demócrata. Como escribió el Partido Socialista por la Igualdad (SEP, por sus siglas en inglés) después de la victoria de Mamdani en las primarias en junio:

El Partido Socialista por la Igualdad ha insistido en que la tendencia predominante dentro de la clase trabajadora, tanto dentro de los Estados Unidos como a nivel internacional, es hacia la radicalización política y la oposición al capitalismo. Las elecciones a la alcaldía de Nueva York confirman esta evaluación. Sin embargo, no confundimos una indicación con la conclusión del proceso. Si bien el SEP reconoce la importancia de la victoria de Mamdani, no adapta su programa político a la ilusión de que su éxito electoral conducirá a un cambio en la naturaleza del Estado, el carácter de clase del Partido Demócrata y el carácter violento y opresivo del capitalismo estadounidense.

Los acontecimientos de los últimos cuatro meses han confirmado por completo esta evaluación. Trump ha intensificado violentamente su conspiración para imponer una dictadura. Mientras tanto, los demócratas no han hecho nada para detenerlo, colaborando en cambio en la destrucción de empleos, programas sociales y derechos democráticos. Mamdani y el DSA, por su parte, han demostrado la bancarrota de toda su perspectiva, trabajando para canalizar la oposición de masas detrás del propio establishment capitalista responsable de la crisis.

El SEP insiste en que la lucha contra la guerra, la dictadura y la desigualdad social no puede proceder si se mantienen ilusiones en los demócratas “progresistas” o en apelar a las instituciones políticas existentes del capitalismo estadounidense. Requiere la movilización política independiente de la clase trabajadora, en los Estados Unidos e internacionalmente, sobre la base de un programa socialista. La clase trabajadora, la gran mayoría social, debe organizarse como una fuerza política consciente para tomar el poder, expropiar a los multimillonarios y reconstruir la sociedad sobre la base de la igualdad, la paz y la necesidad social, no el lucro privado.

La clase obrera debe intervenir como una fuerza política independiente, armada con un programa socialista. El SEP llama a todos los trabajadores, estudiantes y jóvenes que se oponen a la dictadura, la guerra y la desigualdad a asumir esta lucha.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 29 de octubre de 2025)

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