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Trump redobla amenazas de arrestar a los demócratas de Illinois Pritzker y Johnson durante mesa redonda fascista sobre “antifa”

El presidente Donald Trump habla durante una reunión en mesa redonda sobre antifa en el Comedor de Estado en la Casa Blanca, el miércoles 8 de octubre de 2025, en Washington, mientras la procuradora general Pam Bondi escucha. [AP Photo/Evan Vucci]

En una extraordinaria rueda de prensa pública celebrada el miércoles en la Casa Blanca, el presidente fascista Donald Trump declaró que se utilizará todo el poder del gobierno de EE.UU. contra los supuestos elementos “antifa”. “Antifa”, abreviación de “antifascismo”, no es un grupo político organizado, sino un conjunto amplio de creencias centradas, en general, en la defensa de los derechos democráticos frente a la opresión estatal derechista.

Durante su conferencia de prensa, Trump repitió la afirmación de que las dos últimas elecciones presidenciales fueron amañadas, y sugirió que las elecciones de mitad de periodo en 2026 también estarían en su contra. Al responder a una pregunta de un reportero fascista sobre si “antifa se infiltró el 6 de enero disfrazado de partidarios de Trump e incitó a la violencia”, Trump reafirmó la teoría conspirativa falsa. “Bueno, lo he escuchado, acaban de salir de MAGA pero no tienen nada que ver con MAGA y causan problemas y tratan de culpar. Sí, sabemos algo de eso y vamos a actuar en consecuencia”.

Trump, respaldado por numerosos funcionarios de su gabinete, neonazis y supremacistas blancos, calificó toda oposición a las operaciones federales de secuestro migratorio como “ilegal”, y afirmó que una vasta red “bien financiada” de “terrorismo de izquierda” estaba detrás de las protestas contra su administración. Las protestas que este año han congregado a millones de personas, incluida la masiva manifestación “No Kings” (Sin Reyes) del 14 de junio, no fueron, según la administración, expresiones de oposición popular a la dictadura, sino “protestas pagadas” financiadas por organizaciones nacionales y extranjeras.

Las organizaciones y grupos señalados por los reporteros derechistas invitados a la Casa Blanca como supuestos aliados o cómplices importantes de antifa incluyeron a los Demócratas Socialistas de Estados Unidos, el grupo pacifista CODEPINK y Stop the Sweeps, una organización que lucha contra los desalojos policiales de personas sin hogar. Esta última fue calificada por un lacayo de Turning Point USA como parte del “complejo industrial de los sin techo”.

Como ocurrió con su orden ejecutiva del 22 de septiembre, que declaró a “antifa” como una organización terrorista doméstica, Trump afirmó en el evento del miércoles que todos los actos de violencia contra oficiales de ICE, policías y el asesinato de Charlie Kirk fueron resultado de “antifa”. Afirmó que los “anarquistas de antifa” eran “provocadores pagados”, financiados por “personas con las que ceno”. Trump agradeció repetidamente al secretario del Tesoro, Scott Bessent, por colaborar con la administración en descubrir supuestas redes de financiamiento de “antifa”.

Defendiendo la violencia desenfrenada del ICE en todo el país, Trump declaró: “Todo lo que estamos haciendo es muy legal, lo que ellos hacen no lo es”. Amenazando no solo a “antifa”, sino también a funcionarios electos del Partido Demócrata que no apoyan completamente su operación de deportaciones masivas y ocupaciones militares, Trump añadió: “Lo que hacen el gobernador y el alcalde de… Portland, y ciertamente se puede decir de Chicago, no es legal. Tienen que tener mucho cuidado”.

Eructando su desprecio —y el de toda la clase dominante estadounidense— por los derechos democráticos, Trump admitió: “Quitamos la libertad de expresión porque eso ya fue a los tribunales, y los tribunales dijeron que tienes libertad de expresión… pero cuando quemas una bandera agita… así que vamos a seguir esa base”.

Trump estuvo flanqueado en la conferencia por la secretaria de Seguridad Nacional Kristi Noem, la procuradora general Pam Bondi, el viceprocurador Todd Blanche, el asesor de alto nivel Stephen Miller y un pelotón de agitadores fascistas, muchos de Turning Point USA, incluyendo al neonazi Jack Posobiec. Tras sus declaraciones, Trump invitó a cada uno de los propagandistas de los medios fascistas a rendirse ante él contándole supuestos episodios de violencia y terrorismo cometidos por antifa.

La secretaria Noem, sin ofrecer una sola prueba, afirmó que “antifa” había “infiltrado” el país, y que la “red antifa” era “tan sofisticada como MS-13, como el [Tren de Aragua], como ISIS, como Hezbola, como Hamas, como todos ellos. Son igual de peligrosos. Tienen una agenda para destruirnos igual que otros terroristas con los que hemos lidiado durante muchos años, y hoy tenemos un presidente que no lo va a tolerar”.

La procuradora Bondi respaldó los comentarios de Noem: “No vamos a detenernos con solo arrestar a los criminales violentos que vemos en las calles. Luchar contra el crimen es más que sacar a los malos de las calles, es desmantelar la organización ladrillo por ladrillo, justo como hicimos con los cárteles. Vamos a usar el mismo enfoque, presidente Trump, con antifa. Destruir toda la organización de arriba a abajo. Vamos a desmembrarlos”.

Las declaraciones de Noem y Bondi, que equiparan la oposición doméstica al régimen de Trump con organizaciones terroristas extranjeras, tienen como objetivo criminalizar toda forma de resistencia y preparar el camino para el uso potencial de la fuerza militar contra personas que ejerzan sus derechos constitucionales.

Negando la realidad, cada uno de los propagandistas fascistas dentro y fuera de la administración repitieron que “antifa” era “real”. Solidarizándose con Hitler, Posobiec le dijo a Trump: “Antifa es real, ha existido en varias formas por casi 100 años, en algunos casos remontándose a la República de Weimar en Alemania”.

Tras lamentar que hubo resistencia antifascista a la llegada de Hitler al poder, Posobiec tuvo que admitir que los esfuerzos de la clase dominante por santificar al racista portavoz de los multimillonarios, Charlie Kirk, fracasaron entre amplios sectores de la población. “Y ahora ha pasado aproximadamente un mes desde que vimos a un izquierdista matar a Charlie Kirk y vimos a miles y miles de otras personas, otros izquierdistas y gente en posiciones de autoridad, personas como enfermeras, pilotos y doctores y departamentos de [Recursos Humanos], celebrando la muerte y el asesinato de Charlie Kirk”.

Trump respondió varias preguntas durante la conferencia. Preguntado por otro reportero fascista si designaría a “antifa como una organización terrorista extranjera”, Trump respondió: “¿Ya se ha hecho eso?”

Mirando al neonazi Jack Posobiec, Trump preguntó: “¿Te gustaría que se hiciera?”

Posobiec respondió: “Sí, señor presidente.”

Trump: “¿Crees que ayudaría?”

Posobiec: “Tienen vínculos internacionales en toda Europa occidental.”

Trump: “Me gustaría hacerlo, es el tipo de cosas que me gustan.”

Posobiec: “Y en Oriente Medio.”

Mirando alrededor a la sala llena de neonazis, nacionalistas cristianos y reaccionarios, Trump preguntó: “¿Están de acuerdo? Si ustedes están de acuerdo, yo también lo estoy. Vamos a hacerlo.” Dirigiéndose al secretario de Estado Marco Rubio, Trump añadió: “Marco, pongámonos con ello.”

“Eso significaría internacional”, añadió Trump, “me parece bien”. Volviéndose hacia Stephen Miller, admirador de Hitler, Trump preguntó: “Steve, ¿estás de acuerdo?”

Miller respondió con entusiasmo: “Sí, es cierto que hay vínculos internacionales extensos, y creo que sería un paso muy válido.”

Trump: “Bien, yo también lo creo.”

Bajo la Autorización del Uso de Fuerza Militar (AUMF) de 2001, el presidente tiene permitido matar a supuestos miembros de “Organizaciones Terroristas Extranjeras” (FTO por sus siglas en inglés) sin debido proceso. El 30 de septiembre de 2011, el ciudadano estadounidense Anwar al-Awlaki fue asesinado por un ataque de dron en Yemen autorizado por el presidente Barack Obama. Desde este asesinato extrajudicial, cada presidente estadounidense ha realizado ataques similares contra supuestos “terroristas” sin proporcionar una sola prueba ni justificación legal. En las últimas semanas, la administración de Trump ha llevado a cabo repetidos ataques militares contra pequeñas embarcaciones en las costas de Venezuela, matando a decenas de personas que la administración afirma eran pandilleros o narcotraficantes, sin ofrecer prueba alguna.

Los demócratas, socios del crimen de los republicanos, han respondido a las amenazas de Trump de encarcelarlos con su típica cobardía e ineficacia. Están mucho más aterrorizados ante la perspectiva de un movimiento masivo desde abajo contra ambos partidos y el sistema que defienden, que ante la llegada al poder de un gobierno fascista.

Consultado por CNN para responder a las amenazas de Trump de arrestarlo, el alcalde de Chicago Brandon Johnson dijo que Trump era “inestable, desequilibrado, un individuo de doble ánimo que, francamente, es una amenaza para nuestra democracia”.

Agregó que no era la primera vez que “Trump ha pedido el arresto injusto de un hombre negro”. Dijo que “no se va a ir a ninguna parte”, pero no propuso ninguna acción para frenar los ataques de Trump, ni un juicio político ni un llamado a la clase obrera para una huelga general que derroque al régimen.

Como en el caso de Johnson, el gobernador de Illinois JB Pritzker no propuso ninguna medida concreta para oponerse al impulso dictatorial de Trump, incluso cuando 500 soldados de Texas y la Guardia Nacional de Illinois llegaron al Centro de Entrenamiento de la Reserva del Ejército en Elwood, Illinois, en las últimas 48 horas. En una serie de tuits publicada el miércoles, Pritzker, quien ya ha desplegado a la policía estatal de Illinois para proteger a la Gestapo del ICE, instó a los residentes a “alzarse y hablar”.

En Broadview, Illinois, donde agentes del ICE han agredido repetidamente a manifestantes pacíficos y transeúntes inocentes, la alcaldesa independiente Katrina Thompson respondió a la ilegalidad del ICE instaurando un toque de queda de 21:00 a 6:00 horas, bloqueando las protestas frente a la sede del ICE.

Consultada por CNN sobre las amenazas de Trump de arrestar a políticos del Partido Demócrata, Thompson dijo que Trump “tiene derecho a sus opiniones, y yo estoy muy en desacuerdo con eso”.

Luego se le pidió que respondiera a un clip de una entrevista del martes con la representante demócrata de Oregón Maxine Dexter. En dicho clip, Dexter instó a los manifestantes a restringir su derecho a la Primera Enmienda a reunirse y hablar al no protestar cerca del centro de ICE. “Ir a esa instalación no es estratégico, saben que en este momento no lo es”, dijo.

Respecto a qué “estrategia” deberían seguir los manifestantes, Dexter dijo: “Protestar en las calles es absolutamente importante. Solo no protesten justo allí, porque entonces están alimentando la narrativa de guerra que no es la realidad, como pueden ver al mirar a su alrededor.”

“Cuando te conviertes en parte de una narrativa de zona de guerra, si ellos deciden que ese es el momento para provocar allí afuera…”

Consultada por CNN si estaba de acuerdo con el consejo de Dexter para restringir las protestas, Thompson respondió: “Oh, absolutamente… Ir a esa instalación solo va a incitar otras cosas que podrían suceder y sucederán. Solo queremos que las personas estén seguras y ejerzan su libertad de expresión.”

Añadió: “Los líderes locales tienen protocolos para mantener a las personas seguras. No se trata de restringir ni prohibir nada, es por su bien. Y a veces la gente simplemente no sabe lo que es mejor para ellos por la rabia que sienten o los desafíos que quieren abordar, desde su perspectiva.

“Pero estoy de acuerdo con ellos en que, ya saben, les pedimos que se mantengan alejados de la instalación porque va a crear más problemas.”

(Artículo publicado originalmente en inglés el 8 de octubre de 2025)

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