Español

El fascista Steve Bannon califica a los docentes de “terroristas” en homenaje a Charlie Kirk

En el funeral público de Charlie Kirk en Glendale, Arizona, el pasado domingo, el veterano asesor de Trump Steve Bannon lanzó una furiosa diatriba contra los educadores de Estados Unidos. Los calificó de “terroristas” y dio inicio a una nueva fase de guerra contra los docentes y la libertad de expresión en el país.

Bannon—un fascista desquiciado que hizo el saludo nazi en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) de este año—declaró el domingo que “un tercio de los docentes son terroristas”, presentándolos como enemigos de la familia y la nación por fomentar el pensamiento independiente entre los jóvenes.

Steve Bannon hace el saludo nazi en la CPAC, el 20 de febrero de 2025 [Photo: C-SPAN.org]

La grotesca acusación de Bannon fue reproducida sin crítica por su coanfitriona Gina Loudon en la cadena de derecha Real America’s Voice. “Así es”, respondió Loudon a Bannon.

La criminalización y demonización de los docentes forma parte de un intento calculado de la clase dominante para justificar la destrucción en curso de la educación pública, eliminar el derecho a la libertad de expresión e imponer una ofensiva general a favor de una “educación patriótica”.

Trabajadores en todo el país, especialmente docentes, se enfrentan a despidos, suspensiones e “investigaciones” por sus comentarios, principalmente realizados en publicaciones privadas en redes sociales, tras la deificación orquestada desde el Estado del fallecido fascista Charlie Kirk.

Los distritos escolares han impuesto sanciones disciplinarias contra trabajadores escolares en al menos 28 estados y el Distrito de Columbia. Entre ellos: Texas (más de 280 quejas en investigación en escuelas K-12, con el estado exigiendo la revocación de licencias a docentes disciplinados), Georgia (en el condado de Cobb al menos dos docentes fueron despedidos y hasta 15 suspendidos), Florida, Carolina del Sur (varios docentes despedidos), Iowa, Massachusetts, Tennessee, Oklahoma, Maryland, Michigan, Oregón, Wisconsin, Misuri, Indiana, Ohio, California y Pensilvania.

Además, la Asociación Americana de Profesores Universitarios informó de represalias contra unos 60 profesores y docentes en relación con comentarios críticos hacia Kirk o las personas que lo lamentaban.

El pisoteo descarado de la Primera Enmienda queda demostrado con los pretextos vagos usados para victimizar a los docentes. En el distrito escolar de Klein, Texas, un docente fue despedido por emitir “comentarios insensibles e inaceptables”. En Tennessee, un trabajador universitario fue cesado de forma inmediata por “comentarios inapropiados e insensibles”. En Massachusetts, una docente de educación especial fue suspendida por grabarse cantando “God Bless America” junto al noticiero sobre la muerte de Kirk.

Este flagrante ataque contra la Primera Enmienda y la purga de voces opositoras contradicen directamente el fallo de la Corte Suprema de EE.UU. en el caso Pickering contra la Junta de Educación (1968), que confirmó que los empleados públicos no pierden sus derechos de la Primera Enmienda al aceptar trabajos gubernamentales. También afirma que los docentes tienen derecho a expresarse sobre “asuntos de interés público” sin enfrentar despidos.

Los ataques de Bannon contra los docentes y el impulso del gobierno de Trump hacia un plan de estudios “MAGA” sigue el guion nazi, que consistía en adoctrinar a la juventud y someter la educación al control del Estado. El objetivo era inculcar el nacionalismo, la obediencia, la “pureza” racial, la xenofobia y el militarismo, mientras se purgaban docentes disidentes y se borraba la historia.

El 17 de septiembre, el Departamento de Educación lanzó la “Coalición Educativa Cívica América 250” en colaboración con 40 organizaciones de extrema derecha, para implementar un nuevo plan de estudios cívico “patriótico” en las escuelas K-12. Esta coalición, integrada por republicanos y fieles a Trump, recibió 160 millones de dólares del gobierno de Trump, que además canceló abruptamente docenas de programas existentes centrados en la historia estadounidense y las artes, los servicios a niños con discapacidades y proyectos para preparar a los estudiantes para la universidad.

“América 250 Cívica” redactará planes de estudios, hará giras por el país, auspiciará competencias y enviará oradores, todo patrocinado por grupos de extrema derecha abiertamente fascistas, fanáticos cristianos nacionalistas y enemigos de la educación pública. Entre ellos: Turning Point USA de Kirk, Hillsdale College (un vocero histórico del fascismo intelectual), el American Center for Law & Justice de Pat Robertson, la 1776 Project Foundation, Priests for Life, Catholic Vote, el Claremont Institute, la Heritage Foundation y Moms for Liberty.

El enfoque educativo se basa en la “Ley de Curso Cívico” del America First Policy Institute (AFPI), que prohíbe la “difamación de la historia fundacional de Estados Unidos”, restringe el debate sobre el “racismo sistémico” o la “fluidez de género” y establece como propósito fundamental “unificar y enaltecer” al país. Se trata de la aplicación de la Orden Ejecutiva de Trump “Fin de la Indoctrinación Radical en Educación K-12” firmada en enero. La actual presidenta del consejo del AFPI es la secretaria de Educación de Trump, la magnate de la lucha libre Linda McMahon.

El socio de la coalición, PragerU, aporta contenido audiovisual que retrata la esclavitud como un “compromiso” y “mejor que ser asesinado”, mientras elogia a los generales confederados. Además, denigra a Frederick Douglass tildándolo de defensor del “cambio gradual”. La coalición proporcionará programas de “formación patriótica de docentes” para asegurar que los educadores se alineen con el currículo aprobado, y varios estados controlados por republicanos ya han aprobado leyes obligando al profesorado a evitar temas “controvertidos”, imponiendo así el cumplimiento ideológico.

Al día siguiente, el 18 de septiembre de 2025, el Departamento de Educación de Trump anunció que los fondos federales solo se otorgarán a quienes se adhieran a las nuevas directrices centradas en la “educación patriótica”. Es decir, el DOE solo financiará proyectos basados en esta propaganda cristiana nacionalista y procapitalista.

La norma emitida por la secretaria de Educación, Linda McMahon, afirma: “Los ciudadanos deben comprender por qué nuestra economía de libre mercado es un sistema altamente evolucionado de cooperación promovido por nuestra república constitucional, y cómo funciona para asegurar las bendiciones de la libertad para todos los estadounidenses… Esta prioridad concentra los fondos de subvención en programas que promueven una educación patriótica que cultive la competencia cívica y el patriotismo informado, y transmita la tradición política estadounidense a estudiantes de todos los niveles, incluyendo actividades y programas accesibles a estudiantes con necesidades especiales”.

Esta ofensiva propagandística busca contrarrestar la creciente oposición de millones de estadounidenses al “libre mercado”. El fenómeno es particularmente marcado entre los jóvenes. Una encuesta reciente mostró que menos de la mitad de los jóvenes adultos ve al capitalismo de forma positiva, y un número récord se identifica como socialista.

El gobierno de Trump ha recortado o congelado miles de millones en fondos para la educación pública este año, preparando el terreno para chantajear a las escuelas que enfrentan recortes severos, haciendo que adaptar el currículo a sus exigencias derechistas sea la única forma de obtener subvenciones. Según el Federal Register, las futuras solicitudes de fondos deberán abordar temas como “el papel de la fe” y “una evaluación clara de cómo Estados Unidos ha avanzado admirablemente hacia sus nobles principios a lo largo de su historia”.

Estas medidas se suman a la exigencia de Trump de censura en el Instituto Smithsoniano, el museo más grande del mundo dedicado a la historia, la educación y la investigación, el cierre de la Corporación para la Radiodifusión Pública, y una revisión de toda la señalización interpretativa en los Parques Nacionales de EE.UU. para eliminar referencias a la esclavitud y el desplazamiento indígena, presuntamente por ser “ideología antiestadounidense”.

Tal como ha enfatizado el WSWS, esto constituye la versión estadounidense del Gleichschaltung, la “coordinación” nazi de todos los aspectos de la vida intelectual y cultural al servicio de la ideología del régimen. En Alemania, Gleichschaltung significó la destrucción de los sindicatos y partidos independientes y la transformación del sistema educativo en un brazo de propaganda del Estado.

Este ataque contra la educación primaria y secundaria le sigue a la rendición generalizada de universidades líderes, incluyendo la Universidad de Columbia, ante las exigencias de Trump —como la censura generalizada y la purga de personal— a cambio de financiación federal renovada y favores políticos tras bastidores.

El papel de los sindicatos docentes ha sido suprimir la resistencia de los educadores mientras Trump congelaba fondos, imponía recortes y usaba el Departamento de Educación como arma contra docentes y estudiantes. Tanto la Federación Estadounidense de Maestros (AFT) como la Asociación Nacional de Educación (NEA) emitieron declaraciones condenando la violencia tras la muerte de Kirk, sin mencionar su política fascista, su férrea oposición a la educación pública, ni su “lista de enemigos” políticos en forma de las listas negras de profesores y juntas escolares de Turning Point USA. En cambio, la presidenta de la AFT, Randi Weingarten, aprovechó la ocasión para promocionar su nuevo libro.

Ningún sindicato ha intentado movilizar a sus afiliados para una huelga en defensa de los cientos de docentes enfrentando represalias por oponerse a la canonización de Kirk como “héroe” nacional y la promoción pública de la intolerancia, el racismo y el fascismo por parte del gobierno de Trump. De hecho, el Partido Demócrata, al cual los sindicatos están completamente subordinados, se ha unido al Partido Republicano en rendir homenaje al fascista Kirk.

Sin embargo, la historia no ha sido vivida en vano, y los docentes tienen una larga trayectoria de lucha por sus derechos y la verdad histórica. Pero no hay lugar para la complacencia. La marcha hacia una dictadura estatal-policial solo se puede detener mediante la resistencia masiva organizada de los educadores, estudiantes y la clase trabajadora, independiente de los sindicatos procapitalistas, los demócratas y republicanos.

Esta lucha requiere la formación de comités de base para romper el control de las burocracias sindicales y crear nuevos centros de poder social coordinado sobre los cuales basar la defensa de la democracia en todo el país. Deben basarse en las lecciones de la historia y en los principios del socialismo internacionalista genuino para unificar a todos los sectores de la clase trabajadora. Este es el trabajo del Comité de Base de Educadores en alianza con la Alianza Internacional Obrera de Comités de Base.

(Artículo originalmente publicado en inglés el 22 de septiembre de 2025)

Loading