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Perspectiva

Los demócratas y los medios se postran ante inicio de “conmoción y pavor” del Gobierno de Trump

El presidente Donald Trump se pronuncia en el Salón Roosevelt de la Casa Blanca, 21 de enero de 2025, Washington [AP Photo/Julia Demaree Nikhinson]

A medida que el Gobierno entrante de Trump inicia su avalancha de medidas reaccionarias y dictatoriales, el Partido Demócrata y los medios de comunicación alineados se están doblegando rápidamente.

En algún momento, en un futuro no muy lejano, cuando se aclaren las dimensiones del desastre político resultante del regreso de Trump a la Casa Blanca, el Partido Demócrata y los medios se harán pasar por inocentes ante el colapso de la democracia estadounidense. Por lo tanto, es tan necesario registrar y preservar para la posteridad lo que han hecho y escrito.

Esto se aplica en primer lugar a la inauguración en sí. Resulta extraordinario, si bien no sorprendente, que durante la diatriba fascistizante de Trump el lunes, que incluyó un ataque vicioso y personal contra los congresistas y expresidentes demócratas reunidos, ninguno de ellos emitiera una sola palabra de protesta o se pusiera de pie para marcharse. 

Tanto antes como después de la toma de posesión, los líderes demócratas declararon su determinación de “trabajar con” Trump. Esto incluye a Biden (quien dijo en su discurso de despedida que deseaba el “éxito de la Administración entrante”); la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul (quien felicitó a Trump por su victoria durante una llamada “concentrada en la colaboración”); el senador de Vermont, Bernie Sanders (quien escribió la semana pasada que “espera trabajar con el presidente Trump cuando esté del lado de las familias trabajadoras de este país”); y muchos otros. 

El lunes, el gobernador de California, Gavin Newsom, quien fue en particular sometido a los ataques personales de Trump, declaró que existe “una necesidad crítica de cooperación, un compromiso compartido con los hechos y el respeto mutuo”. Newsom agregó que espera con ansias la esperada visita de Trump el viernes a Los Ángeles, que aún está recuperándose de los desastrosos incendios forestales que han matado a docenas y desplazado a miles. 

No parece que a los demócratas se les ocurra que tienen la responsabilidad de representar a los 70 millones de personas que votaron en contra de Trump, ni mucho menos defender los derechos de quienes están bajo ataque. Se comportan, como siempre, como cobardes llorones.

En cuanto a los medios corporativos, tanto impresos como televisivos, están siguiendo un guion predefinido. Se elimina cualquier referencia al “dictador”, al “fascismo” y a la amenaza a los derechos democráticos, que se plantearon brevemente en las últimas semanas de la campaña electoral. La presentación general es de Trump como un coloso político, con un mandato político incuestionable para cumplir con los objetivos más arrolladores de su presidencia. 

Cabe destacar como la respuesta más significativa, que marcó el tono del resto, el editorial del martes por la mañana del Washington Post, que es propiedad del jefe de Amazon, el oligarca Jeff Bezos, quien asistió a la toma de posesión de Trump el día anterior. 

Bajo el título, “Escuchando al presidente Trump”, el Post se refiere a las declaraciones de Trump sobre la creación de una nueva “edad de oro para Estados Unidos”, en la que el país “florecerá y será respetado nuevamente”. El Post respondió: “Los estadounidenses pueden estar fácilmente de acuerdo con tales objetivos. En los próximos cuatro años, queremos superar nuestras diferencias, construir un país más perfecto y mejorar la vida de todos. En la medida en que Trump pueda ayudar a avanzar en esta dirección, tendrá un apoyo generalizado”.

En la agenda de la nueva Administración, el Post informó que Trump “tiene la responsabilidad de asegurarse de que sus políticas no pongan en peligro [la economía] a través de aranceles y deportaciones mal concebidas de inmigrantes indocumentados”. Las redadas masivas y las deportaciones pueden proceder, pero no deben ser “mal concebidas”, es decir, no deben hacerse de una manera que socave las ganancias corporativas.

Sin embargo, Politico, una importante publicación en línea que cubre la capital estadounidense y que es propiedad desde 2021 del monopolio de medios alemán de derecha Axel Springer, se lleva el premio a la mayor genuflexión. Publicó un artículo principal el martes por la mañana, escrito por el editor en jefe John Harris, titulado: “Es hora de admitirlo: Trump es un gran presidente. Todavía está tratando de ser uno bueno”. Con su segunda toma de posesión, escribió Harris, Trump “ostenta el poder en circunstancias en las que las personas razonables no pueden negar un hecho básico: es la mayor figura estadounidense de su época”.

Esto se escribe sobre un criminal convicto, mentiroso patológico y estafador que acababa de lanzar una diatriba llena de odio contra la Administración saliente, sus oponentes políticos, inmigrantes y amplios sectores de la población en los Estados Unidos y en todo el mundo.

En relación con las políticas que está implementando la nueva Administración de Trump, Politico solo declaró que Trump parece “estar listo para usar su segundo mandato, y su segunda oportunidad, para dividir a la nación” a lo largo de una serie de temas, pero concluyó con la esperanza de que el segundo mandato de Trump inicie una nueva era política.

“Lo que no mostró en su primer mandato ni en su improbable camino hacia un segundo mandato, fue la capacidad de resolver estos conflictos, de unir al país con un nuevo nivel de comprensión”, concluyó Harris. “Esto requeriría que Trump revelara una nueva comprensión sobre sí mismo y cómo usar los próximos cuatro años”.

Ha sido particularmente notable cómo los medios han respondido a los dos saludos nazis de Elon Musk, el principal patrocinador de Trump de la oligarquía, en el estadio Capital One Arena en la televisión en vivo el lunes por la tarde. En su mayor parte, los medios estadounidenses han enterrado la historia, que ha explotado en las redes sociales, o han publicado artículos minimizando o cuestionando su importancia. 

“Elon Musk enciende la especulación en línea sobre el significado de un gesto de la mano”, tituló el New York Times en un artículo superficial. Musk “encendió la especulación y el parloteo en línea”, escribió el Times, menospreciando intencionalmente como “parloteo” la indignación pública por el inconfundible tributo de Musk a sus modelos fascistas. El Times citó a la Liga Antidifamación, una organización sionista y progenocidio, que calificó el saludo de Musk, que ha recibido aplausos de los negacionistas del Holocausto y los neonazis, simplemente como “un gesto extraño en un momento de entusiasmo”.

La respuesta del Partido Demócrata y los medios corporativos al regreso de Trump al poder subraya un hecho básico: toda la élite política sirve a los mismos intereses oligárquicos que Trump representa. Cualesquiera que sean las diferencias tácticas que existan entre los demócratas y los republicanos, en gran medida sobre la política exterior y los mejores métodos para defender las ganancias corporativas, estas facciones están unidas en su sumisión a la élite financiera.

El Partido Demócrata está particularmente aterrorizado de hacer cualquier cosa que pueda provocar un movimiento desde abajo o alentar la oposición popular, no solo al Gobierno de Trump sino a todo el marco del Gobierno capitalista. Al igual que en la respuesta al golpe de Estado del 6 de enero, buscan encubrir el verdadero significado de las acciones de Trump. 

El Gobierno de Trump terminará en un desastre de una escala sin precedentes, del que tanto los partidos capitalistas como los medios corporativos asumirán toda la responsabilidad. Han permitido el ascenso de Trump y allanado el camino para las medidas autoritarias que ahora está implementando. 

La tarea de resistir a esta Administración no recae en la élite política desacreditada sino en la clase trabajadora, en los Estados Unidos y en todo el mundo.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 21 de enero de 2024)

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