El asesinato de Charlie Kirk ha sido utilizado en Europa para fortalecer y legitimar a la ultraderecha y criminalizar a la oposición de izquierda, fomentando incluso ataques violentos. Esta repugnante campaña está encabezada por los grupos fascistas europeos, pero está siendo facilitada por tendencias políticas y medios de comunicación en todo el espectro político.

Fue lanzada en el Parlamento Europeo, donde representantes del bloque ultraderechista Conservadores y Reformistas Europeos exigieron un minuto de silencio, protestando ruidosamente cuando se les negó por motivos de procedimiento. El bloque Europa de Naciones Soberanas, liderado por el partido neonazi Alternativa para Alemania (AfD), supuestamente ha nominado a Kirk para el Premio Sájarov del Parlamento Europeo a la libertad de conciencia.

Los líderes de los principales partidos fascistas europeos se alinearon para retratar al supremacista blanco, antisemita Kirk como un ejemplo de la libertad de expresión y los ideales democráticos, cuya muerte fue el resultado de una campaña de extrema izquierda para denigrar a los nacionalistas y patriotas de todo el mundo como fascistas y, por tanto, justificar la violencia contra ellos.

Alice Weidel de la AfD lo declaró “un luchador por la libertad de expresión”, asesinado “por un fanático que odia nuestra forma de vida”.

Jordan Bardella, del Reagrupamiento Nacional de Francia, denunció la “retórica deshumanizante de la izquierda y su intolerancia”, que “alimenta la violencia política”. Añadió: “Nadie puede ignorar este veneno que corroe nuestras sociedades democráticas”.

Giorgia Meloni, primera ministra de Italia y líder de Hermanos de Italia, expresó su solidaridad con la “comunidad conservadora estadounidense” y deploró “un asesinato atroz, una herida profunda para la democracia y para quienes creen en la libertad”.

Geert Wilders, del Partido por la Libertad de los Países Bajos, volvió a publicar una declaración de Kirk describiendo el islam como “la espada que la izquierda está usando para degollar a Estados Unidos”.

En Reino Unido, el ex primer ministro y líder del Partido Conservador Boris Johnson afirmó que Kirk, quien sostenía que los judíos estaban orquestando el reemplazo masivo de la población blanca, fue “asesinado por decir cosas que antes eran sentido común. El mundo tiene un nuevo y brillante mártir de la libertad de expresión”.

Nigel Farage, líder del partido Reform UK, que encabeza las encuestas en Reino Unido, publicó un video en tono de elogio y escribió una columna de opinión en el Daily Mail titulada: “La izquierda intentó silenciar a mi amigo Charlie Kirk con calumnias salvajes. ¿Acaso crearon la atmósfera febril en la que alguien pensó que era legítimo callarlo para siempre?”.

El objetivo de convertir a Kirk en mártir está plenamente a la vista en el Reino Unido, donde coincide con una marcha planeada este fin de semana en Londres bajo el nombre de “Unir el Reino”, encabezada por el provocador fascista Tommy Robinson. Esta marcha sigue a una campaña de varios meses en la prensa y el Parlamento para promover a la ultraderecha británica, enarbolando protestas antimigrantes frente a centros de acogida de solicitantes de asilo y una campaña para llenar las calles con banderas de San Jorge y de la Unión.

Robinson declaró que su protesta estaría dedicada al nuevo mártir fascista Charlie Kirk. Afirmó que, después de lo ocurrido, “tengo una diana sobre mí”.

El año pasado, el World Socialist Web Site describió la “inversión semántica” por parte de la clase dominante del término “antisemita” para significar cualquier crítica al genocidio israelí del pueblo palestino. Esto fue el resultado de años de mentiras, cacerías de brujas, provocaciones derechistas y montajes judiciales, y fue codificado en guías como la definición de antisemitismo de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA) impuesta a universidades y organismos públicos.

Las mismas fuerzas que promovieron esa campaña ahora buscan definir “antifascista” como sinónimo de extremista violento e intolerante, y acusar a alguien de ser fascista como “discurso de odio” dirigido contra quienes supuestamente son ejemplos democráticos de la “libertad de expresión”.

Ya ha comenzado una nueva ola de persecución contra cualquiera que señale el carácter fascista de la política de Kirk. El escritor Nels Abbey ha sido atacado por vincularlo con David Duke, exlíder del Ku Klux Klan.

Nada de esto sería posible sin la colaboración de publicaciones y políticos socialdemócratas y “liberales”.

En Francia, Le Monde publicó una narración solemne y sentida del duelo dentro del movimiento MAGA y de Donald Trump en lo personal. Su “vínculo casi familiar explica en parte la reacción del propio presidente, que no es conocido por sus muestras de afecto. El jueves, con una voz ronca y arrastrada, Donald Trump pronunció un discurso en el Pentágono en el aniversario de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Visiblemente conmovido, rindió homenaje a los ‘héroes estadounidenses’ que, en ese día ya distante, corrieron a socorrer a los heridos en los edificios que colapsaban”.

Era “imposible no ver”, afirmaba Piotr Smolar del periódico, “la increíble superposición entre estos hechos y el asesinato de Charlie Kirk”.

En Reino Unido, los editores del Guardian publicaron un sermón contra la “división”, predicando suavemente: “En este momento peligroso, la respuesta a crímenes tan llenos de odio debe ser unirse para resaltar la no violencia y la tolerancia cívica”.

Hablando en nombre de la socialdemocracia europea, el primer ministro británico Keir Starmer publicó en redes sociales: “Mis pensamientos esta noche están con los seres queridos de Charlie Kirk. Es desgarrador que una joven familia haya sido despojada de un padre y un esposo. Todos debemos ser libres para debatir abiertamente y sin miedo: no puede haber justificación para la violencia política”.

El gobierno de este campeón del debate libre y abierto ha arrestado a más de 1.000 personas en los últimos meses por protestas pacíficas contra el genocidio en la Plaza del Parlamento y ha proscrito a Palestina Acción bajo leyes antiterroristas. La agenda represiva de Starmer es compartida por todos aquellos que ahora derraman lágrimas por la democracia tras la muerte de Kirk.

Los trabajadores y los jóvenes verán a través de esta falsa preocupación por la libertad de expresión la verdadera afinidad ideológica que une a Kirk y a quienes hoy lo lloran.

Esta grotesca muestra de simpatía en Europa solo ampliará el abismo entre la clase dominante y la gran mayoría de la población, que se siente repugnada por las ideas de Kirk. Sentirán una furia helada al ver que Starmer y compañía han derramado más lágrimas por Kirk que por los millones de palestinos que están siendo bombardeados, hambrientos y eliminados a tiros de la faz de la tierra.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 12 de septiembre de 2025)