El Departamento de Defensa de Estados Unidos ha estado planificando durante semanas el despliegue militar en Chicago, según informó el Washington Post el sábado, un día después de que Trump reiterara su amenaza de seguir su ocupación de Washington D.C. con el envío de tropas a otras ciudades estadounidenses.
El Post informó que el plan del Pentágono era “un modelo que podría luego usarse en otras ciudades importantes, según funcionarios familiarizados con el tema”. El artículo continuó:
La planificación, que no se había hecho pública antes, implica varias opciones, incluyendo la movilización de por lo menos unos pocos miles de miembros de la Guardia Nacional tan pronto como en septiembre, hacia lo que es la tercera ciudad más poblada de Estados Unidos.
El viernes, Trump calificó al alcalde de Chicago, Brandon Johnson, como “groseramente incompetente” y a la ciudad como “un desastre”. Declaró: “Vamos a arreglar eso probablemente después. Será la próxima tras esta. Y ni siquiera será difícil.” También lanzó amenazas contra Nueva York y San Francisco, y el sábado señaló a Baltimore como otro objetivo de ocupación militar inminente.
Todas estas amenazas son ilegales e inconstitucionales, ya que Trump no ha presentado ninguna justificación para federalizar unidades de la Guardia Nacional en Illinois, Nueva York o Maryland, como lo hizo en California en junio. La ocupación de Washington D.C. es un caso legal especial, ya que el Distrito de Columbia es territorio federal y la Guardia Nacional del D.C. está en todo momento bajo control federal directo.
El gobernador de Illinois, JB Pritzker, un multimillonario demócrata, emitió una declaración afirmando:
Después de usar Los Ángeles y Washington D.C. como campos de prueba para su extralimitación autoritaria, Trump está ahora coqueteando abiertamente con la idea de tomar el control de otros estados y ciudades… El objetivo de Trump es sembrar miedo en nuestras comunidades y desestabilizar los esfuerzos existentes de seguridad pública—todo para crear una justificación para abusar aún más de su poder.
El alcalde de Chicago, Brandon Johnson, demócrata y ex cabildero del Sindicato de Maestros de Chicago, declaró: “Tenemos preocupaciones graves sobre el impacto de cualquier despliegue ilegal de tropas de la Guardia Nacional en la Ciudad de Chicago. El problema con el enfoque del presidente es que es descoordinado, inmotivado e ilógico.”
Cuesta imaginar un lenguaje más tibio para describir una ocupación militar.
Tanto Pritzker como Johnson dijeron no haber recibido ningún contacto del gobierno federal sobre el envío de tropas ni haber hecho tal solicitud. Pritzker declaró que no existe “ninguna emergencia que justifique que el presidente de Estados Unidos federalice la Guardia Nacional de Illinois, despliegue la Guardia Nacional de otros estados o envíe al ejército dentro de nuestras fronteras”.
La fiscala general Pam Bondi dijo el jueves que le había dado a Pritzker y a Johnson hasta el 19 de agosto —el martes anterior— para revocar las leyes locales y estatales que limitan la cooperación con acciones migratorias federales (las llamadas leyes de ciudad y estado santuario). En entrevista con Fox Business declaró que el mensaje para Illinois y otros estados con leyes similares era: “más les vale cumplir o serán los próximos.”
Según el Post, “funcionarios familiarizados con el tema dijeron que una intervención militar en Chicago ha estado en planificación desde hace tiempo, probablemente en conjunto con operaciones ampliadas de Inmigración y Control de Aduanas para buscar migrantes indocumentados”.
Ese ha sido el enfoque inicial de la ocupación policial-militar de Washington D.C. De los 719 arrestos desde el 11 de agosto, cuando Trump ordenó el ingreso de tropas a la ciudad, más de 300 han sido por violaciones migratorias. La cantidad de arrestos criminales ha sido menor que la que realiza la policía metropolitana de D.C. en un período típico de dos semanas.
La función principal de las tropas de la Guardia Nacional ha sido servir como demostración de fuerza alrededor de edificios federales como la Casa Blanca y el Capitolio, y en sitios turísticos, incluyendo el Mall Nacional, el Monumento a Washington y el Monumento a Lincoln. Eso podría cambiar esta semana, ya que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, ordenó el viernes que las tropas comiencen a portar armas—usualmente rifles semiautomáticos M-4 o carabinas M-4A1 totalmente automáticas.
Según la Ley de Autonomía del D.C. de 1973, la toma de control de la policía metropolitana de Washington por parte de Trump está limitada a 30 días, salvo que el Congreso apruebe legislación para extender su autoridad, lo cual requeriría la aquiescencia del Partido Demócrata en el Senado. Sin embargo, el despliegue de tropas de la Guardia Nacional provenientes de D.C. y de seis estados gobernados por republicanos, así como de policías federales armados de media docena de agencias, continuará.
Si Trump federaliza la Guardia Nacional de Illinois con el pretexto de que la violencia en Chicago constituye una insurrección contra la autoridad estatal, tanto el gobernador como el alcalde restringirán su respuesta a demandas legales, las cuales tardarán meses en avanzar en los tribunales. Mientras tanto, no harán nada, la misma política aplicada por el gobernador Gavin Newsom en California, donde hay un caso federal en curso.
En su defecto, Trump podría invocar la Ley de Insurrección de 1807 y enviar tropas regulares, una acción que intensificaría de inmediato el ataque a los derechos democráticos, llevando a Estados Unidos al borde de una dictadura policial-militar abierta.
Trump ha mencionado otras ciudades como objetivos de ocupación militar después de Chicago, incluyendo Nueva York, San Francisco, Oakland y Baltimore. Afirmó el viernes que su ocupación de Washington fue un gran éxito en la supresión del crimen, alegando que no hubo asesinatos en el Distrito la semana pasada: “Es la primera vez en la memoria de cualquiera que no hubo un asesinato en una semana”.
En realidad, hubo cuatro semanas este año antes de la ocupación militar sin homicidios, y las tasas de la mayoría de los crímenes violentos han disminuido considerablemente de 2024 a 2025, contrario a las mentiras difundidas por la Casa Blanca. CNN informó que, si bien los arrestos por crímenes violentos sí han disminuido desde el 11 de agosto, los arrestos por violaciones migratorias se multiplicaron por diez durante el mismo período.
Mientras tanto, Fox News reveló que 1.700 tropas de la Guardia Nacional estaban siendo preparadas para desplegarse en 19 estados este otoño para apoyar redadas y detenciones de migrantes por parte de Inmigración y Control de Aduanas. La planificación militar contempla la activación de cantidades relativamente pequeñas de soldados de 19 estados, todos menos uno gobernados por republicanos: Alabama, Arkansas, Florida, Georgia, Idaho, Indiana, Iowa, Luisiana, Nebraska, Nevada, Nuevo México, Ohio, Carolina del Sur, Dakota del Sur, Tennessee, Texas, Utah, Virginia y Wyoming. Otros dos estados gobernados por republicanos, Misisipi y Virginia Occidental, han desplegado tropas de la Guardia Nacional a Washington, pero no participan en los despliegues migratorios.
La mayoría de las tropas de la Guardia Nacional serán desplegadas en Texas, donde la administración Trump acaba de abrir el campo de concentración de inmigrantes más grande en la historia de Estados Unidos, en Fort Bliss, justo a las afueras de El Paso y cerca de la frontera con México. Las tropas permanecerán bajo el mando de los gobernadores de sus estados de origen sin importar dónde se les despliegue. La Casa Blanca negó que alguna de estas tropas participaría en la ocupación de ciudades estadounidenses amenazadas por Trump.
Pese a las protestas verbales de los principales demócratas de Illinois, la dirigencia nacional del Partido Demócrata no ha levantado un solo dedo para oponerse al camino de Trump hacia el autoritarismo. El líder de la minoría en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, en una entrevista en CNN el domingo, afirmó que Trump había “fabricado una crisis” y estaba “jugando con las vidas de los estadounidenses”, pero ni siquiera insinuó que el presidente estadounidense estuviera emprendiendo una toma escalonada del poder. Declaró: “Debemos seguir apoyando a las fuerzas del orden locales”.
Rahm Emanuel, exalcalde de Chicago, excongresista y exjefe de gabinete de la Casa Blanca durante el gobierno de Obama, señaló a CNN que Trump, durante sus dos períodos en el cargo, nunca ordenó el despliegue de tropas estadounidenses en el extranjero, sino solo en ciudades estadounidenses. Como aspirante a la candidatura presidencial demócrata para 2028, Emanuel dejó en claro cuál es la verdadera preocupación de este partido de Wall Street y del aparato militar-inteligencia: que Trump ha descuidado los intereses globales del imperialismo estadounidense, particularmente la guerra en Ucrania contra Rusia.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 24 de agosto de 2025)