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En represalia al fascismo de Trump, Mamdani es electo alcalde de Nueva York y los demócratas arrasan en elecciones para gobernador

El martes se llevaron a cabo 190 elecciones en más de 30 estados en Estados Unidos, incluidas las elecciones municipales en la ciudad de Nueva York y para gobernador en Virginia y Nueva Jersey. Estas elecciones se desarrollaron en un contexto de creciente autoritarismo y una profundización de la polarización de clases.

La elección de alcalde en la ciudad de Nueva York

En el centro financiero del capitalismo estadounidense, la victoria de Zohran Mamdani en la contienda por la alcaldía representa un acontecimiento de enorme importancia política. Hasta hace poco era un asambleísta prácticamente desconocido y miembro de los Socialistas Democráticos de Estados Unidos (DSA); Mamdani derrotó a Andrew Cuomo, hijo del exgobernador Mario Cuomo y representante durante décadas del establishment político neoyorquino, y al republicano Curtis Sliwa.

Zohran Mamdani habla durante su discurso de victoria en una fiesta de observación la noche de las elecciones para alcalde, martes 4 de noviembre de 2025, en Nueva York. [AP Photo/Yuki Iwamura]

El margen de victoria de Mamdani fue significativo, superando el 50 por ciento de los votos frente al 41 por ciento de Cuomo y el 7 por ciento de Sliwa. Se emitieron más de 2 millones de votos, la mayor participación desde 1969, y el 17 por ciento del electorado votaba por primera vez.

Según el New York Times, más de 735.000 neoyorquinos votaron de manera anticipada antes del sufragio presencial del martes, la cifra más alta jamás registrada para una elección no presidencial en la ciudad. Del voto anticipado, el 42 por ciento fue emitido por personas de entre 18 y 44 años, un 2 por ciento más que en la elección presidencial de 2024. La última encuesta conjunto del New York Times y Siena realizada en septiembre mostró que los votantes jóvenes preferían a Mamdani sobre Cuomo por un margen de 73 a 10 por ciento.

Aunque Mamdani ha ganado el apoyo de amplios sectores del aparato del Partido Demócrata, el líder de la minoría en el Senado, Chuck Schumer—un sionista ferviente y uno de los más vociferantes defensores de la ofensiva israelí en Gaza—se negó a respaldar a Mamdani, pese a que éste ganó la primaria del propio partido de Schumer. Consultado sobre la contienda electoral el martes, Schumer se limitó a decir: “Voté, y espero trabajar con el próximo alcalde para ayudar a la ciudad de Nueva York”.

La victoria de Mamdani no es solo una represalia contra el gobierno de Trump, sino también contra el propio establishment del Partido Demócrata. El amplio respaldo a Mamdani es un reflejo distorsionado del creciente apoyo al socialismo y de la radicalización de la clase trabajadora y la juventud.

Sin embargo, la campaña de Mamdani no representa un ataque frontal contra la riqueza de la oligarquía sino un intento de rescatar al Partido Demócrata. Desde que ganó las primarias a principios de este año, Mamdani ha hecho todo lo posible para asegurar a la clase dominante que su candidatura no representa una amenaza a su riqueza ni a sus intereses de clase.

Mamdani se ha comprometido a retener a la comisionada de policía Jessica Tisch, una favorita de la Liga Antidifamación (ADL) e integrante de una de las familias más adineradas de Estados Unidos. Su permanencia al mando asegura que el Departamento de Policía de Nueva York seguirá siendo un baluarte de la represión contra los manifestantes pro-Palestina y contra la clase trabajadora en general.

Jessica Tisch aparece en la campaña “Never is Now” de la ADL junto al director general de la ADL, Jonathan Greenblatt. [Photo: ADL]

La fortuna de la familia Tisch, derivada del Loews Corporation y del equipo de la NFL New York Giants, ejemplifica la relación incestuosa entre grandes negocios, medios de comunicación y el Estado. La decisión de Mamdani de mantener a Tisch es un mensaje a Wall Street y a la oligarquía inmobiliaria de que sus propuestas de reforma moderadas son “negociables”, y que nada fundamental será tocado.

No obstante, la hostilidad de la élite dominante hacia Mamdani no se debe a que tema su programa, sino a que teme la amenaza del socialismo genuino. Encuestas como la reciente de Axios/Generation Lab muestran que el 67 por ciento de los estudiantes universitarios en EE.UU. tienen una visión positiva o neutral del socialismo, mientras que solo el 40 por ciento ve positivamente al capitalismo.

En respuesta, los republicanos fascistizantes—como Donald Trump, Stephen Miller y Elon Musk—denunciaron a Mamdani y su campaña. En su red social, el lunes antes de las elecciones, Trump amenazó con retener fondos federales para Nueva York si Mamdani ganaba:

Si el candidato comunista Zohran Mamdani gana la elección para alcalde de la ciudad de Nueva York, es muy poco probable que contribuya con fondos federales, salvo el mínimo requerido, a mi amado primer hogar, debido al hecho de que, como comunista, esta otrora gran ciudad no tiene NINGUNA posibilidad de éxito, ¡ni siquiera de sobrevivencia! Solo puede empeorar con un comunista al mando, y no quiero, como presidente, enviar buen dinero tras lo malo. Es mi obligación dirigir esta Nación, y tengo la fuerte convicción de que la ciudad de Nueva York será un completo y total desastre económico y social si Mamdani gana.

Trump se negó a respaldar al ganador de las primarias republicanas, Curtis Sliwa, escribiendo: “Te guste o no personalmente Andrew Cuomo, realmente no tienes opción. Debes votar por él, y esperar que lo haga fantásticamente bien”.

En la mañana de la elección, Trump lanzó una amenaza antisemita contra la población judía de Nueva York, que es la mayor del país, escribiendo en su plataforma: “¡¡¡Cualquier persona judía que vote por Zohran Mamdani, un reconocido y confeso ODIADOR DE JUDÍOS, es una persona estúpida!!!”

Las diatribas fascistizantes de Trump reforzaron el apoyo a Mamdani, quien se benefició del enojo masivo dirigido tanto contra Trump como contra la oligarquía financiera que representa. Un gran número de votantes judíos respaldó a Mamdani precisamente por su oposición al genocidio en Gaza y su negativa a equiparar la identidad judía con el Estado sionista.

El exgobernador de Nueva York Andrew Cuomo, que se postuló como independiente con el respaldo de la red de extrema derecha de Trump tras perder las primarias demócratas, expresó antes de emitir su voto el martes, el temor compartido por toda la clase dominante:

Estamos viendo una guerra civil dentro del Partido Demócrata… Hay una izquierda radical extrema dirigida por los socialistas… Este país no es un país socialista. La ciudad no es una ciudad socialista… El socialismo nunca ha funcionado en ningún lugar del mundo.

Elon Musk, quien también apoyó a Cuomo, se sumó a la campaña derechista habitual de desacreditación de los resultados electorales, publicando en X que la boleta electoral de Nueva York era “una estafa”, como parte de la estrategia más amplia del Partido Republicano para deslegitimar cualquier elección que no ganen, reciclando las mismas falsedades utilizadas para justificar el intento de golpe de Estado de Trump en 2021 y preparando el terreno para anular los resultados futuros en 2026 o 2028—si es que ocurren esas elecciones.

Los demócratas arrasan en Virginia

El Partido Demócrata arrasó en las elecciones para gobernador y legislatura estatal en Virginia, con la exagente de la CIA y congresista Abigail Spanberger venciendo en la contienda por la gobernación, y el partido asegurando el control de ambas cámaras de la legislatura estatal. Spanberger superó al republicano Winsome Earle-Sears con un amplio margen del 56 al 44 por ciento, mientras que los demócratas obtuvieron la mayoría en la Cámara de Representantes. Los líderes del partido ya consideran este resultado como su mayor victoria en el estado desde 1989.

La demócrata Abigail Spanberger habla en el escenario tras declararse ganadora de la contienda por la gobernación de Virginia durante una fiesta de seguimiento electoral el martes 4 de noviembre de 2025, en Richmond, Virginia. [AP Photo/Stephanie Scarbrough]

La campaña de Spanberger se benefició del colapso del respaldo republicano en los condados suburbanos, como Loudoun y Prince William, donde superó la votación de Kamala Harris en 2024. El Times informó que incluso zonas tradicionalmente conservadoras, como el condado de Surry y la ciudad de Waynesboro—ambas votaron por Trump en 2024—se volcaron hacia los demócratas, reflejando la indignación generalizada contra el gobierno de Trump.

La senadora estatal demócrata Ghazala Hashmi derrotó al republicano John Reid y será vicegobernadora de Spanberger, presidiendo un senado estatal dividido, donde los demócratas mantienen una leve ventaja de 21–19.

El triunfo demócrata no representa un giro a la izquierda del partido, sino la consolidación de una facción del aparato de seguridad nacional e inteligencia dentro del establishment político. Spanberger es una de los “ demócratas de la CIA ”, parte de la ola de candidaturas en 2018 con antecedentes en el ejército y las agencias de espionaje que el World Socialist Web Site describió como “el instrumento político del Pentágono y la CIA dentro del Partido Demócrata”.

Durante toda su campaña, Spanberger se presentó como defensora del “orden público”, opositora a los despidos masivos de trabajadores federales por parte de Trump, y como una aliada confiable de Wall Street. Su propaganda hueca se enfocó en la “accesibilidad”, el “pragmatismo” y en construir “una economía que funcione para todos”, aprovechando el hecho de que su oponente se negó a distanciarse de Trump pese a la masiva oposición a sus políticas de Estado policial y despidos.

La victoria de Spanberger subraya cómo el Partido Demócrata funciona como el segundo instrumento político del imperialismo estadounidense. Mientras que Trump y los republicanos cultivan abiertamente el fascismo, los demócratas actúan a través de las instituciones militares, de inteligencia y de la burocracia empresarial para suprimir la oposición social desde abajo y canalizarla hacia el callejón sin salida de la política electoral. El resultado es una división del trabajo entre dos alas de la misma clase dominante capitalista.

El colapso republicano en Virginia se aceleró por los ataques de Trump a su antigua aliada, Winsome Earle-Sears. Trump se negó a respaldar a Earle-Sears después de que lo criticara por el intento de golpe del 6 de enero. Earle-Sears, una mujer negra e inmigrante jamaicana, es también una fundamentalista cristiana cuya campaña se centró en demonizar a las personas transgénero. Rezagada en las encuestas, fue en gran parte marginada por el aparato del Partido Republicano en la recta final.

Incluso mientras la administración de Trump continúa recortando empleos públicos, suspendiendo trabajadores federales y profundizando el actual cierre gubernamental, los republicanos de Virginia se mantienen leales a él. Los recortes devastaron la economía del estado, provocando una recesión que ha golpeado más fuerte a los trabajadores del sector público, educadores y empleados de servicios. Los demócratas capitalizaron esa ira, posando como defensores de los trabajadores, a pesar de no ofrecer ninguna solución para aliviar el desempleo masivo y la pobreza.

Mikie Sherrill derrota al republicano Jack Ciattarelli apoyado por Trump

En Nueva Jersey, la demócrata Mikie Sherrill ha sido declarada ganadora de la elección para gobernador, derrotando al republicano Jack Ciattarelli por un margen contundente de aproximadamente 57 a 42 por ciento, según The Hill y NBC News. Con más de la mitad del voto escrutado, la ventaja de Sherrill superó con creces las expectativas, ya que las encuestas finales de Emerson College y The Hill habían sugerido una contienda reñida, o incluso una posible sorpresa a favor de Ciattarelli.

La candidata demócrata a la gobernación de Nueva Jersey, Mikie Sherrill, habla durante una fiesta electoral en East Brunswick, Nueva Jersey, martes 4 de noviembre de 2025. [AP Photo/Matt Rourke ]

La victoria de Sherrill refleja tanto la profunda impopularidad de Trump en el estado—su índice de desaprobación se sitúa en el 51 por ciento—como el éxito de los demócratas en consolidar a sectores de votantes suburbanos acomodados alienados por los discursos fascistizantes de Trump. Al igual que Abigail Spanberger en Virginia, Sherrill es una de las “demócratas de la CIA” que el World Socialist Web Site identificó en 2018: ex piloto de helicópteros de la Marina y fiscal federal cuya carrera y política son inseparables del aparato militar-inteligencia.

Durante su campaña, Sherrill invocó repetidamente su historial en la Marina de los EE.UU., presentando su servicio como prueba de patriotismo y “liderazgo bajo presión”. Ciattarelli, con una campaña cada vez más desesperada y derechista, se identificó totalmente con Trump. Sus anuncios televisivos atacaron a Sherrill por haber sido excluida de la ceremonia de graduación en 1994 en la Academia Naval por no delatar a un compañero que hizo trampa en un examen.

La victoria aplastante de Sherrill, al igual que la de Spanberger en Virginia, no representa un respaldo al militarismo ni al capitalismo. Más bien, demuestra cómo la oposición popular a Trump es asfixiada dentro del marco del sistema bipartidista controlado por las corporaciones, y pone de manifiesto la creciente dependencia del Partido Demócrata del aparato militar-inteligencia.

(Artículo originalmente publicado en inglés el 4 de noviembre de 2025)